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Accidente cerebrovascular: donde cada minuto cuenta para sobrevivir

Problemas para hablar y comprender, parálisis o entumecimiento de la cara, brazos, manos y piernas, dificultad para caminar, entre otros. Es posible revertir su daño con una trombolisis antes de cuatro o seis horas de iniciado.

Por: Ximena Valenzuela 25 de Julio 2018
Fotografía: Contexto | Copesa

Según estadísticas de la Seremi de Salud, entre 1997 y 2015 en la Región se ha registrado una mortalidad por enfermedad cerebro vascular con una tasa 69,9 personas por cada mil habitantes al inicio de la medición, que ha ido bajando considerablemente en los últimos años, contabilizándose en 2014 una medición de 41,46 y el año pasado de sólo 39,20.

A pesar de la baja, según el Departamento de Estadísticas e Información de Salud, Deis, del Minsal los ACV fueron la primera causa de muerte en la Región en 2015 sumando 1.200 fallecidos.

La mortalidad del último año contabilizado da como el grupo mayormente afectado a los de 80 años y más, que suman 616 casos en una población de 46.733 personas, entre 75 y 79 años se registraron 181 afectados de un total de 43.045, mientras que entre 70 y 74 años se produjeron 132 muertes por la patología en una población de 60.442.

Los menos afectados son las personas entre 20 y 24 años que no registraron afectados y los entre 15 y 19 años que sólo contabilizan uno.

Y según el programa de Salud Cardiovascular de 2014, un total de 320.840 se están atendiendo por patologías de dicha índole, de los cuales 45.944 tienen un riesgo cardiovascular muy alto y 9.210 tienen antecedentes de enfermedad cerebro vascular.

Un evento de tipo isquémico es el más frecuente en un 80% y ocurre cuando trombo bloquea el flujo sanguíneo al cerebro. En tanto, el llamado hemorrágico, es menos habitual, sólo se manifiesta en 20% de los casos y es generado por la rotura de un vaso sanguíneo que forma una hemorragia cerebral. Ambos dañan el cerebro, afectan la función de todo el cuerpo y causan discapacidad física y mental.

Ante tal negro panorama para la Región, se hace necesario contar con una población más informada, porque los minutos cuentan al momento de lograr revertir un accidente cerebrovascular, que cobra la vida de un chileno cada 60 minutos y que tiene un impacto tan grande que puede provocar secuelas permanentes y discapacidad.

Problemas para hablar y comprender, confusión, parálisis o entumecimiento de la cara, los brazos o las piernas, dificultad para ver, dolor de cabeza y problemas para caminar están entre los síntomas que son cruciales detectar.

Factores de riesgo

Según Freddy Constanzo, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Las Higueras, las actividades de riesgo habituales, que son las mismas que las de enfermedades cardiovasculares, incluyen comer mucha sal e ingesta alta de carbohidratos, lo que genera diabetes e hipertensión si no se controlan y sigue un tratamiento. “También que consuman altas cantidades de tabaco o alcohol y que sean muy sedentarias”.

Constanzo explicó que está avanzando cada vez el consumo de drogas como factor de la patología. “A los jóvenes con enfermedades cerebrovasculares les hacemos test de drogas y encontramos que es cada vez más elevado, lo que causa tanto enfermedades isquémicas como hemorrágicas”, dijo y agregó que el uso de anticonceptivos también es un factor, pero menor.

Eloy Mansilla, neurólogo vascular de la Universidad de Chile, destacó que los factores de riesgo son modificables “la dislipidemia (colesterol alto), el hábito de fumar, la diabetes, la obesidad, el sedentarismo, el exceso de sal en la dieta y el alcohol. En tanto, los no modificables son la edad y la herencia.

Se estima, según Mansilla, que el 20 a 30% de las personas que sufren un AVC fallecerán por esta causa o quedarán con secuelas permanentes como: dificultad para moverse o expresarse, postración, incontinencia, alteración del control de las emociones, deterioro cognitivo, fallas en la atención, juicio y memoria, depresión, ceguera parcial o incluso total.

Tratamiento

La trombolisis es el procedimiento más adecuado para revertir la compleja situación en el caso de los isquémicos, procedimiento que se utiliza para disolver un coágulo sanguíneo (trombo) que se ha desarrollado dentro de una arteria o vena.

Se determina realizar el procedimiento, luego de diagnosticarlo con una escala llamada Cincinnati, que tiene tres puntos “si la persona tiene un déficit súbito de esa escala, es decir, en media hora le aparecen trastornos del lenguaje, de movilidad de la cara o un brazo, se activa el código ACV, se llama al Samu y se le lleva directamente al hospital, donde pasa por el escáner. Ahí el neurólogo define después de evaluarlo si es candidato a una trombolisis”.

En promedio, según Constanzo, el procedimiento para disolver el coágulo es de aproximadamente 50 minutos. “El tiempo que uno tiene para hacer la trombolisis endovenosa es de hasta 4,5 horas, pero como nos demoramos 50, máximo 70 minutos, estamos bien al respecto”, dijo y agregó que la efectividad depende del tiempo en que se haga, pero en general a 30 de cada 100 personas le va bien a tres meses plazo, aunque en algunos casos la mejoría es casi inmediata.

El procedimiento, que cuenta con cobertura, tanto el sistema de salud público como para Isapres, que se realiza en los hospitales de Chillán, Los Ángeles, Concepción y Talcahuano. Según Mansilla si se realiza antes de 1,5 horas de haber iniciado síntomas tiene el doble de posibilidades de quedar sin secuelas, comparado con el tratamiento de 1,5 a tres horas”.

En tanto, para el caso de los isquémicos se puede usar también medicamentos que disuelvan el coágulo y que permitan restablecer el flujo sanguíneo al área afectada.

Las innovaciones en este aspecto han avanzado hacia revertir los efectos del ACV, incluso, dentro de 4,5 horas de ventana terapéutica. De hecho, en el mercado local ya existen trombolíticos de vanguardia para tratar infarto agudo de miocardio, embolismo pulmonar agudo con inestabilidad hemodinánica y accidente cerebrovascular isquémico agudo.

Utilizados tempranamente, estos trobolíticos introvenosos son trascendentes para reducir la discapacidad y mortalidad de los paciente, cambiando de manera favorable los resultados del tratamiento.

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