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El estudiante que suplantó a Fidel Castro en su visita a Concepción

El entonces alumno de Ingeniería, junto a compañeros de la UdeC, idearon una arriesgada humorada, que confundió a los partidarios del líder revolucionario en el centro de la ciudad.

Por: Diario Concepción 04 de Diciembre 2016
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El entonces alumno de Ingeniería, junto a compañeros de la UdeC, idearon una arriesgada humorada, que confundió a los partidarios del líder revolucionario en el centro de la ciudad.
 

Daniel Núñez Durán
Contacto@diarioconcepcion.cl

Corría el año 1971 y el ambiente en el país estaba enrarecido. Concepción no se escapaba de esta realidad. No había dinero, escaseaba el trabajo y se avizoraban las primeras filas para adquirir alimentos. La Unidad Popular llevaba un año en el Gobierno y lo que se veía en las calles era una premonición de lo que sucedería después.

En este escenario social, el gobierno revolucionario de Cuba, encabezado por Fidel Castro, le anunciaba al presidente Salvador Allende que visitaría Chile con el objetivo de afianzar la idea socialista en el país, además de potenciar acuerdos de cooperación entre ambas naciones. El 10 de noviembre de 1971, el comandante que encabezó la revolución contra Batista arribó al país junto a su comitiva.

La Región del Bío Bío no quedó exenta a la visita de Fidel Castro y se preparó para brindarle una recepción nunca antes vista. En torno al Foro de la Universidad de Concepción, los estudiantes, adherentes a los ideales de la comitiva cubana, se prepararon con múltiples cantos y muchos números artísticos como tributo a la visita.

En la Facultad de Ingeniería de la UdeC no querían quedar ajenos a la llegada del reconocido mandatario e idearon un original plan. Claudio Weason Cruzat, 65 años, ingeniero civil eléctrico, fue uno de ellos. A él le correspondió jugar un rol protagónico en una broma por momentos peligrosa, que terminaría por dar la vuelta al mundo.

Desde su domicilio actual en Pucón, recuerda: "Nos reunimos varios estudiantes y se nos ocurrió emular la llegada de Fidel y su comitiva. Entre tanta efervescencia que se percibía en la ciudad, pensamos que podía resultar bastante entretenido". En efecto, por su contextura y su ya prominente barba, él fue la opción obvia para disfrazarse de Castro.

En cuestión de días se organizaron, prepararon la vestimenta, consiguieron los autos respectivos y ejecutaron el plan. "Siempre usé barba y tenía un parecido físico a Castro. Por decisión unánime, fui elegido para interpretar a Fidel. Los otros compañeros consiguieron trajes, armas de juguete, algunas radios y se creían miembros del GAP", explica entre risas el Fidel chileno.

Los muchachos tenían una ventaja a su favor. Como en el país no existía la televisión a color, las imágenes que llegaban desde Cuba eran todas en blanco y negro, por lo que la gente no identificaba los colores de la indumentaria revolucionaria, ni tampoco podía diferenciar aspectos físicos.

El Día "C"

"La mañana en que llegaron Castro y su comitiva a Concepción, nos reunimos en un cerro que había detrás del aeropuerto. Estábamos todos caracterizados y vimos aterrizar el avión de Fidel. Esperamos un ratito y salimos en dirección al centro. Cuando tomamos Paicaví, nos armamos y me subí a la camioneta. La gente estaba impresionada. Nos dimos cuenta que la broma estaba funcionando cuando los carabineros se empezaron a cuadrar", relata Weason.

Carabineros se acercaban a los estudiantes y quedaban sorprendidos al ver a la copia de Fidel. "Me saludaban y algunos pedían disculpas. Se decían por radio que la comitiva se había adelantado. No me podía reír para no levantar suspicacias". 

La llegada a calle O’Higgins fue el momento más álgido de la humorada. La efervescencia por conocer a Fidel era grande. Partidarios del Gobierno y personas de la oposición estaban igual de impactadas. El mandatario cubano era el personaje del momento y nadie quería perderse la oportunidad de verlo de cerca, tocarlo o mirarlo a la distancia. Había que estar en las calles a como dé lugar.

"Yo solo saludaba. La gente estaba impresionada. Al llegar a Colo Colo y avanzar hasta la intendencia tiraban sacos y sacos de papel picado. La plaza estaba absolutamente llena. Nunca me había tocado ver algo similar y me daba risa, porque toda la emoción era por mí", cuenta el ingeniero civil.

Perseguidos

Después de la diversión, el escenario cambió. En la esquina de Barros Arana con Aníbal Pinto, Carabineros se percató de la situación. Las sirenas comenzaron a sonar, la gente se alteró y las patrullas persiguieron hasta la UdeC a la novedosa caravana. Allí lograron refugiarse. 

"Llegué a la Universidad y arranqué a mi casa para lavarme. Me había echado betún de zapatos en la barba y las chiquillas me pusieron un cojín en el estómago. Dos horas después, partí a la plaza y Fidel aún no había pasado. Cuando nosotros hicimos el recorrido la plaza estaba repleta. Cuando logró pasar el verdadero Fidel, no había nadie. Le habíamos generado un caos total a las autoridades", explica Claudio Weason.

El periodista Alberto Jerez y el reconocido líder comunista Volodia Teitelboim, estuvieron presentes y lo saludaron. "Todos estaban confundidos. Habíamos simulado muy bien el tema. Aparte de Fidel y su comitiva de seguridad, iban muchachos disfrazados de periodistas y fotógrafos, por lo que era difícil creer que se trataba de una inocente broma".

En aquella época, Claudio Weason pololeaba con la hija del entonces diputado radical por Concepción, Duberlindo Jaque Araneda, quien posteriormente se reunió con Fidel.

"Don Duberlindo me comentó que Fidel le había preguntado por el tema y le confesó que en la única ciudad donde temían algún atentado era Concepción, por lo que reconoció que cuando se enteró que había tenido un doble, se sintió mucho más aliviado". Y más aún: Weason asegura que Castro les mandó un agradecimiento y "muchos saludos a mí y a todos los muchachos que participaron de la broma".

Recuerdos

Algunos de los participantes en la broma hoy son profesores o han ocupado importantes cargos políticos dentro de la Región, como el ex intendente Martin Zilic.

Fue un tiempo de incertidumbre, que tuvo varios cambios dentro del país. "El ambiente político estaba convulsionado. El país empezaba a entrar en una crisis, pero a nosotros no nos importó. Queríamos vivir nuestra juventud y éramos igual que las generaciones de ahora. Cambia el tiempo, cambia la manera de pensar, pero el joven de ayer es igual que al de hoy. Siempre buscamos entretención", finalizó Claudio Weason.

Hoy, cuando se sepulten los restos de Fidel Castro, se cierra una importante parte de la historia de Latinoamérica. El líder de la revolución cubana se lleva consigo muchas historias y con él, el recuerdo de estos impulsivos pero sanos estudiantes de la UdeC, que quisieron rendirle un particular homenaje, en su propio estilo.

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