En un acto que muchos esperaban, el pontífice se refirió a los delitos cometidos por sacerdotes nacionales. La convocatoria en el Parque O’Higgins partió 20 minutos antes y terminó una hora antes de lo previsto.
9:35 de la mañana y el Papa Francisco llega al Parque O’Higgins para oficiar su primera actividad pública. Eso sí, el recinto no se encuentra a plena capacidad y por poco más de 20 minutos recorrió las calles establecidas para su tránsito.
Durante ese tránsito, los casi 400 mil fieles que asistieron a la ceremonia se acercaron a él y lo vitorearon, mientras que durante la homilía, el público estuvo más reflexivo y en muy pocas ocasiones aplaudió parte de las palabras del pontífice.
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.
En su homilía, que se extendió por menor tiempo al esperado, el pontífice expresó que Chile se destaca por su solidaridad y la capacidad de salir de las adversidades. “¡Cuánto conoce el corazón chileno de reconstrucciones y de volver a empezar; cuánto conocen ustedes de levantarse después de tantos derrumbes! ¡A ese corazón apela Jesús; para ese corazón son las bienaventuranzas!”.
Utilizando las bienaventuranzas, Francisco criticó ciertas actitudes de los fieles, “Las bienaventuranzas no nacen de actitudes criticonas ni de la «palabrería barata» de aquellos que creen saberlo todo pero no se quieren comprometer con nada ni con nadie, y terminan así bloqueando toda posibilidad de generar procesos de transformación y reconstrucción en nuestras comunidades, en nuestras vidas”.
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.
En la ceremonia, el cardenal Bergoglio utilizó frases de Pablo Neruda, el Cardenal Raúl Silva Henriquez y a San Alberto Hurtado.
Visita a La Moneda
Un rato antes de la ceremonia, el pontífice concretó la visita de Estado a nuestro país, como líder del Vaticano, al Palacio de la Moneda.
Allí fue recibido por la Presidenta Michelle Bachelet y la guardia de palacio le rindió los honores correspondientes y recorrió la casa de Gobierno.
En la actividad, la presidenta Bachelet expresó que “las suyas son palabras sabias y siempre vigentes de la paz, y lo recibimos con mucha esperanza y no me cabe duda que así se lo harán sentir”.
En tanto, el pontífice pidió perdón por los abusos cometidos por sacerdotes de nuestro país. “Y aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia. Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir”.
Cantos y rezos
La jornada en el Parque O’Higgins partió temprano, a la medianoche, un centenar de personas aguardaban ingresar al recinto. La espera por minutos fue larga, a raíz de la aglomeración de los asistentes en algunos de los accesos habilitados. En algo ayudó la operación temprana de la locomoción colectiva.
El coro de la Parroquia, Nuestra Señora del Carmen de Cañete fue parte de esta espera, puesto que poco antes de las 6 de la mañana subieron al escenario, en donde asentaron los asistentes por cerca de 35 minutos.
Las banderas del Vaticano y de Chile con el rostro del Pontífice se movían con el viento, la mayoría, familias que por primera vez vieron en vivo al líder de la iglesia católica.