Arquitectos afirman que los 40 millones que se deberán invertir para rehacer la intersección de San Martín, entre Ongolmo y Orompello, habrían sido ideales para arborizar e iluminar la zona.
Arquitectos afirman que los 40 millones que se deberán invertir para rehacer la intersección de San Martín, entre Ongolmo y Orompello, habrían sido ideales para arborizar e iluminar la zona.
Ximena Valenzuela Cifuentes
ximena.valenzuela@diarioconcepcion.cl
Si bien, ayer la Constructora Mayor Ltda. debía proceder al cierre de calle San Martín, entre Orompello y Ongolmo, para subsanar las fallas de hundimiento de adocretos, que a poco menos de un mes de entregado el sector se dejaron ver, la intersección aún no muestra cambio alguno.
El tiempo corre y la empresa tiene contemplado realizar las faenas, que implican el retiro de los adocretos y la instalación de una base de hormigón sobre la que se asentarán los bloques, de sólo 45 días, de tal manera de tener la arteria funcionando el 27 de febrero.
El plazo de faenas no es menor, sobre todo, si se considera que más de 2.000 vehículos de locomoción colectiva que circulan por la arteria deberán ser desviados, igual situación afectará a cientos de vehículos particulares que por allí transitan, lo que debe estar completamente subsanado antes del ingreso a clases de estudiantes y de la mayoría de los sectores productivos, en el llamado súper lunes, donde la capacidad vehicular de la capital regional debe ser óptima.
Diagnóstico y fallas
Tras conocerse la falla en el proyecto, arquitectos locales levantaron la voz para afirmar que Concepción no se puede dar el lujo de cometer errores constructivos en proyectos de tal envergadura como la Rambla de la Diagonal Pedro Aguirre Cerda, que constituye parte importante del Eje Bicentenario.
Sergio Baeriswyl, premio nacional de Urbanismo, expresó que en todo proyecto constructivo se considera un cierto margen de fallas, que pueden ser consideradas normales, pero que lo ideal es que dicha falla no comprometa la funcionalidad del proyecto.
"En todas partes, incluso, en los puertos los adocretos se instalan sobre arena y quedan bien (…) Acá debe haber un problema de compactación, no del material. Es lamentable sumar ese tipo errores a un proyecto que yo califico como positivo y que ha sido muy bien recibido por la comunidad en el área de mejoramiento al espacio público".
Aseveró que se debe contar con un buen diagnóstico para determinar el error real y evitar que se repita, "puede haber alguna singularidad de suelo, procedimiento constructivo que no se hizo ajustado a protocolo, que no se contemplaron densidades de compactación adecuadas (…) pueden haber muchas razones".
Agregó que el diagnóstico es vital para sacar buenas lecciones y evitar que en proyectos a futuro puedan fallar nuevamente.
Para Pablo Altikes, director de la carrera de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo, el error no está en el uso de los materiales, sino más bien en el cálculo de uso. "Lo más probable es que no se dimensionó la mecánica de suelo, la sobrecarga de uso, es decir, que tonelaje va a pasar sobre el pavimento y, básicamente los pavimentos fallan cuando la base sobre la que hizo empieza a hundirse en algunos sectores o a romperse, porque la resistencia mecánica no es pareja".
Para este tipo de intervenciones, según Altikes, debe considerarse el tonelaje del móvil que se desplazará por el sector e, incluso, la velocidad en que lo hará. "Esto siempre se debe tener en cuenta (…) es puro cálculo".
La presidenta regional del Colegio de Arquitectos, Claudia Hempel, lamentó la falla en el proyecto y afirmó que lo ideal es que errores como ese no ocurran. "No sabemos la causa exacta, pero claramente hay un trabajo mal desarrollado porque hay zonas de adocreto, en torno a la Plaza Independencia, por Caupolicán, donde el adocreto no ha fallado, a pesar del uso. La falla inmediata demuestra que hay algún proceso mal realizado".
Eso sí, la presidenta del gremio a nivel local, afirmó que es positivo que el error en los adocretos se arregle lo más rápido posible, pues el paso del tiempo podría ocasionar mayores problemas en la intersección de San Martín.
Joya urbana
La arquitecto Soledad Garay afirmó que la Rambla es uno de los proyectos más emblemáticos de la zona y "considerando que cuesta tanto que salgan los proyectos, que requieren tanto tiempo, tanto de gestión como para conseguirse los recursos y, donde la Diagonal es la única en su tipo, que cruza la trama urbana, debería ser la joya de Concepción. Todo el mundo transita por ahí, es parte del Eje Bicentenario, usada por cientos de personas que van a la Universidad de Concepción, que puede constituir un eje turístico y económico, simplemente, no se pueden cometer errores ahí".
Para la socia de Dos Arquitectos toda intervención urbana que se haga en Concepción debe contar con profesionales, que sepan de suelo, pues el tratamiento de arena y adocreto que se usó es "literalmente lo que uno ocupa para un quincho en la casa o un pavimento de menor tráfico".
Aseveró que los proyectistas deben tener conocimiento de obras, no sólo que hagan licitaciones municipales, "puede ser un constructor o un arquitecto, un hito, para el momento en que estamos diseñando, pero no después porque nadie se hace responsable de la cadena de errores y, además que el proyecto cuente con un liderazgo que tenga visión de ciudad, evitando errores que obliguen a cerrar una zona que en verano podría tomar vuelo turístico".
Recursos y soluciones
Garay agregó que el dinero que se deberá invertir para las modificaciones, $38 millones según lo informado por el municipio, habrían servido para instalar basureros, iluminación LED u otras soluciones urbanas para la zona.
En tanto, Hempel aseveró que los $40 millones que se invertirán en el mejoramiento de la obra serían ideales para aumentar la arborización o, incluso, para librar fachadas de viviendas y comercio en general de rayados. "Acá el habitante muestra poco cariño por sus fachadas y arquitectura, sería bueno con el municipio, ver cómo a través de una ordenanza se pueda apoyar los gastos de mantención de fachada, porque es una pena el deterioro actual de las calles".
Claudio Arce, ex presidente del Colegio de Arquitectos, manifestó que más allá de buscar responsables del error, el uso de adoquines o adocretos es considerada como una buena solución urbanística porque favorece la reducción de velocidad de desplazamiento de los móviles dando mayor paso a los peatones.
"Una buena solución podría ser colocar un hormigón estampado, con forma de adocreto y considerando el color, lo que implicaría una solución más estable y con características similares, tal como se usa en Medellín, Colombia".
Bernardo Suazo, decano de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía de la Universidad de Concepción, estimó, al igual que Altikes, que el error en el proyecto puede haberse generado por una información poco clara o faltante en las mecánicas de suelo.
Agregó que si bien se deberá hacer un gasto de 40 millones de pesos, menor al 1% del proyecto, el mayor problema que implica el cierre de la calle y las nuevas faenas son las incomodidades para la población "lo importante es que la empresa y el municipio reconozcan sus errores y los reparen".