Existe una gran diferencia entre ambas áreas de vegetación. Si bien las plantaciones corren peligro con los incendios, los bosques pueden quedar seriamente dañados, incluso de forma irreversible.
Las últimas semanas una serie de incendios forestales han afectado de gravedad la flora en la zona centro y sur del país, consumiendo miles de hectáreas y generando la necesidad de herramientas traídas del extranjero para el combate del fuego (Ten Tanker).
No obstante, durante estos sucesos diversos medios se han referido a las áreas afectadas como plantaciones y bosques, sin definir que existe una gran diferencia entre ambas.
Así lo definió la académica de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica, la bióloga con especialización en plantas, Aurora Gaxiola, quien aclaró: “Un montón de pinos plantados no son un bosque, son una plantación”.
De acuerdo a la experta con doctorado en la Universidad de Cambridge y post doctorado en la Universidad de Chile, “los bosques rara vez están formados por solo una especie, tienen una dinámica interna de ciclaje de nutrientes, tienen un proceso de sucesión, van cambiando de estatura, de ancho de los árboles”, entre otras características que los hacen únicos.
“Casi siempre y los bosques no están formados con solo más de una especie de árboles, que es lo que uno ve, hay arbustos, hay especies trepadoras, hay animales que viven en él, hay microorganismos, y son específicos. Van cambiando un poco con el tiempo o de una región a otra pero se vuelven como medio específicos”, explicó Gaxiola.
“Un bosque tiene una historia, tiene una identidad”, hizo énfasis la bióloga.
Por otro lado, desde Corporación Nacional Forestal, Conaf, precisan a través de su sitio web que las plantaciones forestales “corresponden a aquellos bosques que se han originado a través de la plantación de árboles de una misma especie o combinaciones con otras, efectuadas por el ser humano”.
Según reporta Conaf, las zonas verdes de Chile país cubren una superficie de 17,66 millones de hectáreas, lo que representa el 23,3% de la superficie del territorio nacional. De esta cifra, aproximadamente 14,41 millones de hectáreas, (19.04% del territorio nacional) son bosques nativos y 3,08 millones de hectáreas, corresponden a plantaciones forestales.
La bióloga Aurora Gaxiola reveló a Tele13 Radio que lleva a cabo una investigación respecto a la estructura de edades de la flora, tema preocupante para el futuro de los bosques del país.
“Ustedes saben que un país necesita niños y gente joven para mantener a toda la estructura económica, y el problema que tiene Europa que los jóvenes no están produciendo entonces en un futuro quién va a mantener la calidad de vida de los viejos si los jóvenes están diciendo “nosotros no queremos este estilo de vida”, bueno, imagínate lo mismo en los bosques, que ahora tu vas y ves puros adultos, y no ves niños y casi no ves jóvenes. Entonces cuando se mueran esos adultos qué va a haber después”, explicó la académica.
“Cuando se mueran estos adultos viejos no sabemos que pueda llegar”, aseveró, añadiendo “Le hemos dado seguimiento a un grupo de plántulas (árbol bebé) y efectivamente llegan semillas, germinan y uno ve los bebés, pero no pasan de determinada altura y no sabemos muy bien porqué (…) hay una altura en la que ya se mueren”, detalló.
Sobre las razones que actualmente están matando a los bosques, Gaxiola indicó que el principal problema son las especies de animales exóticos, ya que éstas devoran la vegetación local sin ningún depredador natural que los controle. “No tienen depredadores naturales, ese es el problema con las especies exóticas. No tienen controles que sí tienen en los lugares de donde provienen”, aclaró la especialista, quien agregó: “No vivían en Chile históricamente, por ende, las especies vegetales de Chile no han tenido una dinámica evolutiva de cambio con este tipo de animales”.
Para Gaxiola es posible la convivencia entre plantaciones y bosques. Para esto, es necesario evaluar las áreas dedicadas para cada tipo de vegetación. “Entiendo que debemos tener actividad productiva y que todos tenemos que comer. Las naranjas y las manzanas están plantadas en algún sitio, y algo se sustituyó para que esto se produzca. El problema son las intensidades, qué tan extensivo tiene que ser el área en el que estamos plantando algo y cómo decidimos el manejo. Cuánta área de bosque podemos dejar y para qué, podemos dejar algunas hectáreas entre las plantaciones y luego más hectáreas de bosque, hacer como un manejo de paisaje, generando un mosaico heterogéneo de vegetación”, sentenció la investigadora.