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Gabriel León, científico de la Unab: “Vacunarse es un acto de responsabilidad social, porque afecta a la comunidad”

Por: Daniela Salgado 16 de Noviembre 2017
Fotografía: Twitter Gabriel León

En su visita a Concepción, el autor del libro La Ciencia Pop habló de su del desarrollo de la ciencia y los efectos del calentamiento global, en la antesala de la V Conferencia de Cultura Científica.

Con el fin de allanarle el camino a la V Conferencia de Cultura Científica que dictará la Universidad Andrés Bello, y en la que por primera vez se realizarán actividades paralelas en las sedes de Viña del Mar y Concepción, el destacado científico Gabriel León entregó detalles de la nueva versión del evento, de su polémica con el senador Alejandro Navarro sobre la importancia de las vacunas y su perspectiva de la posición que debe tomar el país en temas de desarrollo científico y calentamiento Global.
El autor del libro “La ciencia pop”, aseguró que “Chile debe cambiar el chip y dejar de ofrecer sólo materia prima”.

– ¿En qué consistirá la conferencia?

– En el caso de Concepción, el 29 de noviembre a las 11.00 horas, vienen dos investigadores. El primero, es el chileno, director de Geología Unab, Manuel Suarez, quien se hizo conocido porque descubrió junto a su familia los huesos del primer dinosaurio nacional al que denominó Diego, en homenaje a su hijo. Él se encargará de hablar de las maravillas de la zona sur del mundo, especialmente de las formaciones geográficas. Eso se convirtió en el nicho para los paleontólogos porque luego se encontraron más dinosaurios. Luego de eso, tendremos la charla de un psicólogo experimental de la Universidad de Oxford, Charles Spence, quien explicará cómo los sentidos influyen a la hora de comer. Su trabajo es súper interesante porque encontró la relación del sonido de las papas fritas en la cantidad de consumo de la misma o que el café en tasa blanca se siente más fuerte que en una negra. Saber esto, permite establecer estrategias para que los niños se interesen por la comida saludable.

– Mucho se ha hablado de la deuda con el desarrollo de la ciencia en Chile y el escaso financiamiento estatal y privado.

– Nosotros somos un país que ha invertido históricamente poco en ciencia, eso se ve en los laboratorios donde tenemos equipamiento que no son los más adecuados para realizar la investigación. Eso se refleja, por ejemplo, que en el norte de Chile nosotros tengamos unos cielos espectaculares, que atrajeron a países que invierten mucho dinero en ciencia, para instalar los mejores observatorios del mundo. De hecho, en el país se está construyendo el que va a ser el más potente telescopio de la humanidad.

En el fondo, Chile presta el patio y la plata la ponen otros. No somos dueños de los proyectos, pero participamos ahí y aunque eso sea visto como una desventaja, lo cierto es que en el futuro nuestros científicos, formados en estas colaboraciones, pronto podrán liderar las investigaciones en diferentes naturalezas.

– ¿Pero no le preocupa que los recursos no se queden en Chile?

– Más que eso me preocupa que Chile no ha ratificado el protocolo de Nagoya, que son los que protegen los recursos genéticos de una nación y garantiza la administración equitativa de los beneficios que se producen por su uso.

– ¿Y el hecho que muchos investigadores lleguen al norte en calidad de turistas y exploten recursos naturales sin aviso?

– Cuesta mucho prohibir que esto no ocurra, porque Chile tiene una geografía extremadamente grande y diversa. Por ejemplo, está prohibido sacar fósiles porque están protegidos y no se pueden retirar del lugar donde tú los encuentras, pero vigilar que eso no ocurra es imposible porque no hay una policía que esté dedicada a eso. Para mí lo fundamental es concientizar a la población que no se pueden sacar los fósiles, que no se pueden meter al desierto florido y ese es un trabajo que está asociado al desarrollo cultural de una nación.

– ¿Cómo evalúa el desarrollo científico del país?

– Hace falta que el país comprenda que el desarrollo científico es una necesidad, hay casos muy emblemáticos como es el caso de Corea del Sur, que hace 70 años atrás tenía una capacidad productiva muy similar a la chilena pero que un día decidió hacer un cambio en la matriz productiva y comenzó a vender tecnología. Chile necesita hacer ese cambio, en vez de seguir ofreciendo materia prima porque no tiene riesgo y es fácil.

– ¿Qué opina de esta suerte de moda, de que muchos padres se nieguen a vacunar a sus hijos?

– Ese miedo a las vacunas nace por la incertidumbre de saber si éstas causan daño o son 100% seguras. El problema se explica porque las vacunas han sido tremendamente exitosas eliminando muchas enfermedades, lo que le ha dado a la población una sensación de que no son necesarias. Así ocurrió con la primera vacuna, donde la gente puso en una balanza el temor a una inyección o morir de viruela.

No hay ninguna tecnología que sea 100% segura. El riesgo de que de que un niño le pase algo grave producto de una vacuna es muchísimo más bajo que el mismo menor muera camino a la hospital producto de un accidente de tránsito. Vacunarse es un acto de responsabilidad social porque no sólo tiene que ver con uno sino con vivir en comunidad.

– ¿Qué opinión le amerita que algunas autoridades llamen a no vacunarse?

– A mi parece lamentable que Alejandro Navarro, senador por esta zona y candidato a Presidente, se haya despachado unas declaraciones que incluso la Sociedad Chilena de Infectología hizo en un llamado a no tomar en cuenta los dichos por tratarse de unos tremendamente peligrosos. En países como Rumania, Francia, Italia y Alemania, surgió un brote de miles de casos de sarampión que dejó decenas de muertos. En gran parte eso se debió a las propagandas por medios de comunicaciones y personalidades del espectáculo que comenzaron a incitar los movimientos contra las vacunas. Por eso cuando eres un persona influyente hay que tener mucho cuidado con lo que se dice.

– En algún tiempo se habló de su indicencia en el autismo, pero la comunidad científica lo ha descartado de plano.

– En efecto. Lo sabemos porque resulta que el timerosal se dejó de utilizar en algunas partes del mundo a fines de los ‘90 y en esos mismos lugares se han seguido las tasas de autismo y al compararlas no se experimentaron cambios. Toda esa idea no tiene fundamentos. Además se han realizado muchos estudios a niños para evaluar la incidencia del autismo con las vacunas en general y nuevamente arrojó ninguna relación.

– En lo que respecta al cambio climático, ¿cómo nos veremos afectados como país?

– Va afectar a la industria hortofrutícola, Chile es un país que exporta una gran cantidad de fruta y la forestación de los arboles necesita que en invierno reúna una cantidad de horas de frío y así florecer en primavera. El problema está que con el cambio climático, los inviernos son más cálidos, lo que hará que la floración sea menos eficiente y que se produzcan menos fruta. Con eso, la productividad caerá y nos afectará económicamente.

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