Expertos concuerdan en que para llegar a Penco se debe usar la vía existente, que ahora sólo tiene circulación de carga. Transportes recalcó que la decisión ya está tomada.
“La decisión de llegar con el servicio de Biotrén a Penco está tomada. Ahora haremos un estudio que determine cómo se hará”, aseguró Jaime Aravena, seremi de Transportes, tras el anuncio realizado por el Presidente Sebastián Piñera en su cuenta pública.
Aseveró que el estudio de factibilidad, que hará Fesur, determinará el trazado del servicio, pero que está claro que la idea es usar la vía férrea existente, pues está subutilizada.
Por Manuel Rodríguez, Vicuña Mackenna, Barrio Norte y Bellavista el tren circularía sin problema, pues existe vía férrea y mucha población, pero la situación cambia entre el río Andalién y el ingreso a Penco, porque sólo hay cerros. Eso podría implicar una modificación del trazado para adecuarse a proyectos inmobiliarios que se barajan en el lugar, que aumentaría la demanda del servicio. “Eso es en plano de idea, el estudio lo definirá”, dijo.
Se espera que el estudio esté listo antes del término del Gobierno, pues sería una opción de transporte público económica, no contaminante, que reduciría los tiempos de traslado y tendría sistema integrado. “Queremos mantener alto el uso del transporte público en la Región, es cercano al 50%, la más alta del país”, dijo.
Fesur estará a cargo del estudio que, según datos iniciales, involucraría la extensión en 16 kilómetros y al menos cuatro estaciones.
Víctor Lobos, presidente del directorio de Fesur, afirmó que el estudio, que costará $250 millones y tomará 18 meses, se licitará a fin de año. Ahora crearán las bases para poner en marcha el proceso. Eso sí, aún deben determinar quién lo financiará, se baraja entre ferrocarriles, Transportes y Gore.
El estudio definirá el costo de la obra, pero, según Lobos, ya se sabe que será alto, porque se debe reconstruir la red catenaria eléctrica para que los automotores funcionen.
Además, el estudio dirá si se debe construir una o dos vías para compatibilizar el servicio de pasajeros con la carga. De ser dos, se tendría que construir un nuevo puente ferroviario sobre el Andalién, lo que aumentaría el valor.
En tanto, Transportes, a través de Sectra, estudiará los flujos y zonas pobladas para determinar el trazado y la ubicación de las estaciones.
“Son ideas básicas, pero se piensa que puede ser la primera parte del futuro ramal norte, paralelo a la ruta del Itata, que sería la gran vía para conectar con Santiago de forma eficiente”.
La extensión no sólo aumentaría la calidad de vida de quienes usen el servicio, sino también el número de usuarios de Biotrén, tal como sucedió con la llegada a Coronel, pues el servicio subió de 5.000 a 24.500 por día en promedio, superando cinco millones por año.
Cabe recordar que la extensión a Coronel, que implicaba menos obras, costó US$ 80 millones. “Dependiendo de las ambiciones del proyecto, el valor sería mayor”, acotó.
Para Lobos, los altos niveles de congestión de la zona justifican el uso del tren, opción que, a su juicio, llevará a dejar el automóvil en casa, pues es seguro, ambientalmente amigable, tendrá accesibilidad universal y se unirá al uso de la electromovilidad, dando así el Gobierno la señal de que se necesita un transporte de mayor calidad.
Si todo va bien y existen recursos, el horizonte para que el Biotrén llegue a Penco, incluyendo estudios y obras, según Lobos, sería menor a 10 años.
Ya en 2015 el municipio de Penco solicitó al subsecretario de Transportes, Cristian Bowen, estudiar la extensión el Biotrén a Penco y Tomé, y a pesar de que hubo algunas reuniones, la iniciativa no prosperó.
El alcalde de Penco, Víctor Hugo Figueroa, afirmó que el futuro estudio es el primer avance real para lograr que el Biotrén llegue a la comuna, pero teme que no se autofinancie sólo con los 50 mil habitantes de Penco, sin los 55 mil de Tomé.
El alcalde habría preferido, según dijo, que el Gobierno hubiera estudiado la factibilidad de la obra antes de hacer el anuncio, pues, a su juicio, la Ruta 150 no tiene los niveles de congestión que la de Coronel y un buen servicio de taxibuses que haría directa competencia al Biotrén. “¿Qué pasa si el estudio arroja que los usuarios potenciales no son suficientes? Por eso, prefiero ser cauto”, dijo.
La lejanía de las estaciones, sin buses de acercamiento, también sería, según el alcalde, un factor en contra para que los pencones usaran el Biotrén, a diferencia de los tomecinos, que recorren una distancia más larga y deben cancelar $900 pesos por el pasaje a Concepción.
Eso sí, reconoció que la proyección del crecimiento inmobiliario en Penco incluye un proyecto de Aitué, un kilómetro antes de Playa Negra, que sumará 2.400 viviendas y 10 mil personas en promedio, que serían usuarios del Biotrén, pues tendrían la vía al lado de sus casas.
