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El poco explorado daño cerebral que produce la marihuana en adolescentes

Chile aparece con el mayor consumo de marihuana en escolares en América Latina, con una sostenida tendencia a disminuir la edad de inicio del consumo. A nivel general, en 4 años aumentó en 145%.

Por: Diario Concepción 06 de Noviembre 2016
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Chile aparece con el mayor consumo de marihuana en escolares en América Latina, con una sostenida tendencia a disminuir la edad de inicio del consumo. A nivel general, en 4 años aumentó en 145%. 

Fernando Escobar Muñoz
Profesor Emérito UdeC

Se ha instalado una discusión sobre el uso libre de determinadas drogas psicotrópicas con fines recreativos, en el ámbito de las libertades individuales, la iniciativa de despenalizar el uso de la marihuana es altamente controversial, ante la existencia de información que hace un llamado de alarma sobre los efectos inmediatos y mediatos de esta droga, como así mismo su potenciales de daño, en particular en la población infantil y adolescente. 

Paradojalmente se han impulsado con mucha fuerza, medidas para limitar el consumo excesivo de sal y azúcar, entre otros, cuyos efectos, si bien importantes, no tienen el impacto directo que el consumo de marihuana podría tener en niños y adolescentes. El propósito de este artículo es entregar mayor información para facilitar una discusión racional con base en evidencia.

¿Qué es la marihuana? 

La marihuana es una mezcla de hojas trituradas, tallos, semillas y flores secas del cáñamo—la planta Cannabis sativa- por lo general se fuma, aunque también, muy minoritariamente, es usada como té, o mezclada con alimentos como bizcochos, galletas o dulces, en particular cuando es vendida o consumida para uso medicinal. 

Pocos minutos después de haber inhalado humo de marihuana, el ritmo cardiaco de la persona se acelera, el pasaje respiratorio se relaja y se dilata y los vasos sanguíneos de los ojos se expanden, haciendo que los ojos se vean enrojecidos. El ritmo cardiaco—normalmente entre 70 a 80 palpitaciones por minuto—puede incrementar entre 20 y 50 palpitaciones más por minuto o hasta puede duplicarse en algunos casos. Usar otras drogas en combinación con marihuana puede amplificar este efecto. (National Institutes of health. National Institute of Drug Abuse EE.UU. 2015)

La sustancia química psicoactiva (que altera la mente) principal en la marihuana, responsable por los efectos embriagadores que buscan aquellos que la usan de una forma recreacional, es el delta-9-tetrahydrocannabinol (THC). Esta sustancia química se encuentra en una resina preparada a base de las hojas y los tallos de la planta femenina del cannabis. La planta también tiene más de 500 químicos aparte de este, incluyendo más de 100 compuestos químicamente relacionados al THC, llamados cannabinoides.

La potencia de la marihuana ha ido aumentando consistentemente en las últimas décadas, a comienzos de los años noventa el promedio de THC era de 3.7% y un 7.5% en la sin semilla, una variedad de plantas femeninas cultivadas al efecto. En 2013 era de 9.6% y 16% en esta última, existiendo técnicas para hacer extractos con contenidos de 50 o más por ciento de THC.

La falacia del consumo inofensivo

La impresión social creciente en Chile de la inocuidad del consumo de marihuana y el impulso desde determinados grupos de opinión, asociando esta libertad del consumo como una muestra de conducta aperturista y de avanzada, propia de una democracia sin falsos prejuicios, donde priman los derechos individuales, debe ser sometida a juicio crítico e informado. 

No es un asunto que pueda ser resuelto por la fuerza de las opiniones sino sobre los datos duros y replicables de la evidencia científica, no se trata de un artículo de fe.

Consumo de marihuana en jóvenes

Para poner el problema en el debido contexto, las estadísticas muestran a Chile como el de mayor consumo de marihuana en escolares en América Latina, además de mostrar, sin duda alguna, una sostenida tendencia a disminuir la edad de inicio del consumo. El estudio Nacional de Drogas en Población Escolar concluyó un aumento de 4.4 puntos porcentuales en los últimos dos años del consumo experimental de marihuana entre los escolares de 8° básico a 4° medio, pasando de 15.6% en 2009 a 19.1% en 2011.

