Pacientes trasplantados y en espera de órganos buscan incentivar donación
28 de Septiembre 2018 | Publicado por: Ximena Valenzuela
Hasta el 75% de los familiares de fallecidos, cifra 25% mayor al promedio nacional, rechaza la posibilidad de donar los órganos. Médicos y enfermos aseguran que se requiere educar a la población sobre los beneficios.
Desde 1997, se conmemora a nivel país el Día del Donante, fecha que nació en honor a Pamela Toledo, una menor que falleció a los 12 años, producto de un accidente cerebro vascular. La niña antes de morir había expresado a su familia su deseo de ser donante, su familia respetó y compartió su generoso deseo, convirtiéndose así en la primera donante pediátrica de Chile.
A pesar de su ejemplo, a nivel nacional se ha experimentado una importante baja de donantes de órganos a nivel nacional y regional, que influye directamente en las listas de espera para trasplantes.
Por ello, el Hospital Regional de Concepción buscando concientizar a la población realizó una actividad conmemorativa del Día del Donante con pacientes trasplantados a los que la cirugía les ha dado una oportunidad de vida y otros que siguen esperando, confiados en que pronto tendrán solución a su problemática.
Claudia Villalobos, jefe de la unidad de procuramiento del Hospital Regional, destacó que este año ha sido notoria la baja en la tasa de donación. “Por eso, estamos acá tratando de hacer conciencia de la importancia de la donación de órganos, que es un gesto altruista, que permite salvar vidas”.
Durante este año, el Regional sólo ha realizado dos procuramientos, que derivaron en siete trasplantes, pues a pesar que por ley se podría proceder, el centro hospitalario respeta la voluntad de la familia de ahí que, según el director del hospital, Carlos Capurro, sea necesario hablar el tema en familia y concientizar que donar es dar vida.
Villalobos agregó que el 60% de las familias consultadas, a pesar que el fallecido sea donante, se niegan a entregar los órganos, cifra que ha llegado, incluso, al 75% en algunos años, superando por lejos el 50% registrado a nivel nacional.
Dicho rechazo se fundaría, principalmente, en creencias religiosas, o bien, porque los familiares no comprenden que con muerte cerebral ya no tendrán recuperación.
Alejandro Villagrán (33), técnico en enfermería del Hospital Regional, que fue trasplantado de riñón a los 11 años por una insuficiencia crónica renal, situación que le permitió desarrollar su vida, tanto personal y profesional, pues ahora puede apoyar con fundamentos y su experiencia a los pacientes.
“El trasplante te cambia la vida. La falta de información hace que la gente no done, pero siempre les hago el llamado que donar es dar vida, por lo que es importante conversarlo con la familia y que así cumplan tu voluntad”, dijo.
En un plano distinto se encuentra Silvia Bastías (34), quien ya ingresó a lista de espera que maneja el ISP y anhela contar con un nuevo riñón para dejar de someterse a diálisis, proceso en el que lleva 11 años. “Creo que el Gobierno tiene que educar a la población en colegios y universidades sobre qué significa ser donante y la importancia que tiene para los enfermos”.
Agregó que espera pronto operarse para poder cambiarse a su nuevo departamento, que obtuvo por subsidio en Yobilo, Coronel.
El riñón del amor
Tres años en diálisis estuvo Jaime Sobarzo (59) producto de una insuficiencia renal, el proceso era complejo, doloroso y extenuante. Por eso, su esposa Luz Salazar (54) se decidió a realizarse todos los exámenes para confirmar si era compatible para entregar uno de sus riñones a su marido.
Salazar afirmó que para ella significa una demostración de amor a la persona con la que lleva 30 años de matrimonio, “pero también dije que si alguien más lo necesitaba habría hecho lo mismo”.
Hace tres meses se realizó la cirugía, a la que el personal hospitalario llamó como el riñón del amor, procedimiento que, según Salazar, fue indoloro y muy rápido. “No tengo dolores, el segundo mes comencé a trabajar, cuido adultos mayores y no he sentido molestia alguna, al contrario”.
Sobarzo aseguró que se siente muy bien, feliz porque ya no necesita diálisis y sólo toma medicamentos, “ahora me bajaron la dosis y mientras menos mejor. Esto me cambió la vida y fue gracias a la generosidad de mi esposa”, dijo.