Parques, centros comerciales, aceras, ciclovías y buena iluminación deben ser parte de la intervención que se realice. Colegio de Arquitectos propone un concurso de ideas sobre la proyección del bicentenario.
Muchas han sido las críticas generadas a la construcción del puente Bicentenario, partiendo por el tiempo de ejecución, pues se esperaba que en 2012 estuviera terminado y conectado con calle Chacabuco. El viaducto ya está listo desde septiembre de 2018 y se conectará, según el ministerio de Obras Públicas, el segundo semestre a la Costanera, pero sigue pendiente la llegada a Chacabuco, faena que según confirmó el subsecretario de Obras Públicas, Lucas Palacios, será con vía elevada para no dividir a la población Aurora de Chile y no cruzar la vía férrea.
La determinación del MOP, que implica desembolsar $5.000 millones para empalmar el puente con la avenida penquista, estaba en el proyecto inicial licitado en 2012, pero en 2016 fue modificado y se definió un terraplén para que el viaducto pasara a nivel.
“El viaducto llegaba a un disco pare y al patio de maniobras de ferrocarriles y 100 metros más adelante había un semáforo. Del punto de vista lógico, no tiene sentido”, afirmó el seremi de Obras Públicas, Daniel Escobar, y comentó que dicha estructura repercutiría en el desarrollo del modo ferroviario, motivo por el que se retomó la idea inicial con el paso translúcido.
La nueva estructura de 328 metros de largo, llamada translúcida, porque usa pilotes a la vista, contará con dos pistas, al igual que el puente, y bajo ella, el Minvu desarrollará un parque y sectores propicios para el esparcimiento de la comunidad.
Pero la futura obra fue cuestionada por el alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, quien se mostró preocupado por la decisión del MOP, pues, a su juicio, la iniciativa generaría segregación social, por lo que llamó al Gobierno a respetar lo ya acordado.
De hecho, el ex seremi de Obras Públicas, René Carvajal, afirmó que la ciudad consensuó que la conexión del puente tiene que hacerse a nivel para avanzar hacia una ciudad más amigable, con un desarrollo urbanístico acorde y con igual valor “para así no continuar teniendo una ciudad dividida que de la espalda al río”.
Carvajal recalcó que la decisión de hacerlo a nivel no fue una decisión sólo del MOP. “Ahora están actuando igual que como en el primer gobierno (de Piñera). A Aurora de Chile no lo consideraron y hoy a Concepción tampoco. ¿No piensan en lo que quiere el alcalde con la comunidad organizada? Están tomando de nuevo una decisión sin consulta”.
La duda que presentó el alcalde Ortiz no es extraña, aseguraron arquitectos y urbanistas, pues estructuras del tipo que propone el MOP generan una sombra urbana, que puede implicar inseguridad social.
Sin embargo, según explicó Bernardo Suazo, arquitecto a cargo de la Unidad de Estudios y Proyectos, de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía de la Universidad de Concepción, dichos espacios se pueden tratar para evitar problemas, por ejemplo, un parque, lugares de juegos o locales comerciales que den vida urbana contribuirían al control social y a una mejor calidad de vida.
“La estructura translúcida no corta desde el punto de vista funcional la ciudad (…) en Nueva York las líneas del tren pasan por arriba y bajo ellas hay, por ejemplo, skate park y comercio que dan vida al lugar. Por eso, no veo que genere segregación si se realizan esos cambios”.
En la misma línea, Sergio Baeriswyl, presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, afirmó que para que no exista segregación urbana se debe diseñar la estructura soportante del viaducto, de manera que sea un espacio de calidad y esparcimiento.
Detalló que en Europa hay ejemplos notables, donde los pilares de las vías elevadas han sido transformados en estructuras verdes. “Establecen distintos sistemas, a través de mallas, con vegetación que las envuelve, lo que permite no ver el hormigón sino lo verde. Debe ser bien iluminado y con funciones adecuadas, incluso, con equipamientos deportivos”, precisó el también Premio Nacional de Urbanismo 2014.
Idealmente, afirmó, se debe reducir el número de pilares, incluir, ciclovías y veredas, entre otras cualidades, las que deben ser acordadas con el Directorio Urbano y con las necesidades de los vecinos.
“Lo más importante es que el MOP asuma que debe hacerse cargo de esta estructura elevada, que puede ser un ejemplo en Chile de cómo se pueden resolver estos temas, o bien, un problema que se arrastre por años. Por ello, se debe trabajar con el Ministerio de la Vivienda para que deje de ser una obra del MOP y pase a ser una obra urbana, amistosa con el entorno y mejore la calidad de vida del barrio”.
Agregó que la idea de un terraplén sería una mala solución, pues cortaría el barrio en dos y no habría posibilidad de conexión para la gente.
En tanto, el Colegio de Arquitectos propone realizar un concurso de gestión de proyectos para determinar cómo se hará la intervención en el lugar. “Un concurso implicaría una decisión de ciudad, en el que estamos llanos a colaborar, que puede traer buenas soluciones y sabemos que en conjunto con el MOP, el Minvu y el municipio podemos gestionar un buen proyecto para el desarrollo de la ciudad”, afirmó Claudio Arce, presidente regional del gremio.
Recalcó que toda intervención constituye una oportunidad si se hacen bien las cosas, con un diseño que mejore la calidad de vida de la gente.
“Los bajo puentes, han ocupados como espacio de vida desde tiempos de los romanos, pero todo depende de cómo se haga. En Londres los restaurantes más prestigiosos se encuentran bajo esas estructuras (…), se pueden hacer equipamientos deportivos, artísticos y culturales, intervención que no debe tener una visión vial, sino de ciudad”.