Dos días después de asumir su cargo, detalló a Diario Concepción cómo pretende enfrentar los problemas del servicio. Deberá hacerse cargo del cierre del Centro Nuevo Amanecer y de la crisis que enfrenta la cárcel de menores de Coronel.
Una semana lleva apenas en su cargo la nueva directora regional de Sename, Ximena Morgan Herrera, la primera nombrada a través del sistema de Alta Dirección Pública en Bío Bío.
En ese lapso, ya visitó los dos centros más complejos de la zona: el centro de protección para niños Nuevo Amanecer y el Centro de Internación Provisoria y Régimen Cerrado (CIP-CRC) de Coronel. Además, ella misma citó y se reunió con las asociaciones de trabajadores y con las autoridades de la zona.
Morgan es licenciada en Trabajo Social de la Universidad de California y magister en Administración Pública de la Universidad de Nueva York. Entre los años 2013 y comienzos de 2019, la nueva autoridad se desempeñó en el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), como asesora técnica y coordinadora del Programa de Mejoramiento de Gestión (PMG) en materia de género de la institución y como contraparte institucional de prevención para el intersector: Sename y Ministerio de Salud, entre otras funciones.
En su primera entrevista para Diario Concepción, Ximena Morgan adelantó cuáles serán las prioridades de su gestión.
– Ser directora regional de Sename no es una tarea fácil, ¿qué la motivó a dejar su cargo en Santiago y venir a Concepción?
– Mi motivación es hacer una diferencia. Si no quisiera hacerlo estaría haciendo otra cosa, habría estudiado algo más simple. Los que hemos estudiado Trabajo Social sabemos que es difícil, es un trabajo desafiante, en el que se ve recompensas e impactos y eso nos nutre para salir adelante. Trabajé siendo contraparte de Sename en las mesas intersectoriales, que es distinto trabajar dentro, pero conozco los desafíos, el hecho que se tome el compromiso de fortalecer el Sename, los sistemas de protección de la infancia, de promoción y desarrollo de los niños y jóvenes, es un trabajo lindo y es bonito ser parte del proceso.
– Aunque haya significado irse de Santiago.
– Tengo una personalidad bastante adaptable. Los cambios no me incomodan y no me asustan. En Estados Unidos estudié en un estado y luego en otro. No es algo malo.
– Tampoco entonces la complicó el cuestionamiento de algunos sectores del oficialismo por no ser de su sector, pese a que usted ganó el concurso por ADP.
– En la vida todo el mundo te va a cuestionar por todo. Y si uno se pone a justificar se le va la vida y esas cosas no son importantes. Tengo la certeza de yo llegué acá por competencias técnicas y esa seguridad es lo que importa. A mí en lo personal no me afecta y no dejo que afecte mi labor.
– ¿Cómo pretende conocer la realidad de la Región en cuanto al trabajo de Sename?
– Mi plan es involucrarme. Soy una persona que le tiene mucho respeto al terreno. He pasado gran parte de mi vida profesional en eso, entonces entiendo que uno tiene que hablar con las personas, tener respeto por la experiencia de los otros y las previas. Ese es un comienzo. Y conversar de verdad, no sólo saludos protocolares y eso implica hacer preguntas difíciles y escuchar respuestas difíciles de oír, y desde ahí empezar. También hay que reconocer las cosas que sí están funcionando y potenciarlas. Yo no soy una persona que vengo con esta sensación de retroexcavadora. Hay logros que hay que reconocer.
Precisamente, el primer día de Ximena Morgan en Bío Bío partió con un caso complejo. Tras saludar al intendente Jorge Ulloa, en el primer piso del edificio, fue abordada por Favio Ruiz, padre guardador de B., quien junto con su esposa Vilma Araos, interpuso dos acciones legales en la Corte para evitar que el niño que cuidan hace 19 meses sea entregado en adopción. Caso ha conmovido a la opinión pública, pues pese a la intención del matrimonio de adoptar al niño, hoy de dos años, Sename no envió sus antecedentes al tribunal de Familia, postulando a otra pareja para ser sus padres adoptivos. La nueva directora se comprometió a recibirlos, cosa que concretó al día siguiente, el martes 5 de marzo.
“Creo que la escucha oportuna es clave, la escucha tardía no contribuye mucho”, comentó Morgan, quien aseguró estar aún reuniendo detalles sobre lo ocurrido en ese caso.
