Es investigador y académico premiado. Ha escrito libros que han marcado hitos en Chile. Sus charlas rompen récords de asistencia. Y, sobre todo, se ha dedicado a acercar la ciencia al ciudadano común, mostrando que es imperioso diferenciar entre creer... y saber.
En tiempos en que se usan los dedos cada vez menos para voltear páginas y cada vez más para presionar pantallas, no deja de sorprender que un libro de educación científica logre la marca de 18 ediciones y 45 mil ejemplares vendidos, a tan solo dos años desde el lanzamiento. El éxito de José Maza como escritor lo ha convertido en una suerte de autor best-seller.
Pero con una diferencia fundamental: el negocio de los best-sellers se fundamenta en la seducción, no en la evidencia científica. Los libros de Maza, en cambio, encantan precisamente porque están cimentados en los hermosos avances de la ciencia. Un mérito, porque los científicos no siempre han sabido divulgar sus hallazgos, haciendo que fueran entendibles para la mayoría de las personas. José Maza está entre las honrosas excepciones y su trabajo en Chile recuerda al de Carl Sagan en los Estados Unidos de los años 80 y 90. Tal como el norteamericano, Maza es un éxito en librerías, en charlas de divulgación científica y en programas de radio y televisión. Esta semana estuvo en Bío Bío para una charla en La Tortuga de Talcahuano. Fueron más de 5.300 asistentes, otro récord nacional para el currículum del astrónomo. En una agenda repleta, encontró tiempo para conversar con Diario Concepción.
– En Chile convivimos con el éxito de libros de educación científica y a la vez con creencias en horóscopo, los Anunnaki, Reptilianos, la tesis de Tierra plana y un sinfín de teorías conspirativas. ¿Qué opina sobre ese panorama?
– Bueno, en la medida que los científicos estén alejados de la sociedad, los charlatanes empiezan a apoderarse de la escena y empiezan a aparecer más horóscopos, más tarot y más no sé qué. Todas las pseudociencias y todas estas cuestiones paranormales. Ayer en TVN estuvieron dos horas hablando de los duendes. A mí me da vergüenza. Vergüenza como ciudadano chileno que Televisión Nacional de Chile gaste dos horas de programación hablando de duendes. Si miran eso en otra parte del mundo, van a creer que este es un país realmente atrasado.
¿Es un problema de los medios, de su parrilla programática, de la audiencia, de las autoridades?
– La pregunta es: ¿Los medios de información están como para tratar de mantener a la gente ahí abajo pensando puras tonterías? De repente me pongo un poco paranoico y me da la sensación de que hay un plan para que la gente no tenga la capacidad de pensar. En el Siglo XIX, a los campesinos se los tenía analfabetos. ¿Para qué querían los campesinos saber leer y escribir? El patrón tenía campesinos y bueyes y eran como dos tipos de animales. Bueno, creo que estamos en el siglo XXI y es hora de que empecemos a darle la oportunidad a que todos lleguen a desarrollar su intelecto al máximo.
– Horóscopo vende más que la descubierta de una supernova….
– Sí, sí y sí. Yo acabo de estar en Estados Unidos y cuándo estoy allá siempre me voy a meter en esas grandes librerías. Uno entra a Barnes and Nobles y busca la sección de ciencia y encuentra un espacio chiquitito que son dos metros de estantería. Pero la parte de la pseudociencia es 10 veces más grande. Hay 10 veces más libros de astrología. Entonces la pseudociencia y la tontería venden en todas partes del mundo. Yo siempre digo a los jóvenes que la astrología es una tontería. El tarot es una tontería que no tiene ningún fundamento, pero de tanto repetirlo como que se transforma en algo que pareciera que tiene algo de cierto.
– ¿Qué mensaje les da a quienes creen en la existencia de vida inteligente fuera de este planeta?
– Es un tema de creencia. Tenemos ciertas nociones de cómo es el Universo. Puede haber vida en muchos lados, pero de ahí a creer que hayan venido en platillos voladores y que están en la Tierra, es otra cosa.
– Dentro de algunos años, Chile tendrá el 70% de los telescopios del mundo. ¿Hay oportunidades ahí para que Chile desarrolle tecnología en ámbitos externos a la Astronomía?
– Me imagino que en algunos ámbitos deberán aprovechar más las oportunidades que en otros. En Chile, una parte de la población pasará a ser irrelevante cuando todo se automatice. En las pocas fábricas que queden, los obreros serán reemplazados por máquinas y si esas máquinas no se desarrollan en Chile, entonces vamos a ser un país irrelevante. La fábrica de calzado Guante cerró hace poco y echó a 400 personas. Ahora mandan hacer los zapatos en China. Cómo vamos a ser un país que al final no vamos a poder hacer ni zapatos, ni camisas ni nada, porque todo se lo vamos a encargar a los chinos. Lo único que ha hecho Chile históricamente es vender cosas como el salitre, el cobre y ahora quieren vender litio. Vendemos tomate y lechuga y vino. Incluso es casi un milagro que Chile haga vino, pues deberíamos vender la uva para que otros hagan el vino y después nos los vendan.
– La creación del Ministerio de CyT y Conocimiento ¿podría ser un punto de inflexión?
– Me parece un paso muy positivo. Un ministerio permite canalizar y coordinar una inversión en ciencia y tecnología mucho más que Conicyt. Había que tener una nueva institucionalidad. Pero no podemos seguir cómo estamos. De los 40 países de la OCDE, Chile el país que menos invierte en ciencia y tecnología, con un 0,38% del PIB. Los países que se están desarrollando fuertemente invierten un 4%. Si Chile invirtiera el doble en ciencia y tecnología, seguiríamos siendo el último país de la OCDE. La verdad es que los políticos tienen que entender que si queremos desarrollarnos de verdad, tenemos que invertir en ciencia y tecnología.
“Tengo muchas ideas que no llegan a ninguna parte, algunos libros a medio escribir, incluso. Pero hay un libro que sí lo quiero escribir y es sobre Copérnico, Kepler, Galileo, Tycho Brahe, Newton y lo que se llama La Gran Revolución Científica. Explicar ahí cómo cambió la mirada del hombre desde la teoría heliocéntrica de Copérnico hasta la gran síntesis de Newton. Me parece que es algo que es de cultura general, no es ciencia para los ingenieros, sino que cualquier persona culta debería conocer ese grupo. Ya tengo apuntes y es cosa de que me siente dos semanas en mi escritorio para escribirlo. Será un libro de unas 120 páginas más o menos”.