Hasta el próximo 31 de enero se extiende el plazo para postular a alguna de las becas. Esta vez los beneficios tendrán acceso preferente para personas con discapacidad.
Hasta el próximo 31 de enero se extiende el plazo para postular a alguna de las becas. Esta vez los beneficios tendrán acceso preferente para personas con discapacidad.
Tania Merino Macchiavello
tania.merino@diarioconcepcion.cl
Si bien el primer registro de ingreso de un estudiante en situación de discapacidad a una universidad en Chile data de más de 50 años, las brechas persisten. Recién esta semana, por ejemplo, se homologó el sistema de postulación para que quienes viven con discapacidad puedan postular a becas que antes les eran restringidas.
Por primera vez en más de medio siglo habrá un sistema de acceso preferente para estos estudiantes y de manera inédita se intentará, además, homologar el acceso a becas entre el sistema escolar formal evaluado de 1 a 7, y entre la educación especial que mide logros de aprendizajes adquiridos.
Según el último estudio sobre discapacidad publicado en 2015, del total de población mayor de 18 años, 20% de la población regular logra acceder y completar sus estudios de educación superior, sin embargo, en personas en situación de discapacidad el porcentaje cae a 9,1.
Según el mismo reporte, mientras el grueso de la población tiene 11 años promedio de escolaridad, aquella en situación de discapacidad tiene 8 años promedio. Además, sólo el 51% de la población en situación de discapacidad ha completado la educación media.
La directora regional del Servicio de la Discapacidad, Sandra Narváez explica que uno de los principales motivos por los que parte de los jóvenes con discapacidad no accede a la educación terciaria es la falta de oportunidades que han tenido a lo largo de su vida, sumado al factor económico, aspecto al que apunta esta nueva medida.
La directora de Junaeb, Karina Silva, agrega que "con el objetivo de seguir reduciendo brechas es que también anunciamos el acceso preferente para los alumnos en situación de discapacidad, ya que ellos requieren más recursos para continuar desarrollando sus estudios".
Si en 2016, ejemplifica la titular de Junaeb, un total de 237 alumnos en situación de discapacidad aspiraban a obtener la beca Presidente de la República, sólo un 50% de ellos la obtuvo. Esta vez podrá acceder a ella el 100%.
Educación superior
Tanto el trabajo de Senadis, como el de Junaeb y el de las casas de estudios de educación superior ha estado enfocado a avanzar en la materia y hoy las cifras de inclusión hablan de un avance. En la Universidad de Concepción, desde 2012 a la fecha 79 alumnos con discapacidad han ingresado al plantel, 48 en la Universidad del Bío Bío y 32 en la Universidad Católica de la Santísima Concepción.
"Como Senadis hemos trabajado una red de inclusión de educación superior, donde están concertadas distintas instituciones, CFT, institutos y universidades en la línea de generar sistemas de admisión especial, continuidad y egreso y así se han ido sumando la UBB, UdeC, Santo Tomás, San Sebastián, en fin, instituciones que han valorado que en una educación de calidad tiene que ser mirada no solamente la condición socioeconómica del alumno o alumna, sino también las particulares como la condición de discapacidad" .
Todas ellas cuentan con programas de apoyo para estos alumnos, que les facilitan su labor. Como en el caso de Includec en la Universidad de Concepción, instancia que propone "un cambio cultural en la Universidad para que a través de diferentes iniciativas académicas, artísticas, deportivas y comunitarias logremos instaurar la inclusión como un valor inserto en nuestra casa de estudios". O en el caso de la UBB el Programa por la Inclusión de Estudiantes en Situación de Discapacidad de la UBB (Piesdi). "trabajamos en aspectos como asesorar a los profesores, en brindar apoyo a los estudiantes, en la transcripción de material, en la sensibilización de la comunidad, entre otras áreas", detalla Jacqueline Angulo, coordinadora del Piesdi.
En ese afán, por ejemplo, la UBB creó la primera rama paralímpica de tenis de mesa, en que participan seis estudiantes. Entre ellos el campeón nacional de tenis para sordos Roberto campos, quien comenta que cuenta con un intérprete permanente en la universidad y que recibe el apoyo de una profesora que lo asesora en sus quehaceres además de su entrenador, Esteban Carrasco.