Otro de los desafíos que deberá abordar en la Región es la transformación del servicio que lo dividirá en dos áreas: una de reinserción social para jóvenes infractores y otra de protección de menores vulnerables. En esa última, este año debe cerrarse el Centro Nuevo Amanecer, que acoge a niños derivados por Tribunales de Familia con medidas de protección, como parte de la política de este Gobierno de cerrar los grandes Centros de Reparación Especializada de Administración Directa (Cread) y transformarlos en residencias familiares.
Con este nuevo modelo, las casas estarán ubicadas en zonas urbanas, y están planificadas para recibir hasta 15 adolescentes entre 14 y 17 años. Así se transformará el recinto ubicado en Andalién en tres residencias, dos familiares y una especializada, que será de transición cuando los jóvenes vengan de una Unidad de Corta Estadía Hospitalaria, porque tienen problemas de salud grave o de adicciones.
“Eso también es motivante. Cualquier persona reconoce que en Sename tiene que haber cambios. Lo que me motiva es ser parte y contribuir a esto. En Bío Bío el Nuevo Amanecer debe cerrarse este año. Hemos tenido reuniones con quienes están viendo la reconversión de este centro, pero esta semana debo visitarlo.
– Hay un ítem en el que su experiencia en Senda puede ser clave, y es el tratamiento que debe recibir los jóvenes con consumo de drogas y alcohol que estén en esas residencias, cómo planea hacer esta transformación con jóvenes que tienen adicciones.
– Desde mi experiencia no tienen consumo problemático de drogas, sino que solo consumo. Hay que hacer distinciones ahí. Requieren tratamientos distintos. Y con el consumo de drogas hay mucha ignorancia de que inmediatamente hay que ir al choque con tratamiento, cuando lo que necesitan es una intervención previa a eso, para evitar que evolucione a tal nivel que desarrollen dependencia o consumo problemático, y creo que ése va a ser uno de mis grandes aportes, como prevención y promoción de la salud integral de los niños, en un enfoque de cómo se crea un ambiente de bienestar y desarrollo dentro de esas residencias y que pueda tener un impacto directo en ellos. Esto ya se está hablando con Ministerio de Salud y Senda, para facilitar este tema.
– ¿Cómo va a hacer para insertar residencias familiares en barrios, para que no sean rechazadas por la comunidad? como ha pasado en otras ocasiones.
– Ahí hay un proceso y educación con la comunidad. Muchas de las resistencias, casi todas, se basan en ignorar cuál es la realidad y los hechos muchas veces se alimenta del desconocimiento, y el modelo de que estas residencias deben ser ambientes propicios para el desarrollo y no hay nada que sea contrario a lo que ocurre en un barrio residencial. Son hogares más pequeños, con menos niños que un Cread, y creo que hay una responsabilidad de la comunidad de hacerse parte de esto, porque el bienestar de los niños no es solo de Sename, ni de las instituciones, sino de las personas del día a día. La vecina que ve una vulneración de derechos y no dice nada, o una persona que ve a un joven consumiendo drogas y no hace nada. Antes, cuando era pequeña, si uno estaba mal, los vecinos nos llamaban la atención o nos invitaban a un tecito, te cuidaban, y eso se ha perdido con el tiempo y hay que encontrar vías para ir reconstruyendo esos lazos comunitarios, porque cuando eso pasa se crean ambientes más seguros. La gente habla del “problema” de los niños, y no cuestiona el rol de los adultos. Los problemas no son de ellos, sino del trato que reciben.
– Uno de los lugares más complejos de la Región es el de Coronel, con ingresos de drogas e intentos de suicidio. ¿Cómo planea manejar esa situación?
– Hoy hay menos incidentes de los que había antes. Hace un año era algo de todos los días, ahora ha bajado. El desafío es mantener eso y mejorar. Tiene que haber actividades no solo recreativas, sino que socio educativas, porque no son solo cárceles, sino que centros de rehabilitación. Estas actividades tienen que estar asociadas a fomentar la convivencia y la resolución de conflictos y que se intencionen como tal. Hay que hacer actividades pensando en los objetivos que quiero lograr. y cómo se pueden evaluar. Si no, solo estoy jugando fútbol, por ejemplo, y si no tengo objetivos en mente, ese nivel de competitividad puede causar más agresividad en los chiquillos. Tengo que conocer el sentido que tienen las actividades para ellos para resignificarlas y utilizarlas para conseguir el objetivo que nos propusimos.