El Estudio Nacional de Drogas de Senda indicó que entre 2010 y 2014 el uso de marihuana pasó de 4,6% a 11,3%: en cuatro años el aumento fue de 145%. Uno de cada diez chilenos consumió marihuana durante el último año. Según el XI Estudio Nacional de Drogas en Población General el uso de cannabis pasó de 7,1% en 2012 a 11,4% en 2014, siendo la primera vez que el empleo de este estupefaciente alcanza los dos dígitos desde que el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) realizó por primera vez este informe en 1994.

El mismo informe atribuye a la falta de percepción de riesgo entre los estudiantes el aumento del consumo frecuente de 37.8% a 48%. No es realidad de extrañar, cuando los organismos oficiales encargado de la salud o de las políticas al respecto, se muestran indiferentes o mantienen al respecto un cauteloso silencio, para no aparecer como reaccionarios y obsoletos y, dado lo anterior, que los jóvenes tengan al respecto una bajísima percepción de peligro asociado al consumo.

 

Efectos del consumo de marihuana en el cerebro . La áreas con función disminuida, según la tecnología NeuroSPECT, de un escolar consumidor de marihuana exclusivamente. Se observa en colores fríos (azul, verde) las áreas que se encuentran en hipofunción, es decir de dos a cuatro desviaciones estándar por debajo del funcionamiento normal, concentradas especialmente en el lóbulo temporal, de parecido modo en la corteza frontal.

A mayor aumento, puede observarse el efecto de hipofunción en la corteza cerebral pre-frontal, cuyas numerosas funciones como se muestra en diagrama adjunto, pueden verse disminuidas o distorsionadas.

Interferencia con el desarrollo neurológico de niños y adolescentes

Es particularmente relevante el conocimiento que actualmente se tiene sobre el desarrollo neurológico del niño y el adolescente para comprender por qué esta conducta puede tener efectos altamente lesivos, muy especialmente el estado de desarrollo de las conexiones con el lóbulo frontal y la síntesis de neurotransmisores en esa época de la vida. 

En los adolescentes, la inmadurez del lóbulo frontal les hace más vulnerables a fallos en el proceso cognitivo de planificación y formulación de estrategias, que requiere de una memoria de trabajo que no está completamente desarrollada en la adolescencia.

Las facultades mentales que dependen del lóbulo frontal son la capacidad para controlar los impulsos instintivos, la toma de decisiones, la planificación y anticipación del futuro, el control atencional, la capacidad para realizar varias tareas a la vez, la organización temporal de la conducta, el sentido de la responsabilidad hacia sí mismo y los demás o la capacidad empática. Si el consumo de marihuana interfiere con el funcionamiento de esta área del cerebro o compite con la formación de elementos moleculares de trasmisión, las consecuencias son fáciles de derivar.
 

Efectos adversos de la marihuana

a) Efectos adversos del uso a corto plazo como a largo plazo o un uso intensivo.

– Deterioro de la memoria a corto plazo, por lo que es difícil de aprender y retener información.

– Deterioro de la coordinación motora, lo que interfiere con las habilidades de conducción y aumentando el riesgo de lesiones. Alteración del juicio, lo que aumenta el riesgo de comportamientos sexuales que facilitan la transmisión de enfermedades de transmisión sexual. En dosis altas, paranoia y psicosis.

b) Efectos de largo plazo o el uso frecuente y prolongado.

– Adicción (en aproximadamente el 9% de los usuarios en general, el 17% de los que comienzan su uso en la adolescencia, y de 25 a 50% de los que son usuarios diarios) *

– Desarrollo cerebral alterado.*

– Rendimiento escolar pobre, con una mayor probabilidad de abandonar la escuela.*

– Deterioro cognitivo, con un menor coeficiente intelectual entre los que eran usuarios frecuentes durante la adolescencia.*

– Satisfacción disminuida en la vida y el rendimiento (determinado sobre la base de las medidas subjetivas y objetivas en comparación con tales calificaciones en la población general).*

– Síntomas de bronquitis crónica.

– Aumento del riesgo de trastornos de psicosis crónicas (incluyendo esquizofrenia) en personas con una predisposición a dichos trastornos.

*El efecto está fuertemente asociado con el consumo de marihuana inicial a principios de la adolescencia.

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