Coincidieron en que la principal falencia del sistema es que estos programas no pasan ningún proceso de revisión para así ser certificados o validados por alguna institución o autoridad.
La emergencia ocurrida el pasado sábado en la intercomuna Concepción-Talcahuano, hasta ahora deja más dudas que certezas, ya que a una semana de lo ocurrido, aún no se sabe el origen de la nube tóxica que causó pánico en la zona, y que en principio se creyó que se trataba de una fuga de gas en el mall Plaza del Trébol.
Por eso, las 60 mil personas que a esa hora estaban en el sector, en víspera del día del Niño, iniciaron una caótica autoevacuación que causó gigantescos atochamientos en el sector, porque todos intentaban salir del centro comercial, presas del pánico. Horas después, se confirmó que no se trataba de gas, por lo que se autorizó el regreso al recinto.
Para Alejandro Valdebenito, presidente nacional del Colegio de Expertos en Prevención de Riesgos, este caso da cuenta de que “la estructura preventiva del país no da respuesta a las condiciones de riesgo que hoy tenemos”. Agregó que, a meses de lo ocurrido en el Sanatorio Alemán, “no estamos aprendiendo de ninguna emergencia. Entonces las personas ya no están confiando, y cualquier situación de riesgo está activando una posible gran emergencia y estamos reaccionando”.
Precisó que, en ese caso, reaccionaron los clientes, luego se avisó por megáfonos, “y nosotros nos preguntamos, ¿qué pasa con una persona sorda? La prevención debe ser para todos”.
Valdebenito explicó que el sistema de evacuación está mal diseñado. “Se armó un taco gigantesco para poder evacuar. Lo ideal es que el mall tenga varias zonas de seguridad, donde a las personas se les explique en qué consiste la situación. “Y retirar el auto no puede ser más importante que salvar la vida”.
Agregó que el modelo chileno “es un modelo de seguridad acentuado en la protección del trabajador que tiene un contrato regular. La ley del Consumidor asegura que se debe proteger a las personas, pero en la realidad eso no existe. Vayan a cualquier mall de Chile y no hay señaléticas audiovisuales para evacuar. En el Costanera Center murió una persona en las salidas de emergencia, es decir, nadie las revisa”, fustigó.
“Hace un par de semanas, hubo un problema de hackeo de tarjetas de crédito, y salieron todos los políticos pidiendo medidas, pero acá no lo hacen. No entiendo cómo puede ser más importante el cuidado de un negocio que la vida de las personas. En un supermercado, hay dispositivos para que no roben: guardias, cámaras códigos de barras, pero no hay la misma preocupación para que las personas no mueran en una emergencia”.
El comandante de Bomberos de Talcahuano, Paolo Fregonara , estuvo presente el pasado sábado, y a su juicio, el plan de manejo de emergencias del mall requiere de un proceso de revisión post emergencia “y seguramente en ese proceso saldrán varias opciones de mejoras. La evacuación de un centro comercial, por cualquier motivo es de por si un escenario muy complejo de planificar y ejecutar. En aspectos generales el plan de emergencia y evacuación se ejecutó de acuerdo a lo que está definido y entrenado en simulacros”.
Sin embargo, tal como planteó Valdebenito, Fregonara dijo que “la administración de emergencias no está normada en Chile, en cuanto a cómo se debe realizar, y que metodología se debe aplicar. Sin embargo, creemos que la implementación del “Sistema de Comando de Incidentes” como herramienta universal, debe ser una de las lecciones aprendidas de esta emergencia”. Agregó que “es necesario que todos los actores con responsabilidades sectoriales, hablemos en un lenguaje común, con un sistema predefinido, con un sistema de comunicaciones fluidas y efectivas”.
En cuanto a la evacuación en otros lugares masivos, explicó que Bomberos tiene facultad para inspeccionar las instalaciones y verificar que estas cumplen con lo estipulado en el plan de emergencia y en el plan de evacuación y la observaciones deben hacerse llegar a las respectivas Direcciones de Obras (DOM) de cada Municipio.
Sin embargo, informó que los planes de emergencias y de evacuación en sí, como documentos técnicos no pasan ningún proceso de revisión, para que alguien o alguna institución los valide, los certifique y los autorice. “Es muy importante que esto sea modificado, pues la seguridad de las personas está en juego.
