Sólo seis horas duró la ilusión de la familia de Jorge Maulén Vásquez, el comerciante baleado en la cabeza, en una emboscada en Tirúa, el 13 de diciembre de 2018.

El 10 de mayo de este año volvió a su casa, luego de cinco meses internado y sometido a terapias para recuperarse tras el ataque, pero tras sufrir convulsiones, falleció, sumiendo a su esposa, hijos y hermanas en un profundo desconsuelo.

Hoy, decidieron buscar respuestas por todo lo ocurrido, por lo que contrataron al estudio de abogados Leal, Fritz y Asociados, para presentar acciones legales. Ya interpusieron la querella por su muerte y hoy estudian acciones en los ámbitos civil y laboral.

Luis Fritz, abogado jefe de la sede Concepción, recordó que Maulén iba ese tarde acompañado por su esposa Ana María Martínez. Iban a Tirúa a repartir cigarrillos, ya que Maulén trabajaba como encargado de la distribución de tabacos en la zona de Tirúa y Arauco. Vieron neumáticos en la ruta, les lanzaron piedras y, luego, dispararon a Maulén, quien perdió el control del vehículo y cayó en una zanja del camino. Fue trasladado a Tirúa, luego, a Cañete y, finalmente, al Hospital Clínico Regional. Ingresó en estado crítico al centro asistencial penquista, con heridas en la región frontal y parietal de la cara, además de una lesión intracerebral. Más tarde fue trasladado al Hospital Clínico del Sur.

“Desde el punto de vista laboral, hay una empresa mandante (Tabaquería Chile) y una empresa contratista (Virgo L). El matrimonio, aparte de cigarrillos y documentos de pago, transportaba valores entre los 20 y 50 millones de pesos en efectivo, lo que era sabido. Eso llama la atención, porque el transporte de valores deben realizarlo personas calificadas. Entonces, esto podía llamar la atención de ciertas personas”.

Al haber sido calificado como accidente laboral, ambos fueron atendidos en el Hospital Clínico del Sur, al pertenecer a la Achs, por lo que estudian la presentación de una acción laboral de este tipo.

En cuanto al tema penal, el profesional recordó que son dos víctimas, él y su esposa, “pero don Jorge sacó la peor parte: el disparo le dio en la cara, perdió un ojo, no pudo volver hablar. Su ficha clínica indica que él entendía todo, entonces, lloraba de impotencia porque no podía comunicarse”.

Es por estos antecedentes que los abogados se inclinan a creer que esto se habría tratado de un robo organizado al saberse que ellos manejaban esas cantidades de dinero.

Y también estudian la posibilidad de una demanda civil, ya que falleció después de seis horas de recibir el alta médica, sin que la familia hubiera recibido algún tipo de indicación para tratar algún tipo de complicación que surgiera en el domicilio.

Pese a que la autopsia dice que falleció de un infarto agudo al miocardio, el objetivo de los abogados es pesquisar qué fue lo que lo provocó.

“Cuando un accidente es catalogado como laboral, se establece que la Achs debe atender gratuitamente al trabajador hasta tener el alta médica, es decir, hasta haber logrado la sanación completa de la persona”, dijo el profesional.

Sin embargo, Fritz, especializado en el área laboral, aseguró que en Chile son comunes las altas prematuras desde la mutualidades, “porque esto implica un ahorro en gastos y una mejora en las estadísticas, pero no siempre los trabajadores están aptos para ser dados de alta. Es evidente que acá hay algún tipo de responsabilidad, porque él no estaba listo para ser dado de alta y eso lo prueba que falleció horas después en su casa”.

Claudia Castillo, abogada del estudio y especialista en el área penal, detalló que aún esperan diligencias solicitadas a la Fiscalía para decidir la interposición de las acciones civiles y laborales.

“Por ejemplo, ya sabemos que él sufrió episodios de convulsiones mientras estuvo internado. Al momento de ser enviado a su casa, la familia no recibió indicación alguna para saber qué hacer en caso de una emergencia.

Ambos confirmaron que Ana María Martínez ya declaró ante la Fiscalía, diligencia que fue compleja, por el estrés post traumático que ella sufre. Su testimonio da cuenta que ya les habían advertido del riesgo que corrían en la ruta al transportar esa cantidad de dinero en un vehículo que ni siquiera contaba con un blindaje.

“Ella recuerda que su esposo esquivó los neumáticos y recibió los disparos cuando no lograron detenerlo. Entonces, lo que creemos es que querían tener acceso al vehículo, pero con el disparo, los vidrios se llenaron de sangre, por eso, pensamos que los atacantes, al ver esto, optaron por huir”, precisó Fritz.