Luego de estar en el arzobispado de Concepción podría convertirse en su reemplazo como arzobispo de Santiago.
Luego de estar en el arzobispado de Concepción podría convertirse en su reemplazo como arzobispo de Santiago.
Tania Merino Macchiavello
tania.merino@diarioconcepcion.cl
El próximo 30 de diciembre el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, rendirá su cuenta pública y enfrentará las preguntas de la prensa respecto de su futuro como máximo líder de la Iglesia en Chile. El 7 de enero el prelado cumplirá los 75 años y, por tanto, como obliga el protocolo, deberá enviar su carta de dimisión al papa Francisco para que sea éste quien decida su continuidad.
Sin embargo, la edad no es una limitante para que el sacerdote siga ejerciendo su rol, aquí mismo, en la Arquidiócesis de Concepción, Antonio Moreno permaneció hasta los 79 años como obispo, pese a haber presentado su renuncia. Pero la situación de Ezzati es particular, las polémicas en torno a su figura hacen que su permanencia en el cargo no sea segura e incluso ya se han deslizado varios de los candidatos que podrían sucederlo, entre ellos el del arzobispo local, Fernando Chomali.
Chomali Garib, de 59 años es miembro de varias comisiones de la Conferencia Episcopal de Chile: preside la Comisión Doctrinal, la Comisión Nacional de Bioética, la Comisión Nacional de Autofinanciamiento de la Iglesia, y la Comisión Nacional para la Reconstrucción de Iglesias. Está ligado al área de las comunicaciones en la pastoral y ha mantenido diálogo permanente con el empresariado y los distintos sectores productivos.
Distintas voces al interior de la iglesia y en los medios de comunicación han perfilado a Chomali como favorito, aunque consultado por Diario Concepción sobre esta posibilidad declinó opinar argumentando que finalmente es una decisión del Papa.
Entre los candidatos también se ha hablado del obispo de Melipilla, Cristian Contreras y de La Serena, René Rebolledo. Otros apuntan al obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, pero el primero goza más bien de un bajo perfil y el segundo aparece ligado al Opus Dei.
El perfil que ha buscado Bergoglio en sus nombramientos ha sido uno más bien "moderno", dejando atrás la rigidez de ciertos criterios canónicos. Basta recordar la referencia que hizo el pontífice sobre la curia, aludiendo a ella como la lepra del papado. Modernización es la clave, planteó el argentino.
Entre los últimos 10 obispos nombrados por el vaticano, sólo 3 exceden los 60 años y en sus formaciones académicas hay licenciaturas en Economía, Comunicaciones, Ciencias Sociales, etc.
Pablo Uribe Ulloa, director Instituto de Teología de la Universidad Católica de la Santísima. Concepción explicó que el procedimiento para la designación de un obispo está normado en el Código de Derecho Canónico. Especialmente en los cánones 377 y 378, "donde se destaca la idoneidad requerida para ser Obispo, como por ejemplo: 1) firmeza de su fe, 2) buena fama, 3) de al menos 35 años de edad, 4) cinco años de antigüedad como sacerdote 5) doctor o licenciado en Teología, Bíblica o Derecho Canónico. Si bien es cierto, esto rige para la ordenación de nuevos Obispos. En el caso de un Arzobispo el Papa, se informa a través del Nuncio Apostólico del País, quienes son los más idóneos para el cargo".
Agregó que aunque el Nuncio realice algún tipo de consulta al clero, este procedimiento siempre se lleva bajo el más estricto secreto.
Sobre la tendencia que ha mostrado Bergoglio en sus nombramientos Uribe analiza que "la Iglesia en el mundo es muy diferente, las realidades de las distintas conferencias episcopales obedecen a culturas muy determinadas", sin embargo, desde una panorámica observó que "hay una tendencia hacia el nombramiento de Obispos más jóvenes y que tengan una amplia experiencia pastoral, marcada por una experiencia de discípulo-misionero, donde el pastor tenga "olor a oveja" como lo ha expresado el Papa Francisco".