La Organización Mundial de la Salud advierte que la exposición prolongada a este tipo de contaminación eleva el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares e hipertensión, además de una pérdida de audición que puede llegar a ser permanente.
Hace un tiempo, Diario Concepción informó sobre las normativas que buscan evitar la contaminación acústica en la capital de la Región del Bío Bío. A un año de la publicación, recorrimos las calles de la ciudad, logrando advertir que aún existen decenas de locales comerciales y personas que en pleno centro incumplen la normativa.
Solo en el paseo peatonal en calle Barros Arana se puede apreciar a músicos con amplificación, una veintena de vendedores ambulantes que vocean sus productos, tiendas con parlantes que apuntan a la calle con un alto volumen, además de individuos que buscan compartir sus creencias religiosas a todo pulmón o con ayuda de algún micrófono. Todas estas situaciones escapan a lo permitido por el municipio, además de ser una combinación nociva para la salud auditiva de cualquier persona.
De acuerdo a la ordenanza sobre gestión del medio ambiente para la comuna de Concepción, emitida a fines de 2014, “queda prohibido en general causar, producir o provocar ruidos, cualquiera sea su origen, ya sean permanentes u ocasionales, cuando por razones de la hora o lugar sean claramente distinguibles y sobrepasen los niveles máximos aceptados”.
Los niveles máximos están divididos en sectores, con diferentes límites dependiendo la clasificación de zonas acorde al plan regulador comunal:
Por lo anterior, en el centro de Concepción queda prohibido:
La encargada del punto de cultura Federico Ramírez y miembro del Departamento de Cultura de la Municipalidad, Carolina Lara, indicó que la administración estableció lugares específicos para que músicos puedan compartir su arte en el centro de la ciudad. Estos van desde la Plaza Independencia hasta la Diagonal Pedro Aguirre Cerda.
Sin embargo, para poder trabajar sin inconvenientes los artistas deben registrarse en el municipio penquista y pagar una cuota (acordada entre autoridades y los intérpretes ambulantes). De esta manera, los músicos podrán tocar en los diferentes puntos autorizados. Eso sí, solo está permitido tocar instrumentos musicales y cantar sin amplificación eléctrica. De ser sorprendidos – a pesar de la autorización municipal – estos serán sancionados según lo indica la normativa. La excepción es la Plaza Independencia, donde los artistas autorizados sí pueden interpretar acompañados de amplificación eléctrica.
Entre los transeúntes consultados existen quienes califican como desagradable los ruidos provocados por el comercio informal y formal. A su vez, hay quienes justifican la contaminación acústica bajo el argumento que es mejor tener un trabajo a no tenerlo. No obstante, desde la Cámara de la Producción y Comercio de Concepción son claros: hay que respetar la normativa.
El presidente de la Cámara de la Producción y Comercio de Concepción, Arturo Della Torre, indicó que “nosotros como comercio debemos dar el ejemplo y no poner hacia la calle parlantes o amplificación”. “Hemos detectado varios comercios que utilizan estas prácticas en la cual hacen ofertas o ponen música para hacer más atractivo al público la entrada a sus locales”, reveló el directivo.
Al mismo tiempo, Della Torre explicó que junto a inspectores municipales se está fiscalizando que la ordenanza se cumpla, ya que “cada local debe respetar al vecino y al transeúnte que va pasando por las calles”. Para el representante de la Cámara de Comercio local lo importante es atraer a los clientes de manera ordenada y cumpliendo con la ley.
La directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa, Zsuzsanna Jakabla, señaló a El País que “la contaminación acústica en las ciudades no solo es una molestia, sino también una amenaza para la salud pública”.
Según revela la especialista, los ruidos es “la segunda causa de enfermedad por motivos medioambientales”, solo por detrás de la polución atmosférica.
De acuerdo a cifras de la OMS, uno de cada tres ciudadanos de Occidente asegura sufrir durante el día problemas de salud ligados al ruido, mientras que uno de cada cinco dice tener dificultades para conciliar el sueño a causa del tránsito vehicular.
De verse expuesto de forma constante a este tipo de contaminación, se eleva el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares e hipertensión, además de una pérdida de audición temporal o en acúfenos (sensación de zumbido en los oídos). En el peor de los casos, las células sensoriales pueden verse dañadas permanentemente, lo que ocasiona una pérdida irreversible de audición, reveló la OMS.