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Hospital Regional realizó inédita cirugía a menor con fisura facial oblicua

Recibieron apoyo de jefa del área de Cirugía Plástica y Reconstructiva del Hospital Calvo Mackenna. El menor de un año y cuatro meses tiene una deformación muy extraña que afecta la cavidad bucal, nasal y ocular.

Por: Ximena Valenzuela 30 de Agosto 2018
Fotografía: Gentileza HGGB

Cada año, el Hospital Regional de Concepción recibe en promedio 35 nuevos casos de menores con fisura facial, alteración que se produce en el primer trimestre de embarazo, que provoca daño en las estructuras comprometidas, generalmente, desfigurando el rostro.

Lo más usual, según explicó el especialista responsable del GES de Fisurados, Jaime Muñoz, son las labiopalatinas, es decir, que involucran labios y paladar, tarea para la que están acreditados y que contabiliza en total 400 pacientes, y cientos de cirugías por año, pues el afectado, dependiendo de sus complicaciones, requiere de varias operaciones hasta el término de su desarrollo a los 15 años.

Sin embargo, la llegada de un caso muy poco frecuente de un menor de un año, que tiene comprometida la cavidad oral, nasal y ocular, generó que el Regional solicitara el apoyo de la jefa del área de Cirugía Plástica y Reconstructiva del Hospital Calvo Mackenna, Carmen Gloria Morovich, especialista en fisuras extremas, pues el procedimiento nunca había sido realizado en la Región.

Muñoz dijo que nunca había visto una fisura como la que padece el menor de Los Ángeles, que al ser oblicua, abarca desde unos centímetros del ojo hasta la boca, involucra paladar y encías. “Es determinada, según la escala del francés Paul Tessier, como tipo tres o nasoorbitaria”.

En la clasificación del especialista galo, que va de uno a 14, según la ubicación, se indica la tres como una de las más extrañas, con una incidencia que va desde 1,5 a cinco por cada cien mil nacimientos, considerada como la más difícil de corregir.

El niño de un año y cuatro meses, según su abuela paterna, Cecilia Santander, “aún sigue alimentándose con mamadera y papillas, le complica hablar y respirar, y como tenía su rostro abierto corría mucho riesgo de infección (…), necesitábamos que lo operaran pronto”.

Morovich, que integra las sociedades chilena y latinoamericana de Cirugía Reconstructiva, explicó que el nexo para intervenir al paciente en Concepción se gestó “porque es una fisura poco frecuente en la población y obviamente, la mayoría, incluso, el doctor Muñoz no la había visto nunca una en su vida profesional. Me pidieron que viniera y me pareció mejor, porque así todos podrían aprender la técnica y participar de la cirugía”.

Con la intervención, que tardó tres horas, en la que participaron dos cirujanos ayudando a Morovich y cinco observando el procedimiento, se logró cerrar todas las zonas blandas faciales. “Si lo ve en este momento no se imagina el daño que tenía, porque antes se veía hasta el fondo de la faringe (…), además, tiene comprometido el desarrollo óseo, especialmente, la zona maxilar”, detalló el responsable del GES de Fisurados del Regional.

Tras la plastía, la abuela del menor agradeció el resultado. “Ahora es mucho más lindo de lo que antes era”, dijo y agregó que el apoyo de los médicos locales fue fundamental para obtener dicho resultado.

La referente del Calvo Mackenna dijo que le resulta interesante y ejemplificador la participación e interés de los profesionales del Hospital Regional, especialmente, porque ella realiza actividad docente en postgrado, pasantías y pregrado. “Por eso, preferí viajar, era más productivo porque estaría todo el equipo”, dijo y añadió que contó con todo lo necesario para realizar la operación, por lo que está dispuesta a viajar nuevamente en caso de ser necesario.

Siguientes pasos

Luego de la cirugía realizada al menor, viene un proceso, a juicio de Morovich, igualmente importante como es la recuperación.

Aseguró que está tranquila de los resultados en esta fase, pues entre los profesionales del Regional está la cirujano plástico infantil, Claudia Narváez, que realizó una estadía en Santiago, donde aprendió todo lo relativo a la rehabilitación, “ortodoncia interceptiva, manejo de cicatrices y de conformadores nasales, entre otros. Es una etapa de igual importancia que la cirugía. No dudo que va a ser bien llevada”.

Eso sí, agregó que para la recuperación del menor se requiere de un equipo multidisciplinario y de varias cirugías para cerrar las zonas afectadas y unir los segmentos óseos. La próxima se estima que será en cuatro meses, para cerrar su paladar.

Además, según la cirujano, se deberá abordar el desarrollo cognitivo del niño, pues tiene un problema de hidrocefalia que implicará la instalación de una válvula derivativa.

“La idea es que después tenga una vida normal. Viene todo el proceso de crecimiento y desarrollo, se debe vigilar que todas las cirugías se hagan a tiempo, que tenga la rehabilitación oportuna, para que pueda hablar y así permitir una inserción escolar. Esto es GES, por lo tanto, hay un protocolo bien definido de aquí a los 15 años del paciente en que se deberá ir cumpliendo etapas”, puntualizó Morovich.

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