El alto nivel de contaminación atmosférica del Gran Concepción se debe en gran parte al material particulado fino que emiten los calefactores domésticos que utilizan biomasa para producir la combustión. Si a esto se suman las condiciones climáticas de la estación, el resultado son nocivos efectos en la salud de la población local.
No es extraño encontrar humaredas al recorrer diferentes comunas de la Provincia de Concepción. La calefacción a leña es una de las favoritas de los usuarios al momento de elegir una fuente de calor para capear las bajas temperaturas que afectan al centro sur del país. Sin embargo, el mal uso de estas ha generado que las residencias sean la principal fuente contaminante de la Región con un 59% del total de gases tóxicos emitidos.
Pero, ¿a qué se debe que este tipo de estufas contaminen más que el sector industrial, el transporte público y las quemas agrícolas?
El doctor en Física y Mecánica de la Madera y docente de la Universidad de Concepción, Luis Valenzuela Hurtado, indicó que el mayor problema de este tipo de calefactores es la utilización de leña húmeda, la que al no contar con un porcentaje óptimo de presencia de líquidos provoca una combustión incompleta, en otras palabras genera material particulado y gases contaminante a la atmósfera.
“Se genera una combustión incompleta donde se está evaporando agua, más gases de la combustión que finalmente se van a encontrar en el cañón de la chimenea, con un ambiente de temperatura más bajo”, indicó Valenzuela, agregando que “de una leña seca, no sale humo, de una leña mojada sale humo y deja un fuerte aroma“.
Este problema puede ser resuelto si los proveedores vendieran leña realmente seca, la cual debería tener un porcentaje de humedad menor al 14%, y no como la que actualmente se ofrece como seca en un porcentaje que supera el 30%. Como si fuera poco, además de contaminar de sobremanera, las astillas que no cuentan con el porcentaje óptimo de humedad pueden llegar a calentar tan solo la mitad en comparación con una que esté seca. “La madera seca va a durar mucho más, va a contaminar menos, y va a calentar más que la húmeda“, reveló el especialista.
Valenzuela asegura que para distinguir una verdadera astilla seca existen diversas técnicas. La más simple consta en retirar una hilacha del trozo de madera. Si ésta se desprende rápido y sin problemas está seca, de lo contrario, si se generan dificultades para su extracción es muy probable que su porcentaje de humedad supere el óptimo. Además, el ingeniero en maderas indicó que también se puede medir el peso del leño para saber si esta mojado, o golpearlo para oír si suena hueco. No obstante, estas técnicas requieren cierta experiencia en el área para su efectiva ejecución.
“Si todos usáramos madera seca no tendríamos tantos problemas de contaminación como ahora“, sentenció el académico.
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Dentro del proyecto impulsado por la Seremi de Medio Ambiente, Conce Respira, y que se espera comience a operar a principios de 2018, se busca regular el consumo de leña-biomasa como combustible. Para esto se tomarán las siguientes medidas:
Asimismo, se regulará el uso de estufas y cocinas que operen con leña-biomasa a través de las siguientes medidas desde la publicación del plan:
En paralelo, también se ejecutarán una serie de medidas para reducir la demanda energética de las viviendas a través de:
Con estas medidas se busca reducir la cantidad de material particulado proveniente de fuentes residenciales en las comunas del Gran Concepción.
Durante los últimos años, las ventas de estufas que utilizan pellet como combustible han ido en ascenso. Si bien el costo inicial puede llegar a duplicar el de un calefactor que utiliza leña, su calidad y comodidad, tanto de la caldera como la del material leñoso prensado, las han posicionado como una gran alternativa descontaminante.
El académico, Luis Valenzuela, explica que a diferencia de la masiva astilla, el pellet al tener una “mayor densidad” y un porcentaje muy bajo de humedad (entre un 6 y un 10 %), es un combustible mucho más limpio y seguro. Por los motivos ya señalados, este tipo de calefacción casi no emite gases y material particulado a la atmósfera, convirtiéndolo en una buena alternativa ante la utilización de madera. Además, agregó que el poder calórico del pellet puede igualar al de una estufa a leña, si la caldera lo permite.
Por otra parte, el pasado viernes se realizó el seminario “Energías Limpias: Una mirada energética global para el desarrollo regional”, en donde exponentes locales y nacionales platicaron de cómo la utilización de energías limpias como el gas natural o la electricidad pueden colaborar en la descontaminación de las ciudades de la Región.
En este contexto, el gerente comercial de Gas Sur, José Miguel Mandiola, informó que “la principal diferencia entre el gas natural y las otras fuentes energéticas disponibles para calefacción es que es un combustible limpio por su casi nulo porcentaje de contaminación ambiental (extradomiciliaria) producto de su combustión”. Además, “si realizamos una comparación entre la leña, por ejemplo, esta es hasta 6.600 veces más contaminante que el gas natural, mientras que el pellet lo es 60 veces más”, explicó el vocero de la distribuidora.
Durante la instancia organizada por Fundación Gas Natural Fenosa y desarrollada en Suractivo, también se discutió sobre la erradicación de la leña húmeda y la educación que recibe la población para el uso correcto de calefactores.
Los efectos de la contaminación ambiental a la salud humana han sido estudiados por décadas. Entre las principales consecuencias comprobadas se encuentran las infecciones de las vías respiratorias y enfermedades pulmonares. Así lo confirma Ernesto Bravo, encargado de Gestión Ambiental de la Seremi de Salud de la Región. “La exposición a contaminación del aire con índices elevados de calidad tanto para material particulado grueso PM 10 como material particulado fino PM 2,5 genera en la población principalmente afecciones de salud asociadas a enfermedades respiratorias, siendo los principales grupos de riesgo niños y adultos mayores”, reveló la autoridad sanitaria.