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La contaminación por metales requiere exámenes y análisis ambientales

Por: Ximena Valenzuela 02 de Noviembre 2017
Fotografía: Seremi de Salud Región del BíoBío

El Screening desarrollado por la autoridad sanitaria en la Escuela Rosa Medel de Coronel, que evidenció nueve casos con valores de arsénico sobre niveles de referencia y uno de níquel sobre niveles de referencia, abre una serie de interrogantes que Orlando Negrón, médico del departamento de Salud Ambiental de la Subsecretaría de Salud, aclaró.

El especialista, quien es toxicólogo ambiental y ocupacional, aseveró que la forma correcta de establecer el estado de salud de los menores va más allá de un examen de laboratorio y requiere, necesariamente, de una evaluación médica.

Explicó que se debe determinar cuál es la dosis de exposición, cuánto duró, la frecuencia con la que se repitió y saber si ocurrió a través de una vía que permita el ingreso del contaminante al organismo.

“Se requiere valorar otros factores como el estado nutricional y calidad de la alimentación del individuo, la edad, las variabilidades que existen de tipo interindividual y que modifican la forma en que cada individuo responde a la exposición, además de variaciones que diferencian la respuesta en grupos poblacionales completos y que se relacionan con aspectos genéticos que pueden modificar la respuesta fisiológica al contacto con una sustancia química”, expresó el integrante del Comité de Expertos Polimetales y de la Red de Toxicología de Latinoamérica y el Caribe.

– ¿Cuánto tiempo debe pasar para que una exposición a metales se considere crónica?
-Corresponde a un contacto permanente en el tiempo con la sustancia química y esto debe ocurrir por periodos muy prolongados de tiempo (…) en general, la literatura hace algunas aclaraciones con dos tendencias más o menos claras, una de ellas sugiere que una exposición es crónica en relación a metales cuando ésta dura algunos años y otra que es más aceptada, que sugiere que es crónica cuando dura al menos del 10% de la vida del individuo.

– ¿Cuál es el impacto que tendría una exposición crónica?
– Depende de muchos factores, como la susceptibilidad interindividual, de la alimentación, aspectos genéticos, de la vía a través de la cual la sustancia química tiene contacto con el individuo y que ésta efectivamente permita el ingreso del contaminante al interior del organismo.

-¿Qué factores explican la presencia puntual de metales como arsénico y níquel en el organismo?
– A partir de los análisis de laboratorio sólo es posible determinar si en el momento de la toma de la muestra para su estudio, existió o no una exposición a la sustancia química, no es posible determinar a partir de estos exámenes el origen de la exposición. Esa información solo es factible de obtener con el correcto análisis de los datos ambientales.

-¿Qué consecuencias tiene la exposición parcial y la exposición crónica a arsénico y níquel?
– Para el contexto de la población general las exposiciones de interés corresponden a aquellas que son crónicas. En el caso del arsénico, es un tema de alto interés sanitario, dado que a partir de la exposición crónica por vía digestiva, posee la capacidad de generar impactos relevantes en la salud de la población, como lesiones de la piel, alteraciones al sistema nervioso periférico, sistema gastrointestinales, incluyendo los efectos cancerígenos incluidos en la literatura.

-¿Y al níquel?
-En el níquel, la gran mayoría de los efectos están descritos para una subforma química que solo se encuentra en ambientes laborales y que no se relacionan con la población general. Estrictamente hablando, las formas químicas del níquel que pueden contactarse con la población general son de muy baja toxicidad y se relacionan con efectos sensibilizantes, vale decir alergénicos.

-¿Se acumulan los metales en el organismo?
– Cada metal se comporta de forma diferente, algunos pueden acumularse mientras que otros se eliminan en forma más rápida o más lenta según sus propiedades químicas. El níquel tiene una vida media muy corta, al igual que el arsénico. Siendo el arsénico el elemento que ha generado más alarmas, se debe precisar que éste tiene una eliminación que ocurre dentro de los tres a cuatro días posterior a la exposición. Cuando la exposición es limitada a un solo evento, el tiempo no es suficiente para que se produzcan los efectos de largo plazo.

-¿Se acumula daño como consecuencia de la exposición crónica a dichos metales?
– Este es justamente el eje central de lo que es el riesgo para la salud en la comunidad. Cuando consideramos el caso del arsénico, que se elimina rápidamente por la orina, el riesgo mayor aparece cuando la exposición es permanente. En ese caso llegamos a un momento llamado como estado estacionario, donde el ingreso del contaminante iguala a la cantidad que se elimina, por lo que la carga corporal se mantiene estable en el tiempo y es en ese momento que arsénico puede ejercer la totalidad de sus propiedades tóxicas.

-¿Qué implica el ingreso de los afectados a vigilancia?
– Implica determinar su situación de exposición, para definir el contexto de exposición que corresponde, ya sea aguda o crónica, y la existencia o no de efectos en la salud, y determinar las intervenciones adecuadas para cada caso en particular.

-¿Cuáles son las recomendaciones a las familias con niños con valores sobre niveles de referencia?
– Lo más importante es asistir a las evaluaciones médicas, colaborar en todo sentido con el análisis epidemiológico ambiental para determinar la fuente de exposición, consultar dudas a los médicos que están a cargo de las evaluaciones clínicas.

-¿Existen medidas de prevención o paliativas para reducir la exposición puntual a metales?
– La alimentación en estos temas es clave y lo es en varias dimensiones o niveles. Partiendo por el hecho de que una alimentación adecuada interfiere con la absorción digestiva de los metales. Cuando los requerimientos de calcio, hierro, zinc, entre otros, están debidamente cubiertos, los metales se absorben menos en el tracto digestivo. Cuando el estado nutricional es óptimo, los metales tienen más dificultad para ejercer con plenitud su toxicidad.

-Respecto a la evaluación de metales en población preescolar de Coronel, que está en curso. ¿Por qué se evalúa esta población en específico?
– Como ya se ha mencionado, la respuesta tóxica a sustancias químicas depende de una serie de elementos y variables, y entre ellas está la edad.
En este sentido, la importancia de considerar especialmente a los niños más pequeños es que, justamente, esta es la etapa de mayor vulnerabilidad, especialmente pensando en la vulnerabilidad del sistema nervioso central.

-¿Cuáles son las diferencias con los estudios anteriores?
– Más allá de diferencias con otros estudios, lo que realmente importante es dejar en claro los alcances que tienen estos estudios, partiendo por el hecho de que los análisis toxicológicos de este tipo no entregan información acerca del estado de salud de la persona, de manera que, esto no se malentienda, pensando que los análisis determinan que hay población enferma necesariamente.
Por esto que hay que poner en relieve que el estado de salud, para ser analizado, requiero mucho más que sólo un examen y debe incorporar una análisis médico.
También es preciso determinar claramente el tipo de información que aportan los estudios de este tipo, aclarando que no es factible establecer fuentes de exposición ni las rutas involucradas, dado que esa información solo es posible de obtener a partir de estudios ambientales adecuados para ello.

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