La solicitud será ingresada en los próximos días por la defensa del economista, a raíz de una serie de episodios de crisis de pánico y ansiedad que ha vivido durante los dos meses que lleva recluido en Chile.
Con el clásico chaleco amarillo y palabra “imputado”, además de estar sin barba y 10 kilos menos en su peso. De esta manera fue la reaparición pública de Rafael Garay el pasado lunes, durante una audiencia en donde confirmó su intención de disponer del 100% de sus bienes para los 36 afectados por una presunta estafa piramidal, a través de su empresa Think & Co.
De acuerdo al propio Garay, se trata del departamento en donde funcionaba la oficina de su emprendimiento, que tiene un avaluó de 3.500 uf y adeuda 1.900, a esto se suman sus obras de arte por una cifra de 1.500 UF y un estacionamiento en el mismo edificio. Todo suma cerca de 91 millones de pesos, el 5,21% del total defraudado.
Fuentes de la investigación comentaron a Diario Concepción, que la semana pasada Rafael Garay sufrió episodios de crisis de pánico ante la audiencia en la que enfrentaría a la sociedad, tras su mediática recepción. Esto derivó en que la defensa planteará la concreción de exámenes médicos y psiquiátricos para conocer su real estado de salud.
Desde la defensa, el abogado Reyneiro García de la Pastora, indicó a Diario Concepción que es una de las diligencias que se encuentran pendientes y que será solicitada en los próximos días.
Mientras que el fiscal José Morales, considera que se encuentra en su derecho de pedir los exámenes que sean necesarios, “pero de ninguna manera se podría configurar ninguna inimputabilidad. Eso queda totalmente descartado”, puntualizó el persecutor.
Todos los querellantes concuerdan con el investigador en que es un derecho que tiene el imputado, pero con matices. Para el abogado Rodrigo Bravo, la situación “claramente, en cualquier escenario judicial, las patologías psiquiátricas consideradas para una atenuante de ser de un calibre muy importante. Y el problema de alcoholismo o control de impulsos que tiene no alcanza”.
Opinión similar tiene el jurista Sabas Chahuán, quien expresó que “claramente puede tener algún tipo de afección. Pero imputable, a priori, lo es. Creo que el señor Garay está en plena conciencia de sus actos”, señaló.
Mientras que la representante de Víctor Mellado, la persona a la que Garay pidió prioridad en la devolución de los dineros, la abogada María Elena Santibáñez, concuerda con Chahuán en que es totalmente consciente de los actos que hace “no existe ningún rango, hasta ahora, que hable de inimputabilidad. Hay que esperar lo que digan los médicos”.
Posible inimputabilidad
Para valida una inimputabilidad no sólo son necesarios los exámenes médicos, para el presidente de la Fundación Amparo y Justicia, y académico de la PUC, Ramón Suarez, la inimputabilidad significa que una persona no está en juicio de distinguir entre el bien y el mal con sus acciones.
“Esto puede ser con un impedimento psiquiátrico, que afecta a la razón y la persona está impedida de definir lo que es bueno o malo. Lo otro, son los problemas de personalidad, que no generan imputabilidad, allí tenemos a las psicópatas, ellos saben distinguir entre el bien y el mal, pero tienen trastornos en su personalidad”, señaló.
Para el profesor, en el caso de Rafael Garay, no existiría ninguna circunstancia inhabilitante para enfrentar un juicio. “No significa ninguna atenuante para los efectos penales, sino, tendríamos a personas que antes de cometer un delito consumirían drogas o alcohol”.
Los días en la cárcel
Rafael Garay Pita se levanta todos los días cerca de las 07:45 horas y espera el desencierro junto a otros 11 reclusos que se encuentran en el anexo cárcel Capitán Yáber. El penquista fue uno de los últimos en ingresar hasta el recinto penal que se encuentra con su capacidad a tope.
Durante la mañana lee y ayuda con los quehaceres diarios, haciendo el aseo y limpiando el baño que utilizan los mismos reclusos. Durante las tardes, normalmente, lee, a pesar de que puede jugar ping-pong o conversar con sus compañeros.
Tras su formalización en marzo, Rafael Garay leyó detenidamente la carpeta investigativa, en al menos dos ocasiones, la cual subrayó y conversó con su defensa para delinear su línea argumental. Con esto, surgieron las declaraciones ante el fiscal José Morales y ante el tribunal que sigue la causa.
De acuerdo a fuentes de Diario Concepción en Gendarmería, Rafael Garay en estos dos meses de reclusión sólo ha recibido una visita, que se extendió por cuatro minutos. Se trata de Antonella Torrelli, quien llegó hasta el recinto penal de Avenida Pedro Montt para presentarle a la hija de ambos. Una cita que se sólo fue un hola y adiós, que hasta el minuto no se ha repetido.