Ricardo Capponi, psiquiatra: “La educación sexual ha sido aislada y centrada en lo biológico”
09 de Abril 2018 | Publicado por: Javier Cisterna
“Está comprobado que la felicidad no tiene que ver con la cantidad de dinero que uno tenga, tampoco con el estatus social, la belleza o el poder”, dice el psiquiatra Ricardo Caponni echando mano a un estudio realizado por la Universidad de Harvard.
“La felicidad está directamente relacionada con la calidad de las relaciones afectivas”, aclara el psicoanalista, que visitó la zona en el marco de una exposición sobre Educación Sexual en la Universidad Andrés Bello sede Concepción-Talcahuano.
– ¿Cómo se ha enfrentado desde la educación y las políticas públicas el incremento en VIH y ETS?
– En la medida en que las políticas públicas no hagan una fiscalización seria y prolija de que los establecimientos educacionales estén formando a sus alumnos en estos temas, no va a haber un buen control del impulso, que es lo que genera aumento en las tasas de embarazos no deseados y de enfermedades de transmisión sexual. No es un tema solo de distribuir condones, este es un tema del manejo del impulso sexual que es más complejo y que las políticas públicas deberían fiscalizar.
– Se señala una baja preocupación del Estado en la materia.
– Es muy pobre. La verdad es que hay intervenciones aisladas de una educación sexual centrada en lo biológico, que no responde a las inquietudes que tienen los alumnos y ellos no incorporan esta información, más bien la desoyen. Mientras no sea una educación incorporada a los programas desde pre kínder hasta cuarto medio, hecho con continuidad y con una buena conceptualización del tema, la verdad es que es perder recursos y tiempo.
– ¿Persiste una mirada retrógrada respecto de la formación sexual?
– Cada vez hay más apertura en ese sentido. Incluso los colegios religiosos están muy abiertos a que la formación sea una más bien basada en la ciencia que en los dogmas.
– Ha habido varios intentos fallidos por generar campañas de educación sexual.
– Son intentos que no están construidos desde una meditación profunda sobre lo que es el impulso sexual y cómo integrarlo a una vida afectiva que dé salud mental y genere buenas relaciones de pareja.