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Neuróloga advierte peligros de consumo de marihuana en adolescentes

Por: Daniela Salgado 23 de Julio 2017
Fotografía: Agencia UNO

La especialista advierte que hay personas que se benefician con las altas sumas de dinero que movilizan este lucrativo negocio, a pesar de “carecer de ética y ser una versión 2.0 de las tabacaleras”.

La revista New England Journal of Medicine presentó hace un mes y medio los resultados de un estudio clínico de fase III que demostró que el fármaco Epidiolex, derivado del cannabidiol, es efectivo para el tratamiento de pacientes con epilepsia.

Los resultados fueron arrojados tras suministrar el medicamento, perteneciente a la empresa británica GW Pharmaceutucals, a un total de 120 pacientes, de los cuales un 39% experimentó una disminución en las convulsiones.

Ante esto, la médico en Neurología Infantil y Adolescente de la Universidad Católica de Chile, presidenta del Grupo de Epilepsia Refractaria de Sopnia y miembro del equipo de trabajo sobre la marihuana, alcohol y drogas de la Sociedad Médicas, Keryma Acevedo, se refirió a los resultados del estudio y al rol que los especialistas deben adoptar sobre los pro y contra de los tratamientos en base de cannabis.

-¿Qué le parecieron los resultados que demuestran la eficacia del Epidiolex en pacientes con epilepsia?

– Primero hay que señalar que ese fármaco se prepara bajo altos niveles de calidad en laboratorios extranjeros y esperan aprobar diferentes fases de estudio para obtener la autorización para su venta. Con respecto al estudio, se realizó bajo las mejores condiciones, que se llaman doble ciego, controlado y randomizado, es decir, se compararon dos grupos de pacientes de condiciones similares en las que a unos se les suministró el Epidiolex y a otros, placebo (preparación idéntica al fármaco pero sin ningún medicamento). En el caso del fármaco, éste arrojó una eficacia de un 39%, en cambio para los de placebo la cifra fue de 13%, sin embargo en estudios de otros fármacos puede llegar hasta 20 a 30%.

Esto demuestra que la efectividad es algo modesta. Si bien los resultados son esperanzadores, es necesario ser prudentes y darles garantías de eficacia y seguridad a nuestros pacientes. No se debe hacer ciencia con casos individuales y menos descuidar la contraparte, que son los riesgos.

-¿Cuál es el real peligro de los tratamientos en base a la marihuana en niños y adolescentes?

– El principal peligro es que la marihuana es una droga con efectos dañinos para el cerebro de cualquier ser humano y más aún en el de niños y adolescentes que se encuentran en desarrollo. Es una planta muy compleja, que contiene más de 500 moléculas, la mayoría de las cuales no han sido estudiadas en cuanto a sus efectos en el organismo.

Lamentablemente, la gran mayoría de los pacientes o familias con variadas enfermedades, han buscado una opción terapéutica en preparados o extractos de la planta de marihuana, que no es un medicamento, los que obtienen en forma casera o artesanal, en los que no se realiza ningún tipo de control o medición de cuáles son los componentes obtenidos, que por lo tanto pueden tener efectos negativos en la salud y desarrollo, así como riesgos de contaminación con esporas de hongos, bacterias u otros.

-De todos los componentes que tiene la marihuana, ¿cuáles son los más nocivos y qué efectos tienen en adolescentes  en plena etapa de desarrollo?

– De las moléculas más estudiadas hasta ahora sin dudas la más conocida es el THC o tetrahidrocannabinol. Esta molécula tiene efectos dañinos o deletéreos en el cerebro. Es la responsable de los efectos psicotrópicos, compromiso de funciones neurológicas como la alerta, coordinación, atención, rendimiento escolar. Esto no solo ocurre en forma aguda asociada al consumo inmediato, sino que se prolonga por días y más grave aún, está demostrado con múltiples artículos científicos en Chile y el extranjero, que quienes consumen o usan marihuana tienen menos logros académicos y laborales, pueden tener brotes de esquizofrenia, una grave enfermedad psiquiátrica, y comprometen diferentes funciones cerebrales, además de afectar otros sistemas del organismo.