Agregó que la legislación vigente establece que es una obligación para la empresa constructora o inmobiliaria en cuanto a que al presentar la solicitud de recepción de las edificaciones cuya carga de ocupación sea igual o superior a 100 personas, destinadas a edificaciones colectivas, equipamientos y actividades productivas debe entregar su plan de evacuación al Cuerpo de Bomberos respectivo. Sin embargo, los Cuerpos de Bomberos solo debe recepcionar el plan. No están facultados para revisarlo. Agregó que, en caso de una inspección de los voluntarios, “es la DOM la que debe tomar acción, nosotros no tenemos autoridad para eso”.
Para el terremoto de 2010, uno de los pocos lugares que estaba en funcionamiento fue el casino Marina del Sol, lugar que cuenta con planes de manejo de emergencias.
Eduardo Mella, jefe de Salud y Seguridad Ocupacional Marina del Sol S.A., explicó que los casinos están regulados por una serie de procedimientos que exige la Superintendencia de Casinos de Juegos. “Uno de ellos es el procedimiento de emergencias y evacuación, el cual es revisado en forma permanente por la autoridad que nos regula, y que es una condición básica para la operación. Una vez al año este documento es modificado en base a nuevas normas internacionales, capacitaciones o la experiencia de los equipos, y contempla todo tipo de emergencias a las que se puede ver afectada la actividad de la sala de juegos, desde un amago de incendio hasta desastres naturales”.
Precisó que este procedimiento contempla la creación de un comité de emergencia, comunicación con organismos externos de apoyo en la emergencia (Bomberos, Carabineros, Ambulancias, etc.) y de ser necesaria, la evacuación de la sala de juegos por parte de los clientes y colaboradores.
En la emergencia de 2010, dijo que “afortunadamente no tuvimos mayores lesionados, considerando la magnitud del hecho y que dentro sala se encontraban clientes y colaboradores. Los procedimientos en dicha oportunidad operaron según lo esperado y las medidas tomadas luego de evaluar lo sucedido fueron por dos líneas: desde infraestructura, reemplazamos las placas decorativas de fibrocemento por una tela de seguridad, para evitar desprendimientos desde el cielo del Casino, y se invirtió para obtener una mayor autonomía energética: hoy podemos continuar operando por más de cuatro horas en forma ininterrumpida”.
Además, se estableció un plan de capacitación permanente a todos los trabajadores, “en especial a aquellos que tienen contacto directo con los clientes, para que posean las herramientas necesarias para enfrentar situaciones de emergencia.”
Luego del terremoto se abrió la oportunidad de establecer una comunicación directa con organismos de Emergencia, como la Onemi, Bomberos o Carabineros, “lo que nos ayudó a fortalecer nuestros procedimientos, ya que hoy contamos con mecanismos de información oportuna y canales que nos permiten dar la tranquilidad a nuestros colaboradores y clientes, que frente a una emergencia estamos preparados para actuar”.
Para esto, aseguró que todo trabajador que ingresa a Casino Marina del Sol pasa por una capacitación “que busca entregar los lineamientos básicos para apoyar al departamento de Seguridad a la hora de enfrentar un siniestro. Además, constantemente nuestro personal de Seguridad mantiene capacitaciones en procedimientos y manejo de emergencias, desde terremotos hasta incendios.
Además, el casino contempla más de 10 puertas de escape que comunican a las tres zonas de seguridad establecidas en el exterior, “controladas por cámaras y personal de seguridad, vías de escape claramente demarcadas y con iluminación independiente, que cubren perimetralmente nuestra Sala de Juegos, lo que permite la evacuación en cualquier dirección, además de señalética en todo el salón de juegos de un tamaño más grande que la establecida por norma. Hay vías de evacuación para personas con movilidad reducida o en silla de ruedas y los estacionamientos cuentan con señaléticas, direcciones y zonas de seguridad.
Por eso, en la emergencia del pasado sábado, tras constatar que el olor también llegaba al lugar, “se monitoreó en forma constante con Bomberos la posibilidad de evacuar la sala, en caso de que existiera alguna emergencia que nos afectara. Además, en forma interna con el personal Seguridad se chequeó que ningún cliente o colaborador tuviera algún tipo de inconveniente físico o de salud. Una vez que se descartó una fuga de gas por parte de los organismos pertinentes, y que se confirmó que ningún cliente mostraba malestares, se prescindió la opción de generar algún tipo de evacuación preventiva”.