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Joven penquista inscribió los elementos de la Tabla Periódica

Por: Daniela Salgado 26 de Octubre 2017
Fotografía: Copesa

Profesionales de la ciencia cuestionan factibilidad de la idea de ambos filántropos por falta de fundamentos.

Tal  como ocurrió en 1954, cuando Jenaro Gajardo Vera, decidió proclamar la luna como propia, para así tener un título de propiedad y, con ello, poder ser parte del Club Social de Talca,  63 años después, un joven empresario penquista, Alberto Barriga Fuentealba, agarrándose de un vacío legal, llegó hasta la notaria Juan Espinosa Bancalari en Concepción para inscribir los elementos de la Tabla Periódica.

En la Declaración de Constitución de Dominio, queda estipulado que el joven de 23 años y técnico en minas,  valiéndose con el argumento que hace más de 6.000 años no ha existido ninguna persona, empresa ni organismo que se haya proclamado como dueño, por lo que se adjudicó “los  bienes incorporales de la tabla periódica y de los 119 elementos químicos, su número atómico, configuración de electrones y propiedad químicas”.

El propósito de la declaración a su nombre de dichos elementos, explicó Barriga es que “con ello, nosotros queremos erradicar la pobreza en el mundo. Para eso cobraremos un impuesto mensual o anual a todas las empresas que generen utilidad gracias al uso de los compuestos químicos de la tabla periódica”.

El tributo que se les cobrará a las empresas, será el 0,33% de las ganancias de sus utilidades, que en el caso, por ejemplo, de Codelco, la suma llegaría a los 25 millones de dólares. A su vez, en el documento ingresado a Contraloría el 4 de octubre está estipulado la creación de Sidis Fondation– perteneciente a Inversiones INB Ltda- que será la encargada de administrar los recursos. Según detalló el cofundador de la fundación, Gustavo Arias, “el 90% de lo recaudado estará dirigido a las donaciones y el 10% se invertirá en Sidis”.

Falta de factibilidad

Como era de esperar, la noticia causó sorpresa en el mundo de la ciencia, quienes cuestionan la factibilidad para llevar la promulgación a buen puerto.

Las dudas se generan por una parte, por las imposiciones propias y que están debidamente detalladas en la ley, tanto para la conformación de un dominio corporal o incorporal, y por otra está en origen de cada uno de los elementos de la tabla periódica y que cuenta con su respectivo creador.

“Cuando se trata de un dominio industrial, esto se hace mediante un registro que se entrega el Instituto Nacional de Propiedad Industrial y cuando se habla de cosas incorporales del ámbito intelectual se adquiere por el acto de la creación y este caso no cuenta con ninguna de las dos. Lo que acá sucede es una mera declaración que no produce efecto constitutivo de dominio sino, más bien, es una unilateral”, explicó Ximena Sepúlveda, directora de la unidad intelectual de la UdeC.

Pero no sólo a eso es a lo que apuntan los profesionales del área de la ciencia, sino también a las dificultades técnicas porque “la tabla periódica engloba una serie de elementos químicos de distintos orígenes, donde son igual de diversos los profesionales, investigadores y científicos que descubrieron cada uno de ellos. Entonces, esto requeriría consultar al creador del oxígeno o hidrógeno, por ejemplo. Para mi hacerse propio algo que ya existe, es algo difícil y utópico”, afirmó el presidente del Colegio de Químicos Farmacéuticos.

Mientras las partes interesadas continúan debatiendo sobre la verdadera posibilidad de concretar la idea de este par de filántropos, continua avanzando el plazo de 30 días, desde su ingreso a Contraloría, para que alguien en cualquier parte del mundo reclame el dominio de la tabla periódica.

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