-¿Les preocupa el aumento en un 11% del consumo de drogas y alcohol en niños y adolescentes chilenos, según datos del Senda?

– Absolutamente, esto es un problema de salud pública enorme. Tenemos un triste récord en cuanto a las tasas de consumo de marihuana en adolescentes y jóvenes, quienes son bombardeados por mensajes que relativizan los riesgos de su uso: la marihuana es natural y que tiene propiedades terapéuticas o es un “medicamento”, afirmación completamente falsa. De este modo, niños y jóvenes en desarrollo, se exponen a riesgos que pueden tener consecuencias irreversibles en su salud.

-¿Se podría replicar el tratamiento de aceite de cannabis que se le suministró  de Cholotte Figi y Lucas Riffo, en otros menores con igual patología?

-Es muy importante comprender que la ciencia no se construye en base a casos individuales. El caso de Charlotte ha sido muy divulgado y sin dudas, abre una puerta de esperanza para muchos pacientes con epilepsia refractaria o de difícil manejo, que aún alcanzan a un 30% de nuestros pacientes. Es muy doloroso como médico no encontrar un tratamiento adecuado para nuestros pacientes y más aún en el caso de la epilepsia, en que se puede asociar un tremendo compromiso de la calidad de vida de nuestros pacientes y sus familias. Sin embargo, mi obligación como médico tratante es indicar tratamientos eficaces y seguros y eso no ha sido demostrado en el caso de derivados o extractos de la planta de marihuana, en particular de la molécula Cannabidiol o CBD, que es la que ha mostrado efectividad en casos aislados. Los investigadores y médicos debemos trabajar para realizar trabajos científicos rigurosos, con medicamentos bien estudiados y que a través de procedimientos que están muy bien definidos, tanto en nuestro país como en el resto del mundo, demuestran que un medicamento es no solo eficaz, pero también seguro.

-En relación a lo anterior, ¿qué le ha tocado experimentar en su consulta?

-Yo diría que veo dos extremos. Por un lado, es muy impactante ver a padres que plantean la posibilidad de tratar a sus hijos con extractos de marihuana, cuando son portadores de patologías no refractarias, con excelentes tratamientos disponibles como el déficit atencional, la mayoría de las epilepsias o el dolor de cabeza, por ejemplo. Me sorprende que alguien piense arriesgar el desarrollo de sus hijos, exponiéndolos a drogas, en lugar de fármacos tradicionales y conocidos. Esos padres sin duda quieren lo mejor para sus hijos, pero están muy influidos por mensajes falsos que inundan los medios de comunicación y redes sociales.

Por otra parte, en el caso de mis pacientes con epilepsia refractaria, enfrentamos el dolor de la familia y a veces el compromiso neurológico que produce la enfermedad de base o por  las decenas o cientos de crisis acumuladas, situación que no es lo habitual para la mayoría de los pacientes con epilepsia. Con ellos, siempre seguimos buscando alternativas de tratamiento que los ayuden en forma permanente. Comprendo que en estos casos muy seleccionados los padres puedan optar por esta alternativa de búsqueda constante de otros tratamientos, incluyendo, los extractos o aceites de cannabis, pero yo no lo indico.

-¿Considera que el mercado descubrió en la cannabis una buena forma de hacer negocios a causa de la alta demanda y que por eso se relativizan las posturas en contra?

-Creo que sin duda hay un aspecto comercial que está bastante oculto en nuestro país y del que realmente no tengo mayor información. Aquí hay personas que se benefician de un negocio que en muchas partes del mundo se ha demostrado como tremendamente lucrativo y que moviliza tremendas cantidades de dinero. Las empresas han empezado a cotizar en bolsas de valores y no hay mayor ética respecto “al negocio”. Es la versión 2.0 de las tabacaleras. Me parece insólito que en nuestro país se restrinja el consumo del tabaco, medidas muy importantes, pero que absurdamente se relativice absolutamente el tema del consumo de drogas. También tenemos tareas pendientes en el tema del consumo de alcohol en escolares y adolescentes.

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