Conaf advierte que El Salto en Tomé, Agüita de la Perdiz y el Cerro Caracol en Concepción, y el Cerro La U en Talcahuano son los que corren más riesgo de protagonizar un desastre como el que destruyó 250 viviendas en la Quinta Región.

Karla Altamirano
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Cuatro días se cumplen hoy des el incendio en el sector de Laguna Verde, en Vaparaíso. Las llamas, que destruyeron 250 casas y dejaron más de 20 mil metros cúbicos de desechos, 238 personas durmiendo el albergues y una cifra aún desconocida de afectados. 

Esta situación sigue siendo preocupante y alertó a miles de ciudadanos sobre los riesgos que se corren por vivir en determinados sectores que, hoy especialmente, se consideran de riesgo para la ciudadanía. 

Sólo el miércoles cuatro de enero se produjeron 11 incendios forestales en la Región del Bío Bío, cinco de ellos en la provincia de Concepción. Los más complejos fueron los dos ocurridos en el cerro La U, cuyas llamas tenían proyección a las poblaciones aledañas y al Hospital Las Higueras de Talcahuano. 

"El 97% de los incendios forestales en nuestra región es causado por el hombre y, por eso, solicitamos precaución en la utilización del fuego en terrenos boscosos", explica del director (i) de la Conaf a nivel regional, Alberto Bordeu.

En la Región hay 24 comunas que son críticas desde el punto de vista de la ocurrencia de incendios forestales y, dentro de ellas, 47 puntos que están constantemente en vigilancia donde Conaf, de la mano de Bomberos, municipalidades, empresas y ciudadanía, hace un trabajo constante de prevención retirando material inflamable, identificando focos de riesgo, despejando las áreas peligrosas y entregando material a los vecinos que facilita la prevención del fuego.

En la provincia, según advierte el director regional de la Conaf, las zonas más riesgosas son El Salto en Tomé, Agüita de la Perdiz y Cerro Caracol en Concepción, Cerro La U en Talcahuano. Todos estos sectores donde hay más ocurrencia de incendios de lo normal y, por lo tanto, donde constantemente se está trabajando con brigadas de protección.

"Los incendios forestales no son un tema de una sola organización. Aquí todos podemos ser parte de la solución o del problema. Que la comunidad se involucre es la única forma de prevenir que lamentemos situaciones como la ocurrida en Valparaíso con los daños sociales y ambientales que ello significa", añadió la autoridad de la Conaf.

El clima es uno de los factores de riesgo de incendios y, bajo esta perspectiva, los cambios que ha sufrido en los últimos años lo han convertido en uno de los peores enemigos frente a estas situaciones. Según explicó Bordeu, este año tendremos un verano con temperaturas máximas superiores a lo que se acostumbra en la zona y, a mayor temperatura, baja la humedad y se seca más rápido la vegetación. Si estos factores se unen con la nefasta combinación de más de 30 grados de temperatura, viento de más de 30 kilómetros por hora y menos de un 30% de humedad, especialmente en sectores donde hay mucha población, pendientes abruptas y vegetación densa.

"Las constantes conversaciones con los vecinos de esos sectores nos han permitido identificar zonas y acciones de riesgo. Por ejemplo, descubrimos que, en Tomé, una gran cantidad de los incendios eran provocados por juegos de niños. Trabajamos esa situación generando actividades para ellos por las tardes y hemos descubierto que esas situaciones han disminuido. Por eso es importante trabajar caso a caso", señala Bordeu. 

Sólo en esta temporada se han producido 271 incendios que han quemado 945 hectáreas. Aunque sigue siendo un número elevado, la baja ha sido significativa en comparación con el promedio de los últimos cinco años. 

Dentro de esas cifras no se tomaron en cuenta los datos del miércoles o jueves. Considerando sólo el primero de esos días, habría que añadir los 11 incendios en las comunas de Quilleco, Talcahuano, Chillán y Chillán viejo, Tomé y Laja, focos que afectaron una superficie de 176 hectáreas. 

Para los siguientes días de pronosticó un fuerte ciclón de alta presión que, sumado a vientos de más de 50 kilómetros por hora, podría hacer que una pequeña llama se transformara en una catástrofe. 

La recomendación es no quemar basura, no hacer fuego para cocinar en lugares no habilitados, no circular con vehículos catalíticos en lugares con pasto seco y, recordar que, como indicó Bordeu, "el mejor incendio es el que nunca ocurre".