Ni la lluvia de la noche del miércoles logró frustrar la asistencia de público a los recintos en el Gran Concepción. Se auguran sonrisas, tanto por administradores como por los asistentes.
Eran pasadas las 13 horas y las parrillas en el Parque Bicentenario de Concepción estaban a todo bote.
Varios locales ya tenían a clientes en sus mesas consumiendo algún plato típico o brebajes que sólo atesoramos en estas fechas, como la chicha.
Algunos llegaron en familia, como José Fuentes, quien es oriundo de Talca y se encuentra en Concepción visitando a su hijo.
Aprovechó las visitas a las ramadas penquistas para ponerse al día. “Estamos sirviéndonos un terremoto con el hijo que vive acá, estamos contentos de que sea un fin de semana largo, ya que nos permite disfrutar con la familia”.
Otro de los asistentes a las ramadas del Parque Bicentenarios fue Paulo Inostroza, quien llegó acompañado de su hija de tres años, con quien estuvo bailando un par de cuecas en la pista de baile. “Se curó ya con el terremoto para niños (risas), esta todo súper rico y lo bueno es que en estos locales venden jugos y cosas así, y no sólo bebidas alcohólicas, y eso es bueno para los niños.
Ahora hay que aprovechar de bailar, así cuando nos pesemos en unos días más no nos duela tanto”, comentó el miembro de la solitaria pareja de baile.
Si lo comensales están felices, los fonderos del Parque Bicentenario también lo están, ni la lluvia que cayó la noche del miércoles en Concepción pudo mermar la asistencia de público al recinto.
Felipe Domínguez, uno de los fonderos, comentó que las cuentas son alegres. “A estado bueno, la gente ha llegado harto y la lluvia no nos frustró la parrilla, así que no perdimos mucho y la invitación es a que vengan a visitarnos”.
Otro de los presentes en el lugar es Henry Muñoz, venezolano que se encuentra a cargo de las parrillas de uno de estos locales.
Quien aseguró que es una grata experiencia. “Todo positivo, hay mucha gente simpática que entrega buena onda. Uno aquí se acostumbra al arte de la parrilla”, afirmó.