Cerca de 500 personas acompañaron a la familia de la peluquera que fue asesinada por su ex esposo en el Caracol.
Un lienzo con su cara, globos blancos, cientos de ramos de flores y toda una comuna despidiendo a una de sus vecinas, así fue el último adiós que le brindó Penco a Soraya Sepúlveda, mujer cruelmente asesinada por su ex esposo el pasado lunes en la Galería Caracol y que se convirtió en la 12° víctima de femicidio en el país.
Los restos de Pamela, como la llamaban sus cercanos, salió de la casa de su madre, en villa Jazmín, agolpada de gente. Cerca de 500 personas la acompañaron, algunos tuvieron el agrado de conocerla, otros simplemente se remecieron con su historia y no quisieron quedar ausentes.
El recorrido continuó con dirección a la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, en plena Plaza de Penco, ahí el espacio se hizo insuficiente y un centenar de personas las esperaba a las afueras del templo. Más de una hora duró el responso, luego de eso, en caravanas los asistentes siguieron el carro fúnebre.
Una de ellas es Katherine Torres, quien afirmó que “la conocía porque vivíamos cerca. Ella siempre fue muy alegre y reservada, buena amiga y eso queda demostrado en la cantidad de gente que llegó a despedirla”.
En medio del camino, la carroza se detuvo en la casa donde Pamela pasó gran parte de su vida, de fondo se escuchaba “No llores por mí”, de Tercer Cielo. Minutos más tarde nadie fue capaz de cumplir esa promesa.
Los restos de la joven, una de las 15 víctimas de la forma más extrema de violencia contra la mujer que se han registrado en el país a la fecha, fue sepultada en un nicho del bock 40 del Cementerio Parroquial de Penco.
En el lugar su padre, Iván Sepúlveda, le dedicó sentidas palabras: “Desde tu nacimiento fuiste la alegría más grande de mi vida, jamás me imaginé que el destino decidiera que fuera yo quién te enterrara a ti y aquí estoy. Hija te amo y siempre te recordaremos con tu alegría”, dijo en medio de la multitud.
Y continuó, “tu lugar siempre estará en la casa, tal como si tú estuvieras ahí”.
Margarita Riquelme, no la conocía, pero decidió reunirse con amigas y despedirla. “Participamos de la velatón en el Caracol y ahora estamos aquí por una sola razón, lo que le pasó a Soraya podría pasarle a cualquier porque las mujeres estamos desprotegidas. ¿Cuántas vidas deben perderse para que la sociedad y las autoridades hagan algo?”, cuestionó.
El alcalde de la comuna, Victor Hugo Figueroa, destacó que en esta ocasión los efectivos funcionaron porque “el sistema operó, a ella se le llamó para hacerle un tratamiento psicológico, asesoría jurídica y se interpusieron las acciones judiciales, pero falló el paso final que correspondía a la detención del individuo por rebeldía, lamentablemente como no se pudo determinar su domicilio, el desenlace fue el que conocemos”.
En las escuelas, el municipio instaló en conjunto con los directivos de Salud, una mesa de trabajo enfocado en la prevención de la violencia intrafamiliar y en el pololeo, pero sobre todo en la educación para erradicar dichas prácticas contra las mujeres.
En esa misma línea, en Centro de la Mujer de Penco, el mismo que le prestó asesoría judicial a Pamela, atiende a la fecha 330 mujeres, donde recalcó el alcalde, “el apoyo psicológico es fundamental”.
Para finalizar, la máxima autoridad comunal, hizo un llamado a reflexionar. “Lo ocurrido con Pamela, por lo trágico y complejo que es nos debe servir como sociedad pencona para instalar y generar conciencia en la población y para que las mujeres se atrevan a romper con ese espiral, denuncien y persistan en la causa”.