Lobos precisó que el objetivo es llegar a Penco y que el estudio tiene que ver la posibilidad de llegar a Lirquén, pero que todo dependerá si se justifica el flujo existente o si existe una potencialidad importante de aumento debido al crecimiento urbano.
La llegada a Tomé sería más difícil, indicó Lobos, pues la comuna levantó su línea férrea y ferrocarriles renunció a su tendido para que se generará la nueva llegada a la ciudad. Sin embargo, cree que a futuro la tendencia sería a recuperarla.
Solange Loyer, ingeniero civil, especialista en transportes y docente de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, aseveró que un tren a Penco se justifica en la medida que exista una demanda por parte de los usuarios.
Dicha demanda, según explicó, dependerá de varios factores, entre los principales está que el nuevo modo genere una disminución significativa en los tiempos de viaje y, además, debe ser accesible, es decir, contar con paradas a una distancia atractiva de los puntos de origen y destino de los usuarios.
Agregó que si bien no dispone de datos, a su juicio, actualmente la ruta a Penco no presenta altos niveles de congestión que puedan hacer atractivo contar con un tren. “La extensión a Coronel, por ejemplo, se justificó debido a la gran cantidad de viajes y al menor tiempo de viaje asociado al tren en los periodos de alta congestión. Lo que más valora la gente es el tiempo y cuando la frecuencia no es muy alta, la confiabilidad del servicio”.
Aseguró que el trazado actual de la línea resulta relevante, siempre y cuando pase por los puntos de principal demanda de usuarios, información que deberá entregar el estudio que se realice para la extensión.
Como una buena noticia calificó Pedro Cisternas, docente de Ingeniería Civil de la Universidad del Bío Bío, UBB, el anuncio de la extensión del Biotrén a Penco, pues, según dijo, atiende a una necesidad concreta, considerando el alto número de personas que a diario viajan a Penco desde Concepción y viceversa. “Esto tiene sentido si se consolidan en calidad los recorridos ya existentes a Coronel, Hualqui y Talcahuano, esta es una mirada metropolitana, grande y con una perspectiva urbana integradora”, comentó.
El Biotrén, a su juicio, debiese usar la línea existente, que sólo se ocupa para la carga, pues es un bien publico, que atraviesa la ciudad, que está al servicio exclusivo de varias empresas, pero sin utilidad social. El uso de la línea férrea, según dijo, da una alternativa de menor costo y justa socialmente.
La iniciativa es factible, porque el trazado ya existe, aseguró Cisterna y dijo que “no se requieran expropiaciones, la ingeniería esta en gran medida elaborada. Por tanto, la factibilidad técnica es evidente, más cuando fue una línea férrea que existió y era el medio de transporte mas habitual para los habitantes de esta Región”.
Agregó que el Biotrén favorecería a los habitantes de Barrio Norte, porque conectaría la ciudad con este sector que posee una precaria conectividad. “Este fue un planteamiento que propusimos el año 2014 al gobierno regional, de extender la línea del Biotrén hasta el puente Andalién en una primera etapa y de ahí a Penco”.
El trazado ya está, la antigua línea férrea que ya se usa, plantear otro sería un voladero de luces dijo Cisterna, asegurando que, además, el uso de la línea permitiría recuperar la memoria histórica y patrimonio.
Para Claudio Arce, presidente regional del Colegio de Arquitectos, el trazado del Biotrén a Penco debe ajustarse, al igual que las estaciones, a los centros poblados, “para que no pase lo que sucede camino a Chiguayante, que están muy espaciadas. Que tenga un trazado y estaciones similares a las del metro tren, de manera que contribuyan de forma más adecuada”.
Lo ideal, agregó el arquitecto, es que sea un sistema integrado con los buses, pues deriva en un salto exponencial en la calidad del servicio.
Comentó que la extensión contribuirá a que las comunidades de la conurbanción mejoren su calidad de vida, con menos tiempo de desplazamiento, tal como se ha comprobado con su llegada a Coronel.
Sin embargo, a su juicio, el sistema sigue estando al debe en calidad, frecuencia y estaciones. “Independiente de la mejora que se pueda hacer para aumentar los recorridos, se debe repensar el tipo de trenes, de tal manera que sirvan para realizar detenciones más seguidas y que cuenten con accesibilidad universal. Privilegiando sistemas inclusivos para una sociedad que envejece rápidamente”.
Arce agregó que se debe pensar en un Biotrén 2.0, que incluya un aumento de estaciones en los proyectos existentes, por ejemplo, una estación en Lonco y otra en Pedro de Valdivia. “Eso permitiría disminuir la gran cantidad de buses que circulan por las vías y que no cumplen con los estándares necesarios para tener inclusividad y accesibilidad universal”.
Lobos explicó que la distancia de las estaciones se calcula de tal forma que el tren pueda adquirir velocidad para ponerse en marcha y disminuirla en las paradas, se necesita, al menos, 800 metros o un kilómetro de distancia para que tome velocidad y pueda competir con los buses.
Aseveró que la ubicación de las estaciones siempre dependerá de la densidad poblacional y que, por el momento, se planea renovar las existentes con una inversión de US$ 2 millones.