Se instalaron adocretos, pero sin una base apropiada de hormigón adecuada para una zona de alto tráfico. La faenas, que se prolongarán por 45 días, implicarán desvíos de tránsito.
Se instalaron adocretos, pero sin una base apropiada de hormigón adecuada para una zona de alto tráfico. La faenas, que se prolongarán por 45 días, implicarán desvíos de tránsito.
Ximena Valenzuela Cifuentes
ximena.valenzuela@diarioconcepcion.cl
En agosto de 2015 el municipio penquista inició la construcción de la segunda fase de la rambla de la Diagonal Pedro Aguirre Cerda, iniciativa que, según los pronósticos de ese entonces , sería entregada al uso en agosto del año pasado.
Sin embargo, hubo que esperar hasta poco más de la mitad de noviembre de 2016 para que pudiera ser usada. Eso sí, no hubo inauguración de por medio, pues se requería resolver una serie de observaciones. De hecho, desde el momento en que se abrió al uso, ya ha sido intervenida en cuatro ocasiones la intersección con San Martín.
Y como no hay primera sin segunda, ahora nuevamente, en el mismo punto, se deberá modificar el proyecto. Según explicaron desde el municipio, la nueva modificación se debe a un error de diseño del proyecto, pues pensando en seguir con la misma línea de piso se usó adocreto en el lugar, materialidad que no es considerada adecuada para zonas de alto tráfico de locomoción colectiva.
Por San Martín circulan a diario 2.900 taxibuses, móviles a los que se suman vehículos particulares que, en conjunto, llevaron al colapso de los adocretos del lugar que se asentaron.
Domingo Godoy, director de Construcciones del municipio penquista, explicó que para la carga que tiene calle San Martín es, prácticamente, imposible que el adocreto resista, motivo que ha generado en las zonas rígidas del pavimento descensos importantes.
Por lo tanto, ahora la tarea, que tomará 45 días de obra que estarán a cargo de la Constructora Mayor Ltda., implicará el retiro de todos los adocretos instalados en la intersección, la construcción de una capa de hormigonado de alta densidad y la instalación sobre ella de los adocretos, de tal manera que no se hundan. Actualmente, los adocretos están fijados sobre una base sólida de arena.
Godoy explicó que el problema en la obra era difícil de prever, pues su departamento es, prácticamente, el último eslabón de la cadena, por lo que deben abocar a resolver errores que se presentan luego de que las obras están listas.
Las modificaciones, que implicarán un gasto de 38 millones absorbidos por el municipio, fueron aprobadas por el organismo, el Servicio de Vivienda y Urbanización e, incluso, un consultor de ingeniería, de tal forma, de estar seguros que ahora quedará bien.
El 27 de febrero se espera esté lista la obra, momento en el que deberá retomarse el recorrido habitual del tránsito que, desde hoy sufrirá una serie de cambios para facilitar las faenas que serán realizadas por la constructora.
El decreto, firmado por el director de Tránsito del municipio, Sergio Marín, indica que los buses provenientes de San Pedro de la Paz deberán tomar San Martín, Tucapel, Barros Arana, Lientur, Roosevelt y O’Higgins. Los que inicien su recorrido en Talcahuano lo harán por San Martín, Tucapel, Barros Arana y Paicaví.
En tanto, los provenientes de Collao, tanto buses y taxis colectivos, deberán tomar San Martín, Castellón, avenida Chacabuco y Roosevelt.
El decreto establece que la empresa a cargo deberá confeccionar, instalar y mantener en obra toda la señalización adecuada para el tránsito.
El alcalde, Álvaro Ortiz, afirmó que la obra se realiza en un momento del año en que el tráfico es menor, por lo que esperan impactar lo mínimo posible en quienes por ahí transitan o los vecinos del lugar.
Se debe recordar que el proyecto, que implica una inversión de más de $1.700 millones, busca modernizar el espacio público para los habitantes de la ciudad, poniendo en valor su contenido patrimonial y fomentando el uso, con diversos elementos urbanísticos que dan un mayor atractivo a la vía que hace más de 40 años no había tenido intervenciones mayores.
El proyecto incluyó también la modernización de la red de alcantarillado, evacuación de aguas lluvias y soterramiento del cableado aéreo que estaba en el sector.
La diagonal seguirá teniendo una velocidad de desplazamiento de 30 kilómetros por hora, para fomentar el uso de peatones y no de los automovilistas.