Tras cuatro años de investigar la emblemática causa, explicó por qué, junto a su equipo de detectives, concluyeron que no tenían diligencias pendientes. Afirmó que está a la espera de recibir algún antecedente que le permita situar a alguno de los cinco sospechosos en La Cucaracha: “Eso es lo que nos falta”, explicó.

Un dato, que permita ubicar a los cinco sospechosos de drogar a Jorge Matute, es lo que hoy espera la jueza del caso, Carola Rivas, tras dar a conocer el cuaderno secreto a la familia del universitario y a los querellantes.

Tal como sucedió en 2015, cuando la revelación de que Jorge Matute había fallecido intoxicado con pentobarbital, llevó a su despacho a los comisarios Erwin Rojas y Carlos Stuardo, quienes hicieron las primeras diligencias, hoy Carola Rivas espera la información que le permita seguir avanzando en el caso.

En 1999, ambos policías investigaron la arista “Hoja de Parra”, que daba cuenta de la existencia de hombres homosexuales mayores, que iban a estas discotecas para tener sexo casual con jóvenes heterosexuales, a quienes emborrachaban. Al llegar el comisario Arenas a Concepción, ordenó que esta arista no se investigara más.

El martes, los abogados de la familia recibieron el cuaderno secreto. ¿Usted espera que esas diligencias que seguramente le solicitarán permitan avanzar un poco en lo que usted busca?

– Primero quiero explicar algo: en febrero tuve una última reunión con el equipo PDI que trabaja conmigo, porque todo esto lo hemos hecho en conjunto. Tiramos sobre la mesa todas las líneas y las ideas, y en conjunto concluimos que no teníamos más que hacer, entonces les pedí que esto se resumiera en un informe policial, que le entregué a la señora Johns. Creo que no podemos hacer mas, lo hemos hecho todo y llegamos a una encrucijada donde no podemos avanzar.

Ahora, si los querellantes tienen una opinión distinta vamos a conversar, pero hoy mi definición es que no tengo más diligencias que hacer y habrá que ver si ellos opinan lo mismo que yo.

– ¿Qué pasa ahora con esta lista de sospechosos que usted mencionó?

– Cuando encontramos la carpeta, había 19 nombres de pila y apodos, pero ni siquiera teníamos un denominador común, no sabíamos por qué habían sido mencionadas, y nos dimos cuenta de que algunos eran asistentes a La Cucaracha y otros no. Con el tiempo nos dimos cuenta de que el denominador común era la orientación homosexual y la forma de divertirse en la coincidencia en ciertas discotecas. Al entrevistar empiezan a salir esos relatos de personas que emborrachaban a jóvenes. Pero el uso de droga no lo tengo en el relato de los sospechosos, pero sí en los que se consideran víctimas.

En esos relatos aparecen otros nombres, pero no todos coincidían con la primera lista de 19. La lista de 12 sospechosos se hizo con algunos de la lista de 19 y otros nuevos, y de esos 12 algunos son nuevos y otros no, pero ellos están con nombre e identificación completa, y de esos interrogamos a cinco, porque hay 7 fallecidos.

– Y qué es lo que declararon estas personas?

– Ellos niegan haber traspasado el límite del sexo voluntario ni del emborrachamiento, y el otro escollo que tengo en esas cinco personas es que no tengo cómo ubicarlos en la discoteca esa noche, porque les muestro fotografías a quienes asistieron esa noche y no los recuerdan, mas aún porque no tengo las fotos de la época, sino que las fotos de ahora. Hay que recordar que ellos sólo están nombrados como personas que tienen este comportamiento, pero no los tengo situados esa noche en La Cucaracha. Eso me falta y es un túnel sin salida.

– ¿Cómo fue para usted darse cuenta de que esta hipótesis estaba siendo investigada en los primeros días del caso?

– Cuando nos calzó la causa de muerte con un antecedente de los 10 primeros días estábamos todos optimistas porque todo cuadraba, pero luego nos dimos cuenta de que llegábamos muchos años después, nos entrampábamos en los recuerdos propios de tantos años para posicionar a estas personas en las discotecas. Por ejemplo, logramos ubicar a la persona que declaró en la carpeta que encontramos. Esta persona estuvo esa noche en La Cucaracha, pero por los años ya no puede reconocer a nadie.

– ¿No teme que se filtren esos cinco nombres y eso entorpezca la investigación, como ocurrió muchas veces antes?

– De mi boca no va a salir ninguno, y en el sumario que le entregue a la familia les marqué los nombres que están reservados. Los abogados lo saben y no se pueden mencionar esos nombres por respeto a sus derechos. Las personas tienen derecho a ser escuchados por un tribunal, y nunca podré hacerlo porque están fallecidos y se vulnera su dignidad, y la de sus familias. Los que están vivos declararon bajo reserva de identidad, y si se filtra algún nombre sabré de dónde fue.

– ¿Cree que se avance en la verdad con las diligencias de los querellantes?

– No tengo esperanza con las diligencias, tengo esperanza que aparezca alguien que nos entregue un dato. Cuando se supo lo del Pentobarbital aparecieron los comisarios que nos entregaron los datos de la carpeta, hoy estoy esperando que aparezca alguien que tenga un dato sobre lo que estamos investigando, porque van a tener la certeza que no es una línea absurda y pueden relacionar algunos hechos que vieron esa noche.

– ¿Interrogó a Gerardo Roa en esta arista?

– Sí. Y él hoy explica su falta de memoria al inicio con que cree que también fue drogado, porque él se sintió mal y se fue. Hay que recordar que al principio dijo que no se acordaba de nada, pero todo lo que dijo fue producto de la presión de la policía que lo interrogó. No vio nada, no tenía detalles. Con él hicimos mucho trabajo para abordarlo y concluimos que el problema fue que entregó información que no es origen, sino que es información introducida por el entrevistador, que Roa asumió como cierta, por la presión de tener que aportar. Él se planteó así para justificar su falta de memoria desde el inicio. Y yo creo que eso puede ser.

A continuación revisa en la entrevista en profundidad que realizó TVU Noticias a la ministra Carola Rivas, jueza del caso Matute, luego que este martes se levantara el secreto de la investigación que comenzó hace 18 años.