“El día que me traigan una prueba del obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia ¿está claro?”. Con estas palabras, el Papa Francisco respaldó al cuestionado obispo de Osorno, Juan Barros, quien está acusado de encubrir los abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.

Fue a su llegada al Campus Lobito, en Iquique, que el Pontífice fue consultado por la situación, en donde entregó las palabras de apoyo al clérigo. Más temprano, el cardenal Francisco Javier Errázuriz expresó que “El Papa es un convencido de que el monseñor Barros no ha cometido ningún delito, por lo tanto no lo va a cambiar”.

Incluso, el mismo Juan Barros confirmó una conversación con el jefe de la Iglesia Católica. “El Papa me dio palabras de ánimo. Las palabras específicas me las guardo en el corazón. Fueron de apoyo y cariño. El Santo Padre siempre ha sido conmigo muy cariñoso y apoyador. Y a uno como hijo de la Iglesia lo alegra, fortalece”, expresó.

Durante la homilía, el cardenal Jorge Mario Bergoglio pidió a los asistentes, que ocuparon cerca del 25% de espacio destinado para el público, que acogieran a los migrantes, ya que “no hay alegría cristiana cuando se cierran puertas”.

Francisco llamó a condenar las injusticias en contra de las personas que llegan al país “Estemos atentos a las nuevas formas de explotación que exponen a tantos hermanos a perder la alegría de la fiesta. Estemos atentos frente a la precarización del trabajo que destruye vidas y hogares. Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos inmigrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en «regla». Estemos atentos a la falta de techo, tierra y trabajo de tantas familias”.

Tras la homilía, que se extendió por una hora y 40 minutos, su santidad sostuvo una reunión con el equipo episcopal y a las 16:50 horas despegó el vuelo de Latam que lo llevó a continuar su gira por Perú.