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Ministro Lamberto Cisternas: “Este ha sido un golpe muy fuerte para la moral del Poder Judicial”

De visita en Concepción, el magistrado abordó la crisis producida tras la suspensión de tres ministros de esa corte por corrupción. Afirmó que como jueces no tienen inconveniente en mejorar el sistema de nombramientos y aseguró que la ciudadanía sigue confiando en el sistema de justicia.

Por: Carolina Abello 23 de Junio 2019
Fotografía: Raphael Sierra P.

Han pasado meses, pero el escándalo de corrupción ocurrido en la Corte de Rancagua aún remece al Poder Judicial. Los tres jueces suspendidos de la Corte de Apelaciones de Rancagua: Emilio Elgueta, Marcelo Vásquez y Marcelo Albornoz pusieron en jaque la credibilidad del Poder Judicial, quien aún enfrenta los coletazos de lo ocurrido.

De visita en Concepción, para encabezar un seminario sobre Derechos Humanos, el vocero de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas, se refirió al tema y afirmó que “desde el punto de vista de la moral dentro del Poder Judicial este ha sido un golpe fuerte, porque son tres ministros, es en una corte y es un caso con repercusión nacional. Es grave, entonces la moral interna está un poco resentida”.

El ministro insistió en que el tema les duele, ya que son mil 200 jueces y 12 mil funcionarios, “entonces es terrible que por unos poquitos se cuestione al Poder Judicial, cuando hay tanta gente que cumple muy bien su trabajo”.

Cisternas explicó que lo que ocurre hoy es que “alguien llama para pedir algo y el que recibe el llamado es demasiado susceptible, y lo comenta más de la cuenta, entonces se genera un ambiente como que hay presiones internas. Yo no digo que no las haya, algunas ha de haber, hay gente que está en el nivel superior que no entiende y gente que está en nivel inferior que es muy susceptible, entonces se ha creado un ambiente en que parece que todo fuera tráfico de influencias, cosas raras, y la verdad es que no es así”.

El ministro ejemplificó esta desconfianza con que el sistema de justicia “es lento, porque uno va después de los hechos. Pasa tiempo desde que se formaliza, se llama a los testigos, se llega a juicio. Entonces en este mundo donde usted aprieta una tecla de su celular y se comunica con Corea al instante, ésta es una cosa decimonónica, pero la verdad es que no se ha descubierto otra manera de hacer justicia”.

– O sea, ustedes no temen que en otra región del país ocurra un caso similar al de Rancagua.

– Con los antecedentes que tenemos no tenemos ese temor, pero sabemos que puede ocurrir y por eso es que estamos atentos a concluir la investigación, sacar de ahí las lecciones y mejorar los sistemas de control.

Cisternas explicó que hay jueces de otras ciudades que están supliendo a los jueces suspendidos y tomaron otras medidas en pro de la transparencia.

– ¿Cómo manejan el hecho de que los jueces tengan reuniones con políticos como ocurrió allá? ¿Se puede, no se puede, hay que protocolizarlas?

– Mi opinión personal es que hay que mantener un sano equilibro, o sea, a mí no me pueden pedir que no me reúna con nadie ni converse con nadie, porque estamos en un mundo de vinculación. Pero tampoco puedo reunirme con todos a cada rato y ande en almuerzos y en comidas. Hay que mantener el sano equilibrio que corresponde a un magistrado, entonces si alguien me pide audiencia, yo lo puedo recibir, y lo dejo registrado. Si me quiere hablar de causas, yo mismo debo frenarlo. Y mis amigos deberán entender que yo no puedo recibirlos para cosas relacionadas con el trabajo.

– Pero ahí queda al criterio de cada uno.

– Claro. Ahora si yo veo la agenda y me doy cuenta de que un juez recibe todas las semanas al mismo diputado, ya no estamos bien. Y como se ha ordenado que ahora la agenda sea pública y está en el sistema, cualquiera lo puede revisar.

– Usted es partidario de realizar cambios en el sistema de nombramiento de jueces y ministros.

– Hay quienes critican muy fuertemente el sistema, porque hace que los jueces de nivel inferior se sienten con poca independencia, ya que es propiciado por los ministros, y que hay un flujo de influencias, de amistad y de política. Nosotros no tenemos inconveniente en mejorar el sistema, pero los cambios habría que legislarlo. Hay gente que propone que los nombramientos estén a cargo de un órgano externo, pero habría que ver cuál y todos esos son tópicos que habría que conversar.

– Pero usted comentó antes que, más que de mérito, es un tema moral y ético, entonces cómo podría asegurarse que la persona escogida cumpla con esos requisitos.

– Esto es un camino abierto, porque lo que no se decía antes ahora se dice, porque hay más empoderamiento de la comunidad, ha avanzado el tema de la transparencia y la tecnología permite más posibilidades de un control ciudadano y también institucional. Es decir, si un juez se pasea por la plaza a la hora de trabajo, cualquiera puede tomar una foto y denunciarlo.

-¿Cree usted que va a costar que la gente recupere la confianza en el Poder Judicial?

– Yo no creo que exista esta tan grande desconfianza, o que se haya generado con el tema de Rancagua. Tiene que ver con la función: cuando usted tiene que partir el queque, alguna de las partes va a quedar en desacuerdo, porque concurren para llevarse el queque completo. Entonces uno deja disconformes y creo que en la propia naturaleza de la función hay algo que suscita esta desconfianza. Y si tenemos poca transparencia y rapidez, se genera más desconfianza. Por eso nuestra idea es que se aumente la transparencia, tengamos una política de puertas abiertas, y que seamos más eficientes.

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