Desde construcción de viviendas sociales, mejoras en la conectividad hasta protocolos de acción frente a tsunamis, son parte de las nuevas estrategias que buscan mejorar la calidad de vida de grupos vulnerables presentes en la capital regional.
La desigualdad social es un tema que ha sido puesto en tela de juicio en varios debates de interés nacional y con el fin de combatir esta realidad, el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (Cndu), el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dieron a conocer un nuevo sistema para medir la calidad de vida en las ciudades del país.
El acuerdo transversal propuesto por las entidades, a cargo del Sistema de Indicadores y Estándares de Desarrollo Urbano, Siedu, que mide los atributos de calidad de vida, para reducir las desigualdades y medir la efectividad de las acciones del Estado en materia de ciudad, para Sergio Baeriswyl, presidente del Cndu, es un hito importante, sin precedentes, sobre la realidad de los habitantes del país.
“Que se incorporen indicadores de calidad de vida es un avance enorme, un hito histórico en la evolución que han tenido las herramientas de desarrollo urbano de las ciudades”, explicó.
A su vez, destacó la visión del director nacional del INE, Guillermo Pattillo, de llevar estos indicadores a estadísticas oficiales que estén a disposición de toda la ciudadanía.
Este avance estadístico, que se enmarca dentro de la Política Nacional de Desarrollo Urbano, promulgada en el 2014, lleva a analizar, ¿cuál es la realidad del Gran Concepción?, basado en tres puntos específicos: integración social, conectividad y acciones ante un eventual tsunami.
El Cndu estableció como estándar que una unidad vecinal integrada socialmente debía contener como mínimo el 20% y máximo el 60% de población vulnerable, correspondiente a los dos quintiles de menores ingresos.
Al respecto, el seremi de Vivienda y Urbanismo del Bío Bío, James Argo, comentó que son varios los avances que se están realizando para mejorar la calidad de vida de los penquistas. “Si bien a nivel nacional estamos impulsando la agenda de integración, en la Región el esfuerzo no ha sido menor. Durante este año, estamos con 19 proyectos sociales, para entregarles viviendas dignas a grupos vulnerables. Sólo en el año 2018 las construcciones superaron el cupo que se había planteado originalmente, que correspondía a 1.991 viviendas, el que fue aumentado en un 88%”.
A lo que se sumó la incorporación de nuevos trabajos, “la inversión pública que tuvimos, colaboró en la creación de nuevas fuentes laborales, hablamos de 9.950 empleos directos, siendo la segunda región con más viviendas construidas, después de la metropolitana, lo que se suma a la construcción de áreas verdes, revitalizando las redes de parques, dependientes del Serviu, como es el parque metropolitano de Cerro Caracol, en la capital penquista”, señaló Argo.
Con el fin de terminar con la segregación urbana, el Ministerio de Vivienda ha debido replantear su foco de acción, en este sentido, el subsecretario del Minvu, Guillermo Rolando, comentó que, “los nuevos desafíos que enfrentan las ciudades, como el adecuado uso de los espacios y la integración social fomentan el intercambio de miradas, en lo que el Cndu ha tenido un rol relevante , en cuanto a mejorar las ciudades y hacer mejor uso de los espacios públicos. Además, nos ha hecho evaluar el cambio de nombre del Ministerio de Vivienda para reflejar lo que está ocurriendo a nivel de sociedad, al de Ministerio de Ciudad, Vivienda y Territorio”, aclaró.
Cambio que, para el seremi James Argo, no es sólo nomenclatura, ya que implica cambios de base en materia de integración y planificación.
Sobre lo que se está haciendo a nivel local, desde el Minvu, Argó manifestó que “ en el caso puntual de Concepción, tenemos un trabajo bastante importante que ya estaba en curso, antes del cambio legislativo que se propone, que dice relación con la modificación al plano regulador metropolitano de Concepción, el que contó con la participación de la ciudadana, con más de 900 indicaciones, en las que estamos trabajando actualmente”.
En cuanto a los tiempos de viaje, la medición dada a conocer por el Minvu, Ine y Cndu, se determinó que la duración máxima del 90% de los trayectos más largos para cada urbe, se estableció como estándar una duración máxima de 60 minutos, los que, dependiendo de la comuna, hacia la capital regional, pueden tardar cerca de 1 hora y media en hora punta.
“Esto, sin duda, impacta directamente en la calidad de vida, sobre todo, para el habitante de zonas más extremas, como es el caso de los lotinos, que en promedio realizan 1.086 viajes, con un tiempo de traslado por carretera de 87 minutos. Afortunadamente, hoy estamos con una alternativa adicional, con el Biotrén que ayuda a paliar la distancia hacia en el centro de Concepción”, detalló el seremi de Transportes.
A su vez, “ tenemos muchos corredores de transporte público que permite que las personas puedan acceder al centro de Concepción de la mejor manera, también se han hecho varios kilómetros de ciclovías para que la gente pueda circular por ellas, además de infraestructura que soporta la cantidad de automóviles hoy transitan desde y hacia la ciudad”.
En cuanto al transporte público, “este absorbe alrededor del 40% de los penquistas, es decir un alto público que no tiende a descender. O sea, si bien creció el uso del automóvil, esto no va en desmedro de los buses, lo que es una buena noticia, porque la gente los prefiere para llegar a la hora a sus trabajos”, precisó el seremi Aravena.
Sobre lo que falta, James Argo comentó que están trabajando fuertemente en las distintas redes intercomunales, con el fin de mejorar los tiempos de desplazamiento de los residentes del Gran Concepción.
“Estamos trabajando en terminar lo que nos queda de la Costanera Mar en San Pedro de la Paz, donde se genera mucho taco y el par Collao – Novoa, los que una vez terminados reducirán los tiempos de traslado de los vecinos de dichos sectores, como también las mejoras de la autopista a Talcahuano, lo que se sumado a la implementación de nuevas ciclovías, sin duda ayuda a reducir los tiempos de viaje”.
Respecto a la población expuesta a un desastre como la del 27/F, el sistema de medición determinó que todas las ciudades emplazadas en el borde costero presentan riesgo de sufrir un tsunami.
En el caso de Talcahuano, el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano a partir de las cartas de inundación por tsunami elaboradas por el SHOA y la población levantada por el Censo 2017 del INE, posicionó a la ciudad como la de mayor riesgo, con un 42,7%.
Algo que para el jefe del departamento de Gestión de Riesgo de la municipalidad del Puerto, Boris Sáez el informe dado a conocer es bastante más favorable de la realidad de Talcahuano. “El parámetro que nosotros estamos usando es que nos entrega el Shoa y bajo este escenario toda la población bajo la cota 30 metros sobre el nivel del mar, está en riesgo de ser víctima de tsunami y en ese sentido en vez del casi 43% que habla el INE sería cerca del 75%, en el caso nuestro”.
En cuanto a los sectores expuestos, que se suman al plano de la comuna, se encuentra Higueras y medio camino, por lo que están trabajando en dos áreas de acción para preparar a la población: Educación y prevención; y preparación y reacción, con los que buscan empoderar a la población en caso de ocurrir un evento de magnitud.
Trabajos que Sáez cataloga como exitosos y que, si bien sería arriesgado decir, que en caso de ocurrir una experiencia como la de 2010 Talcahuano reaccionaría excelente, considera que a nueve años de la catástrofe tienen mayor cantidad de herramientas para enfrentar un desastre.