Más de cinco mil personas llegaron hasta Quillón para presenciar la batalla, pero sólo unos pocos ingresaron al ruedo que con más de 123 toneladas del fruto rompió el récord mundial que tenía España. 
 

Ximena Valenzuela Cifuentes 
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El tomate no sólo es parte de exquisitas preparaciones, sino también de la entretención. Por eso, más de cinco mil personas se dieron cita el sábado en la Esparraguera en Quillón, para presenciar la séptima versión de la Guerra del Tomate. 

En 2016, fueron 100 toneladas del fruto las que permitieron dar rienda suelta a la batalla, cifra que en 2017 aumentó a 123 toneladas, lo que constituye un récord a nivel mundial. 

"Batimos un récord planetario, pasamos las 123 toneladas de tomate. En España no se ha llegado aún a esa cifra. Quiero agradecer las últimas donaciones de tomate que se hicieron a última hora, porque eso nos permitió posicionarnos en el primer lugar. Esta ya se ha transformado en una fiesta tradicional en Chile", dijo el alcalde de Quillón, Alberto Gyhra.

Si bien, sólo algunos pudieron, como Lorena Muñoz, ingresar al ruedo, nadie se salvó de recibir el golpe de un tomate, la penquista que viajó en forma exclusiva para participar en el evento afirmó que " adentro uno lanza tomates y recibe con adrenalina, pero afuera se empiezan a sentir los dolores de los golpes. El año pasado entró mi esposo y ahora me tocó a mí. Me gustaría repetir la experiencia".

Un pequeño gigante de las comunicaciones animó el evento. Óscar Álvarez "Oscarito" visitó por primera vez el Valle del Sol, llevándose una grata impresión. "No sabía que la guerra del tomate se hacía aquí en Chile, no estaba en mis libros. Pero me encantó Quillón, he recorrido mucho y es muy lindo. Me tocó instar y hacer como el ángel malo para que la gente se tirara tomates y ejerciera violencia con tomates".

"Fue una excelente experiencia. Es segunda vez que participo, pero ahora me decidí a entrar a la guerra. Nos motivamos con un amigo a entrar y lo hicimos, esto se vive una vez al año, así que había que hacerlo no más", comentó Francisco Catalán, turista de Santiago.

Bomberos colaboró en disminuir la temperatura del ruedo, que pasadas las 18.00 horas no bajaba de los 25 grados celcius, lanzando chorros de agua a los participantes que no dieron tregua a su batalla durante más de dos horas. 

Cabe destacar que la Tomatina es una fiesta que se celebra en España, en la localidad de Buñol, el último miércoles de agosto, donde los participantes se arrojan tomates los unos a los otros, tal como ocurrió en Quillón.