Tras el fallecimiento de tres brigadistas en Vichuquén, Conaf reitera su compromiso con la seguridad de sus funcionarios y llama a la precaución.
Tras el fallecimiento de tres brigadistas en Vichuquén, Conaf reitera su compromiso con la seguridad de sus funcionarios y llama a la precaución.
Karla Altamirano Pérez
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El 15 de enero la Corporación Nacional Forestal (Conaf) tuvo que despedir a tres de los suyos luego de que un incendio en Vichuquén, región del Maule, les arrebatara la vida.
Los funcionarios fallecidos fueron Ricardo Salas Martínez, Wilfredo Salgado Donoso y Sergio Faúndez Vergara, pero, además de ellos, quedaron heridos otros cuatro brigadistas, de los cuales uno se encuentra internado con quemaduras de carácter grave y compromiso de vías respiratorias.
"Lamentamos profundamente el fallecimiento de nuestros tres brigadistas y extendemos nuestra mayor solidaridad y pésame a las familias y seres queridos de quienes entregaron su vida por la protección del medio ambiente y la comunidad en general", señaló en un comunicado de prensa el director ejecutivo de la institución, Aarón Cavieres.
El accidente, más allá de sus consecuencias fatales, abrió nuevamente el debate en torno a la protección que los brigadistas tienen en caso de incendios forestales y a las medidas de seguridad que, desde la institución, toman para evitar desenlaces como este.
Los datos que sorprenden
Desde la Conaf, indicaron que, hasta el viernes, en la Región del Bío Bío se habían producido un total de 356 incendios forestales que arrasaron con 1.220 hectáreas de bosque, sin considerar los 27 del fin de semana.
Aunque estas cifras puedan resultar alarmantes, al compararlas con las obtenidas durante los últimos cinco años, es posible percatarse de que los incendios han bajado alrededor de un 6% y que el daño provocado por los siniestros es un 85% menor al ocurrido en el mismo periodo.
"Hasta el momento, estamos en una temporada normal y con un nivel de daño relativamente bajo, aunque no es seguro que se mantenga así pues, en los últimos meses, hemos tenido lluvias que suelen aumentar la humedad de los materiales", señaló Alberto Bordeu, director regional (i) de la Conaf.
Según indica la autoridad, estas cifras podrían ser mucho menores si no fuera por los errores humanos que, lamentablemente, ocasionan más de un 99% de los incendios forestales que podemos ver a diario en la prensa. La prevención es clave.
El trabajo en equipo
Los cambios que ha experimentado en los últimos años el clima de nuestro país es otro importante factor a tomar en cuenta. Bordeu señala que, para que se produzca un incendio forestal que sea difícil de controlar deben reunirse algunas condiciones mínimas.
"Mucha vegetación, una pendiente pronunciada, alrededor de 30° de temperatura, menos de un 30% de humedad y vientos de más de 30 kilómetros por hora son los factores perfectos para producir un incendio difícil de controlar", explica Bordeu antes de añadir que, en casos así, el trabajo en equipo es lo fundamental.
La Región tiene, lo que la Conaf considera, zonas de interfaz donde el bosque y los hogares se mezclan. Estos sectores requieren el trabajo colaborativo de bomberos y brigadistas que, en labor conjunta y dividida por funciones, responden juntos en sus áreas de especialidad.
Al momento de enfrentar un siniestro en alguna de estas zonas los equipos deben trabajar en completa coordinación y con sus propias medidas de seguridad y entrenamientos.
Pese a que algunos trabajen a sueldo y otros por el simple placer de ayudar a los demás, lo fundamental en cada uno de ellos es la vocación y la conciencia de que el más mínimo error puede costarles la vida a ellos mismos y a sus compañeros.
"Lo que más nos preocupa es la seguridad. Nuestros funcionarios saben lo que enfrentan, tienen seguros comprometidos y reciben cursos periódicos sobre estos temas. Lo que sucedió con los brigadistas en Vichuquén es lamentable, pero tomamos todos los cuidados para evitar que situaciones así se repitan", explicó Bordeu.
Estos trabajadores arriesgan su vida a diario por todos los chilenos. Las responsabilidad de cuidarlos está, en un 99% de los casos, en nuestras manos.