Para aumentar la oferta se restaurará una máquina de tren y cuatro coches antiguos, lo que aseguraría su continuidad durante todo el año.
Si bien, los viajes turísticos históricos del tren Corto Laja partieron en 2014 como una iniciativa piloto, la alta demanda de pasajes llevó a generar de forma mensual un itinerario y, con ello, a perfeccionar la oferta de los cerca de 50 proveedores encargados de recibir a los pasajeros en cada estación del convoy.
De hecho, ya están confirmadas las nuevas salidas del tren, que se realizarán el tres y 24 de marzo y ya se firmó un convenio de transferencia para implementar dos trenes turísticos más y la restauración de una locomotora con cuatro coches antiguos, por lo que la continuidad de la iniciativa estaría garantizada por un tiempo prolongado para trasladar a 200 pasajeros mensuales, tal como sucedió en 2017.
Capacitaciones
El éxito logrado por el proyecto, impulsado por Sernatur y Fesur, se debe no sólo a que revive la mística del tren sureño, sino también a que fomenta la actividad económica y turística del patrimonio ferroviario. De hecho, dicho apoyo se ha visto reflejado por las capacitaciones realizadas a los proveedores, que permiten destacar las preparaciones y productos con que cuenta la zona.
Uno de los proyectos del Nodo de Corfo tuvo la tarea de implementar la oferta turística en el recorrido, apoyando a los proveedores con diversos cursos y talleres orientados a mejorar la atención al cliente y aumentar la venta de sus productos, entre otros objetivos. Las capacitaciones fueron gestionadas por BS&G Taller de Innovación, con el apoyo de Corparauco.
“Hemos potenciado la labor, mejorando la presentación de los folletos y la captación de clientes. Fueron capacitaciones bien coordinadas y con consultores con muy buena disposición para acompañarlo a uno en el desarrollo de su negocio”, aseguró Juan Muñoz, productor local de licores.
En la misma línea, Marcelo Alvear, dueño de un hotel y un restaurant en Laja, indicó que el Corto Laja ha sido un proyecto que lo ha beneficiado, tanto a él como a sus pares y que ha participado de todas las capacitaciones del nodo, las que considera que “han sido muy productivas. Nos han sacado un poco el cliché de la atención a los clientes, para entender que si no atiendes bien, nadie regresa. También nos entregaron un manual con algunas palabras en inglés que nos sirven con los turistas que hablen ese idioma para poder brindarles la atención adecuada”.
Maribel Belmar, que se dedica a la venta de artesanías de productos manufacturados en lana, afirmó que la experiencia le “ha servido para llegar a más gente, ya que uno no es experto en la venta o generar redes a través de la conversación. A mí me hacía falta saber cómo contar mi historia y cómo empecé en esto, y ahora he podido desarrollar más personalidad a la hora de vender mis productos”, agregó.