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Baja cifra de fumadores adolescentes en la Región del Bío Bío a 16,2%; mujeres lideran consumo

Por: Ximena Valenzuela 19 de Octubre 2017
Fotografía: Copesa

Si bien, la última Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes, entregada por el Ministerio de Salud, reveló que existe una disminución de más de 10 puntos porcentuales en el indicador de prevalencia del consumo de tabaco en escolares de 13 a 15 años, entre 2008 y 2016; y de más de 17 puntos entre 2003 y 2016 a nivel nacional, los niveles a nivel regional siguen siendo altos.

De hecho, la medición que se centró en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Valparaíso, Metropolitana y Bío Bío, reveló que en la Región el predominio de fumadores de cigarrillos llega al 16,2%, cifra que en 2008 era de 26,7% y de 34% en 2003.

El sondeo en el que participaron 1.308 jóvenes a nivel regional y que a nivel país abarcó a 7.203 estudiantes entre 13 y 17 años, mostró que por género los hombres presentaron una consumo del 10,4%, versus un 24,8% registrado el año 2008 y 32,1% el año 2003; mientras que las mujeres evidenciaron una prevalencia del 21,8%, cifra menor al 28% del año 2008 y 35,8% del año 2003.

El seremi de Salud, Mauricio Careaga, manifestó que el resultado evidenciado en esta Encuesta es coherente con los objetivos planteados en la Estrategia Nacional de Salud al 2020, que busca disminuir la conversión de jóvenes en adictos al tabaco en al menos un 20%, disminuir la tasa de consumo en fumadoras menores de 18 años a menos del 30% y llevar la tasa de fumadores pasivos del 10 al 0%. “Esto implica un desafío tanto para el sector salud como para el intersector en su conjunto”.

Agregó que están satisfechos con la reducción de cifras de consumo de tabaco en jóvenes, así como de exposición al humo del tabaco ajeno en el hogar y en lugares públicos, pero que aún se debe reforzar el trabajo para aumentar la percepción de riesgo de la exposición al agente contaminante, “pues se observa una reducción en la percepción de que el humo del tabaco ajeno tiene un efecto sobre terceros”.

Cabe destacar que el tabaquismo es una enfermedad crónica, caracterizada por ser una drogodependencia, donde la nicotina como principio activo tiene características adictivas como tolerancia, dependencia física y psicológica, obligando a los fumadores a mantener el consumo, para de esa forma, suprimir o evitar síntomas derivados del descenso de los niveles de nicotina en el organismo, es decir, un cuadro por privación.

Mujeres arriba

La prevalencia de fumadores que intentaron abandonar el tabaco en los últimos 12 meses alcanza al 57,9% en la Región, distribuidos en un 62% de hombres y 56% mujeres. La cifra de cesación tabáquica alcanzó el 59,6% el año 2008 y el 61,8% el 2003.

Ahora bien, también existe un grupo de jóvenes fumadores que utiliza cigarrillo electrónico, cifra que en la Región alcanza el 7%, siendo la segunda región con indicador más bajo, tras Tarapacá (6,7%), y por debajo de Arica y Parinacota (8,4%), Valparaíso (10,6%) y la Región Metropolitana (12,1%).

Respecto a la prevalencia de expuestos al humo del tabaco ajeno en el hogar, un 29,8% de las personas de la Región señalaron que fumaron en su presencia los últimos siete días en su casa, reducción que alcanza los 10 puntos porcentuales respecto de 2008.

El indicador de Bío Bío también es el segundo más bajo en el territorio, después de Arica y Parinacota (29,6%); y bajo Tarapacá (32,3%), Región Metropolitana (38,6%) y Valparaíso (39,2%). La reducción de los expuestos al humo de tabaco ajeno en el hogar se repite en todo el país.

También el sondeo permite observar una reducción en la prevalencia de exposición al humo de tabaco en lugares públicos en la Región, pasando del 59,9% en 2008 a 39,7% en 2016. Dicha disminución también es significativa en las otras cuatro regiones evaluadas.

Consecuencias

El humo que respiran los fumadores activos y pasivos, contienen más de 4 mil sustancias con propiedades tóxicas, irritantes, cancerígenas, que van produciendo un efecto acumulativo que conduce a enfermedades. Algunas de ellas, las menos graves, se pueden presentar tempranamente; mientras que las más graves toman tiempo y se manifiestan después de 10 a 15 años de estar fumando.

De acuerdo al Departamento de Informaciones y Estadísticas de Salud (Deis), la carga de enfermedad a nivel país atribuible al tabaco indica que cada año 51.450 personas adquieren enfermedad pulmonar crónica; 20.191 desarrollan patologías cardíacas; 12.050 sufren un accidente cerebrovascular, 5.269 neumonía, 3.076 son diagnosticadas con cáncer de pulmón y 4.805 enferman de otros tipos de cáncer.

En tanto, las muertes atribuibles al tabaco a nivel país dan cuenta de 4.523 fallecimientos por enfermedad pulmonar crónica, 2.988 por otros cánceres, 2.565 por problemas cardíacos, 2.335 por cáncer de pulmón, 1.902 por tabaquismo pasivo, 1.497 por accidente cerebrovascular y 722 por neumonía.

“En busca de evitar incrementos de prevalencia de morbilidad se establecieron modificaciones a la ley de tabaco, siendo ésta una importante medida de salud pública. La normativa, básicamente prohibe fumar en todo espacio cerrado de acceso público, además de establecimientos educacionales y recintos deportivos, junto con prohibir la publicidad de los productos del tabaco y el establecimiento de advertencias sanitarias en todos los envases de estos productos, siguiendo las obligaciones internacionales asumidas por el Estado, al ratificar el Convenio Marco para el control del tabaco de la OMS”, dijo Cecilia Soto, jefa del Departamento de Salud Pública de la autoridad sanitaria.

“En 2016 en la Región se realizaron 761 fiscalizaciones, y este año ya se registran 523 inspecciones asociadas a la norma. El año pasado el proceso de control dio origen a tres denuncias derivadas al Juzgado de Policía Local; mientras que este año se registran dos denuncias”, señaló el encargado regional de la Unidad de Seguridad Alimentaria de la Seremi de Salud, Lino Alarcón.

La encuesta también advierte que bajó el predominio de estudiantes que están seguros de que el humo del tabaco ajeno es nocivo en ellos, del 68,1% en 2008 al 44,6% en 2016, reducción que se repite en todas las regiones que fueron evaluadas.

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