Los hitos del caso Matute: a 18 años del crimen que aún sigue sin resolverse
Pese a las expectativas que se tenía en el trabajo de la ministra Carola Rivas, la ausencia de testigos que sitúen a los sospechosos en la discoteca impide que se sepa lo ocurrido con el universitario.
El caso Matute, para cualquiera que viva en Concepción, y que tenga sobre 30 años, al menos, es un tema que no lo deja indiferente. A lo largo de los años, desde la desaparición del estudiante de Ingeniería Forestal de la Universidad de Concepción, toda persona tiene una tesis sobre lo que ocurrió con el universitario, la madrugada de 1999, en la discoteca “La Cucaracha”.
Los primeros años del caso fueron oscuros, con jueces que no informaban sobre las pesquisas, ambas policías peleando el protagonismo, y una familia que de a poco, con fuerza y perseverancia, logró que la desaparición de “Coke”, como lo llamaban, se tomara la pauta noticiosa de la Región y del país. Las marchas de los sábados en la mañana, primero pequeñas y luego multitudinarias, lograron que todos se preguntaran qué había pasado con el joven de 24 años esa noche y empezaran a exigir justicia.
En noviembre de 2001, la primera jueza del caso, Flora Sepúlveda, procesó por obstrucción a la justicia a los jóvenes Carlos Alarcón, Jaime Rojas, Ignacio del Río, Óscar Áraos, Federico Homper, Cristián Herrera y Jorge Bañados. Desde ese día, la mayor parte de la opinión pública creyó que ellos eran los responsables del bullado crimen, aunque no había pruebas materiales en su contra, salvo los informes de la PDI que los indicaban como responsables de una golpiza a Matute, algo que ellos siempre negaron.
Recién en febrero de 2004, ocurrió un hecho que hizo pensar que el final del caso estaba cerca: Domingo Acosta, trabajador de una firma contratista de mantención de rutas, descubrió los restos el jueves 12 de febrero, en el kilómetro 22 de la ruta que une Concepción y Santa Juana. En el lugar, los efectivos de la Brigada de Homicidios, a quienes llamó la atención las vestimentas: un par de zapatos marca Caterpillar, calcetines, un pantalón marca Mossimo y un traje de baño, los que concordaban con la ropa usada por el joven cuando desapareció.
Los restos fueron trasladados a Santiago para su identificación, donde viajaron Jorge Matute padre y su hijo Álex, los que confirmaron que los restos eran de “Coke”.
Pero desde el punto de vista judicial, nada ocurrió: en abril de 2005 los restos tan los restos de Jorge Matute Johns fueron sepultados en el parque San Pedro, y un año después, en mayo de 2006, Juan Rubilar -quien fue designado como ministro en visita en reemplazo de Flora Sepúlveda-, dejó sin efecto los procesamientos en contra de los siete jóvenes.
Años de silencio
Sólo la pista falsa de Fabián Flores movilizó el caso entre 2007 y 2013. En 2007, el ex vedetto había asegurado que participó en la golpiza que terminó con la muerte de Matute Johns. Pero, tras días de interrogatorios, el ministro del caso, Juan Rubilar, señaló que todos los antecedentes aportados en la causa por el supuesto testigo clave Flores resultaron ser falsos.
El juez agregó que el sujeto confesó su mentira ante los cinco expertos que le practicaron las pericias siquiátricas en el Servicio Médico Legal de Concepción.
Esa desilusión fue la última que tuvo que vivir Jorge Matute Matute: el 23 de agosto de 2011, murió víctima de un cáncer linfático. Tenía 61 años y falleció sin siquiera saber la causa de muerte de su segundo hijo.
Con la salida del ministro Rubilar del Poder Judicial, en noviembre de 2013, la Corte de Apelaciones de Concepción designa como ministro en visita a Jaime Solís, el juez que más confianza generaba a la familia, ya que mientras él reemplazaba a Rubilar apareció el cuerpo del universitario y era en esos periodos cuando se realizaban las diligencias solicitadas por los abogados.
En enero 2014, se acoge la petición de María Teresa Johns y los restos de Jorge Matute Johns fueron exhumados y trasladados a Santiago para ser analizados por el Servicio Médico Legal.
Pero en julio 2014 de ese año Jaime Solís se inhabilitó, por lo que el caso quedó en manos de la jueza Carola Rivas.
La tercera teoría
Bajo secreto de sumario, la magistrada comenzó a trabajar con un equipo especial de la PDI, y revisaron todo el expediente del caso. Así, descartaron la teoría del comisario de la PDI, Héctor Arenas, que aseguraba que Matute había fallecido por una golpiza a manos de los siete ex procesados, y la de Carabineros, que sindicaba como culpable de la desaparición al dueño de La Cucaracha, Bruno Betanzo, fallecido en 2017, por ordenar a los guardias que golpearan al universitario.
Pero Carola Rivas investigaba otra tesis: la que indicaba que Jorge Matute había sido drogado para ser abusado sexualmente. Esto, luego de que, tras conocerse en mayo de 2015, que la causa de muerte era intoxicación con pentobarbital, a su despacho llegaran los primeros investigadores del caso, quienes le revelaron que comenzaron a investigar esa hipótesis, hasta que el comisario Héctor Arenas les ordenó salir del caso.
Y cuando todo indicaba que la ministra podía resolver el emblemático caso, entregó el sumario a la familia y aseguró que había acotado el círculo de sospechosos a 12 personas. Pero al haber siete de ellas fallecidas, y con ello agotada la posibilidad de hacer careos, decidió que ya no tenía más diligencias que realizar. Unos días después, cerró el sumario, sin culpables, situación que se revirtió la segunda semana de mayo, cuando reabrió la causa y accedió a realizar 11 de 16 diligencias solicitadas por la familia a través de sus abogados.