En 1997 vino a Chile del científico. En esa oportunidad, conoció la Antártica. En 2008 también recaló en suelo nacional.
La noticia recorrió el mundo la madrugada del miércoles. Stephen Hawking, físico británico y uno de los hombres de ciencia más relevantes de la historia, había fallecido a la edad de 76 años.
Las muestras de afecto y el duelo por la partida del científico llegaron desde todos los puntos del globo.
El legado de Hawking es innegable y permeó todos los espacios. No por nada, en su condición de académico, también exploró el activismo político y diplomático.
Sentado en una silla de ruedas y comunicándose a través de un sintetizador de voz, producto de una esclerosis lateral amiotrófica que lo acompañó por más de 50 años, se reunió con presidentes, autoridades religiosas y de diversa índole.
Stephen Hawking fue y seguirá siendo un hombre universal. Los libros se encargarán de contarlo.
Así lo cree Tomás Norambuena, director de la fundación Más ciencia para Chile, quien afirmó que Hawking, en tanto continuador de la cátedra de Albert Einstein, deja un gran legado “en el mejor entendimiento del origen del universo, en particular de cómo funcionan los agujeros negros”.
“Será recordado como uno de los grandes científicos no solo del Siglo XX, sino también del Siglo XXI”, agregó Norambuena.
Luis Roa, director del Departamento de Física de la Universidad de Concepción, compartió visión, asegurando que otro de los mensajes que deja es su fuerza de voluntad “por seguir trabajando hasta los últimos días de su vida en física. Se sabe que hasta el año pasado todavía envió algunos papers para ser publicados”.
“Hizo un gran esfuerzo, que no se conoce, en explicar en forma simple grandes teorías de la física”, remarcó.
Por su parte, Juan Carlos Gacitúa, director del centro Cicat, indicó que Stephen Hawking “deja un legado incuestionable desde la ciencia. Sin duda alguna, lo más importante tiene que ver con lo humano, con la capacidad de un hombre para despertar en las nuevas generaciones el amor la ciencia y la fascinación por el universo”.
El Premio Nacional de Ciencias Exactas de 1999, José Maza, también alabó el trabajo de Hawking, expresando que “es, sin duda, una de las grandes figuras que tuvo la ciencia la segunda mitad del Siglo XX”.
“Hizo grandes esfuerzos por hacer una teoría del todo, como se titula la película hecha a su figura”, sostuvo el astrofísico, subrayando que “personificó a un científico que era un pensador a nivel de ciudadano del mundo. Fue un ícono en cuanto a poner a la ciencia como una actividad importante del ser humano”.