Hace cuatro años se comenzó a delinear el proyecto que hoy pone al estudio de la astronomía en Chile al mismo nivel de Europa y Estados Unidos. “Kultrún”, el supercomputador, ya alista sus primeras funciones con la guía de un equipo experto de la UdeC.
“Es claro que en este escenario competitivo de investigación era algo que se debía mejorar significativamente. Con este proyecto hemos comprado la máquina de memoria más grande del país y la más grande en América Latina. Ahora utilizamos la utilizaremos para conducir simulaciones”, comenta Dominik Schleicher, profesor asociado en Departamento de Astronomía de la Universidad de Concepción y uno de los impulsores de la adquisición del primer supercomputador chileno.
“Kultrún” es el nombre de este equipamiento de vanguardia, una denominación que según el equipo tras la iniciativa responde a las características de este instrumento propio de la cultura mapuche, cuya forma semiesférica representa la mitad del universo y en su parche de cuero muestra las cuatro estaciones del año.
Con sus 1.000 núcleos y 4TB de almacenamiento, que lo ponen a la altura de los insumos que solo maneja la NASA, “Kultrún” será empleado para reducir datos del Observatorio Alma. Pero no es su única tarea. El astrónomo alemán y docente UdeC Dominik Schleicher, cuenta que “lo primero es utilizarlo para la astroquímica, para investigar y modelar la química en la formación estelar”.
“Si tenemos nubes de una densidad más alta, si se pueden formar elementos químicos más complejos. La idea es utilizar la química para conocer la rapidez en la formación de estrellas, eso sería un paso importante para la astronomía. Esta idea ya existía, pero ahora contamos con un equipo para comprobar y conducir simulaciones. Ahora podemos utilizar modelos de la química muy detallados”, agrega.
La obtención del equipo contempló una inversión de 220 millones de pesos, la cual se consiguió gracias a recursos de fondos adjudicados, tales como ConicytQuimal 170001, ConicytAnillo ACT172033 y Fondecyt Iniciación 11170268.
“Es la primera vez que tenemos un equipo competitivo que nos permite conducir las mismas simulaciones que otras en el mundo”, recalca el docente e investigador, quien narra que el proyecto demoró cerca de cuatro años en ser concretado.
“El trabajo que hacemos se puede comparar con lo que hacen equipos en Europa o Estados Unidos. De momento hay pocos equipos como este en todo el mundo. En Estados Unidos hay uno o dos que hacen un trabajo un poco parecido, pero en relación a esta idea de trabajo, solo nosotros podemos”, dice el Dr. Schleicher.