Pedro Marileo y Alejandro Saavedra aseguraron que hay “improvisación” en el trabajo de las jefaturas. “Esto fue por las críticas que ha recibido por su mal desempeño”, precisaron.
Molestia hay entre dirigentes y trabajadores del Sename tras la entrevista que la directora regional del Servicio, Rina Oñate, diera a El Sur el pasado viernes 10 de noviembre.
En el texto, asegura no tener responsabilidad política en los hechos de violencia vividos en Coronel y en Chiguayante (intentos de suicidio y agresiones a las funcionarias); dijo que podría haber improvisación en situaciones de emergencia, precisó que trabajan con menores con un perfil complejo y aseguró haber sido una directora presente en cada una de las crisis que han tenido los centros entre las últimas semanas.
Para el director de la Asociación Regional de Funcionarios de Sename (Afuse) y ex director del Centro de Internación Provisoria y Régimen Cerrado (CIP-CRC) de Coronel, “esto fue sólo un lavado de imagen por todas las críticas que ha recibido por su mal desempeño. Y sobre todo ahora en tiempo de elecciones. Creo que es mejor trabajar callado en vez de excusarse”.
De la misma opinión fue Alejandro Saavedra, presidente regional de la Asociación Nacional de Funcionarios (Anfur) y también educador del CIP-CRC, quien coincidió en que la entrevista de Rina Oñate “no sé si es un lavado de imagen, sino que tapar el sol con un dedo e incluso un intento de apagar el fuego con bencina”.
Improvisación
Marileo aseguró que hay improvisación, pero no de parte de los funcionarios, sino de las jefaturas. “En cuatro años van tres directores en el centro de Coronel escogidos por ella, lo que da cuenta de su mala gestión. En el centro Arrullo instaló a una directora sólo por su militancia política y en un año y medio tuvo que sacarla. Y eso es una mala gestión de la directora regional. Acá han pasado miles de cosas y nadie toma decisiones contra ella, y eso indica que ella está protegida”.
El dirigente agregó que Oñate tiene mala relación con sus funcionarios, “a quienes maltrata y gritonea. Creo que ella ha marcado la diferencia, pero en la mala gestión que ha realizado y no se reconoce que el error no es de los funcionarios, sino que de las jefaturas, y son ellos los que resienten las malas decisiones”.
Sobre el mismo tema, Alejandro Saavedra aseguró que no corresponde que ella sea una directora presente, “ya que para eso debe tener jefaturas que se dediquen a hacer su trabajo”.
Para Marileo, no se puede utilizar como argumento el hecho de que en los centros estén menores con consumo problemático de alcohol y drogas: “Eso es sólo justificarse. Nosotros trabajamos con un perfil de jóvenes complejo, que tiene problemas de drogadicción y delincuencia y el servicio está para trabajar con ellos. Lamentablemente, las líneas de intervención se pierden cuando no hay una cabeza que lleve al equipo, entonces cada funcionario trata de hacer lo que puede. Por eso rescato su labor. Y es impresentable que una jefatura tenga que asumir la subrogancia y después tenga que hacerlo un subalterno”.
¿Persecusiones?
En esa área, Alejandro Saavedra aseguró que “el perfil complejo de los jóvenes no es una cosa nueva. Entonces no es que las jefaturas se vayan a encontrar de sorpresa con la situación, sino que no tienen las competencias para trabajar con ellos. El problema es que ingresan personas con militancias políticas, que no tienen competencias técnicas”.
Lo que más preocupa al dirigente es la persecución que están sufriendo los funcionarios dentro del centro, “a los que han ido a la mutual, después de ser agredidos, son hostigados y eso no puede ser”.