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Grave se mantiene sacerdote Enrique Moreno Laval tras sufrir Accidente Cerebro Vascular en Ecuador

Por: Javier Cisterna 20 de Febrero 2018
Fotografía: Gentileza Comunidades SSCC

En condición de extremo cuidado luego de sufrir un Accidente Cerebro Vascular (ACV), se encuentra el sacerdote de la congregación de los Sagrados Corazones Enrique Moreno Laval, conocido y recordado por su rol en la defensa de los Derechos Humanos durante la Dictadura.

El religioso de 76 años, que había fijado para marzo el cierre de sus funciones como párroco de Diego de Almagro para aterrizar en la Parroquia San Pedro y San Pablo de la Región Metropolitana, se encontraba de visita en la ciudad de Quito, capital de Ecuador.

Allí participaba como invitado en un retiro de fieles de los Sagrados Corazones, cuando al tercer día del encuentro, el miércoles pasado, sufrió una crisis que derivó en su estado actual.

Según narró René Cabezón, superior provincial de los Sagrados Corazones de Chile que sigue de cerca el caso, el padre Moreno fue descubierto en su habitación convulsionando y con pérdida de conocimiento.

“El colegio donde se realizaba el retiro tenía un sector de internado, donde pernoctaba el sacerdote. Unos profesores que realizaron trabajo prolongado ese día se retiraron más tarde. Pasaron por afuera de la habitación del padre Enrique a eso de las 23 horas y lo sintieron quejándose. Alertaron a las religiosas, éstas se levantaron, ingresaron al dormitorio y lo vieron desmayado, y convulsionando, con poca conciencia”, contó Cabezón.

Tras ofrecerle atenciones iniciales, fue trasladado a un centro médico cercano. Sin embargo, al notar la gravedad de la condición, el equipo especialista optó por llevarlo a la Clínica Pasteur de la capital quiteña, donde se encuentra hasta ahora en internación.

En dicho recinto, la madrugada del lunes, el padre Moreno fue operado de emergencia para drenar el hematoma desarrollado y frenar nuevas complicaciones.

“Se produjo una especie de inflamación en las capas craneanas y se presentó una dificultad por otro lado. Se comprimía el cerebro y eso implicaba peligro de muerte si no se hacía algo en la noche. Se decidió correr el riesgo de intervenirlo, sino la posibilidad de que falleciera dentro de esa jornada era altísima”, explicó René Cabezón a Diario Concepción.

“Estamos ante una situación en que está, todavía, dentro de un cuadro de riesgo vital muy alto”, añadió.

Legado imborrable

Enrique Moreno Laval es sacerdote y periodista. En ambas facetas, que siempre ha sabido combinar, se le recuerda con mucho cariño en la Región del Bío Bío, donde residió por 12 años.

María Eliana Vega, presidenta del Consejo Regional del Colegio de Periodistas e investigadora de la vida y obra del padre Moreno, destacó que tras su arribo a la zona en 1975 jugó roles de suma importancia, en pleno régimen militar.

Primero, ocupó un lugar en el Departamento de Comunicaciones del Arzobispado de Concepción, desde donde realizaría un programa radial llamado “Testimonio”. En él, según relata Vega, “se daba cuenta de los atropellos a los Derechos Humanos. Enrique estaba a cargo y también lo reporteaba. Cumplía doble papel, pastoral y periodista”.

Más tarde, entre 1979 y 1985 se transformó en el primer vicario de la Pastoral Obrera en la ciudad, instancia que puso particular énfasis en las vulneraciones que sufrían trabajadores de la Región.

Enrique también estuvo en la Parroquia Universitaria, en contacto con lo que ocurría con el movimiento estudiantil de la Universidad de Concepción en los ‘80, donde creó lazos que hasta ahora se recuerdan”, describe la periodista.

Otro que lo conoce de cerca es el obispo de Rancagua, Alejandro Goic, quien se declara su amigo.

“Personalmente le quiero mucho. En los años que yo fui obispo auxiliar de Concepción, que fueron 12, él y Carlos Puentes fueron dos hermanos clave en todo el proceso que vivimos en el Departamento Pastoral de Derechos Humanos junto a un gran número de laicos, hombres y mujeres. Todos, un gran equipo que nos jugamos por la sagrada dignidad humana en esos años”, afirmó la autoridad eclesial.

Evolución de Moreno Laval

El último parte médico conocido, correspondiente a las 13:30 horas del lunes, señaló que tras más de once horas de postoperatorio los signos vitales del sacerdote se mantienen estables, aunque todavía presenta una considerable hinchazón en su cerebro.

“En este momento el mejor signo es la estabilidad, ya que otras reacciones no se pueden esperar estando profundamente sedado”, informó Guillermo Rosas, enviado de la congregación de los Sagrados Corazones que lo acompaña en Quito.

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