La ingeniera civil informática y académica UdeC, confía en que, en algunos años, la presencia femenina en espacios de poder dejará de ser un tema. Mientras ello ocurre, alista su arribo a la Vrid y al directorio del estratégico proyecto Pacyt.
Cuando en 1989 se tituló de ingeniera civil informática en la Universidad de Concepción, Andrea Rodríguez no imaginó que varios años después ocuparía el cargo de mayor responsabilidad en materia de creación científica dentro de la casa de estudios.
Como tal, la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo no existía en la universidad y los puestos de alta envergadura administrativa eran, por mayoría abrumadora, capturados por hombres.
Hoy la situación es distinta y Rodríguez la entiende como tal. Integrará el primer gabinete paritario de una Rectoría en la UdeC y, en su posición, también le corresponderá sumarse al directorio del Parque Científico y Tecnológico del Bío Bío (Pacyt).
De todos modos, la experta en bases de datos espaciales espera que pronto la incorporación de académicas en la toma de decisiones vaya perdiendo carácter de novedad. En el tránsito, ya se traza metas de cara al 14 de mayo, día en que asuma como la primera vicerrectora de investigación del plantel penquista.
– ¿Qué le pide Carlos Saavedra cuando la nomina?
– Lo que él quiere es tener una persona que integre visiones académicas y que potencien la investigación con impacto local e internacional. Me refiero a tener innovación. Nosotros queremos, es parte del prestigio de la universidad, generar nuevo conocimiento y creación artística. Por el lado de la innovación, hay que hacer un acercamiento de qué es lo que se hace en investigación y los problemas reales, para que así pueda tener impacto. Voy a contar con dos buenos compañeros de trabajo. Ronald Mennickent, futuro director de Investigación y Creación Artística, y otra persona que ocupará el cargo en la Dirección de Innovación y Desarrollo.
– ¿Cuál es su desafío personal?
– Yo quiero responder a la confianza que me han dado. Es un puesto difícil, va a haber gente que opinará que a lo mejor no fui la mejor candidata, o que sí lo fui. Yo creo que eso ya no importa, ya se me nominó y ahora queda hacer un buen trabajo. Soy estudiosa y estoy estudiando todo. Voy a tratar de hacerlo bien y lo que no sepa, lo voy a preguntar.
– ¿Cómo siente que queda la comunidad académica tras un proceso eleccionario que inevitablemente genera tensiones?
– Hay incertidumbre, es razonable, porque las votaciones fueron divididas. Eso significa que hay una mayor demanda por hacer las cosas bien, hay que responder a la gente que nos apoyó y también a quienes no. Sí es un gran ejemplo que el 90% de los académicos haya votado. Espero que las divisiones que se pudieron haber creado no prevalezcan en el tiempo.
– ¿Hay un gesto de parte del rector electo al buscar paridad de género en los cargos?
– Quiero que se resalte que el nombramiento de mujeres fue por capacidad y no solamente por género, porque sino eso nos humilla como mujeres. Si el hecho de mi nominación logra que la gente entienda que las capacidades están distribuidas democráticamente entre géneros, razas y clases sociales, entonces habremos tenido éxito. Si Carlos consideró que dentro de las capacidades distribuidas había mujeres que podían cumplir un rol, eso me parece que es lo importante.
– También será la primera mujer titular en el directorio de Pacyt.
– Probablemente van a haber más cambios. Yo quiero resaltar que este es un proyecto regional, por tanto si el proyecto sale adelante, nos beneficia a todos. Yo voy a ser secretaria del directorio, que hoy preside el rector -pero es alternado-. Que yo sea mujer, en ese espacio, puede ser un hito, pero me imagino que después no lo será. Cuando el género deje de ser un “tema”, habremos superado el problema. Sin embargo, hay que hacerlo ver para demostrar que se pueden hacer cambios. Tenemos un gran desafío con Pacyt. Debemos, ojalá, acelerar el proceso, si es posible.
– Hoy los científicos se manifiestan por espacios. ¿Cómo se puede hacer cargo la universidad de esta problemática?
– El problema de la inserción es algo que hay que ver colectivamente, tiene que ser un esfuerzo de toda la universidad, permitir los canales para que estudiantes puedan insertarse en la academia, que es limitada, por tanto, ver también cómo en el sistema privado y público se puede integrar el conocimiento.
– La UdeC volvió a estar a la cabeza del ranking de patentamiento. ¿Se consolida una universidad creadora?
– Es un mérito de los académicos que generan estos productos a partir de la investigación. Lo que sí tenemos que hacer es canalizar todas las herramientas que permitan llevar a cabo este tipo de cosas. El esfuerzo tiene que estar en generar patentes y que después se usen, esa es una tarea de todos.