El ingeniero creó una planta de biocombustible que utiliza los desechos de la madera y ha diseñado múltiples soluciones metalúrgicas para la industria minera.
El ingeniero creó una planta de biocombustible que utiliza los desechos de la madera y ha diseñado múltiples soluciones metalúrgicas para la industria minera.
Tania Merino Macchiavello
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Si en el año ‘98 se crearon 20 mil empresas en Chile, ese número se quintuplicó en 2015, cuando surgieron más de 100 mil. El problema, explica el representante del Instituto Nacional de Propiedad Industrial, Inapi, Horacio González, es que casi la totalidad de esas iniciativas son réplicas de otras ya realizadas, lo que ha hecho caer la competitividad nacional en siete puestos dejando a Chile en el lugar 34. "Hemos perdido capacidad de innovar como nación", sentenció.
Una realidad que desde la Universidad de Concepción han intentado revertir incentivando la transferencia tecnológica, el patentamiento y la innovación en sus investigadores. Así, este año el plantel recibió su patente número 100 y en 2015 fue la tercera universidad con mayor solicitud de patentes, moviéndose históricamente en los primeros lugares en esta categoría.
Una realidad que destacó el rector de la institución, Sergio Lavanchy, para quien se trata del resultado de una preocupación constante de la casa de estudios por involucrarse en las necesidades de la Región y el país, pero que requiere de mayores esfuerzos de parte del empresariado, el Gobierno y la academia en general.
"Es bien impresionante cómo el país ha bajado en su posicionamiento, del lugar 30 al 54 en emprendimiento e innovación, esto tiene que ver con políticas públicas y con el apoyo que se entregue. Se necesita mucho más para poder recuperar el lugar que teníamos a nivel mundial. Las universidades hacemos lo que podemos, pero se necesita más", opinó la autoridad académica.
Lavanchy participó ayer del reconocimiento entregado al inventor más prolífico a nivel nacional, el ingeniero Igor Wilkomirsky, quien ha publicado sobre 160 artículos técnicos y científicos, dos libros (uno editado en Inglaterra), y ha dirigido más de 100 Memorias de Título, Tesis de Magíster y Tesis de Doctorado en Ingeniería Metalúrgica.
El doctorado en metalúrgica en la universidad de British Columbia en Canadá y magíster de la School of Mines en Estados Unidos cuenta con 39 patentes concedidas en Chile, 21 en el extranjero: Canadá, Estados Unidos, Japón, Argentina, China y la Comunidad Europea. Buena parte de sus trabajos se relacionan con desarrollos metalúrgicos para la minería del cobre y del litio.
Wilkomirsky remarcó que el trabajo de los investigadores no es el "de un llanero solitario", sino que existen equipos dedicados detrás de cada una de las patentes y vaticinó un repunte en la actividad en lo que resta de década.
Agregó que si bien el proceso ha mejorado en términos de los apoyos y los procesos que rodean al patentamiento, existen todavía aspectos que optimizar si se quiere potenciar la competitividad nacional, uno de ellos es la duración del trámite, que requiere de entre tres y cinco años. "Si consideramos que el período de propiedad es de 15 años y patentar demora 5, podría incluso perder la vigencia un trabajo", criticó. Además cada proceso tiene un costo cercano a las UF100, lo que requiere de esfuerzos de financiamiento importante, ya sea a través de fondos concursables o apoyo de empresas, éste último, dijo, más limitado.
"Debe darse una cierta atmósfera y romperse ciertos mitos, como que las universidades no están conectadas con los problemas reales de la sociedad, al patentar se establece un nexo con estos problemas", arengó el ingeniero.
La primera patente de la UdeC se presentó en el año 1975, y aquella que se convirtió en la número 100 corresponde a un sistema de reactores y su proceso para producir bio-oil mediante pirolisis ultra-rápida de material orgánico vegetal. Fue desarrollada precisamente por Igor Wilkomirsky.
Concurso UdeC
Además del reconocimiento a Wilkomirsky, se distinguió ayer a los seleccionados del Concurso de Patentes de la Universidad de Concepción, actividad que desarrolla la Unidad de Propiedad Intelectual, que encabeza Ximena Sepúlveda.
Este año 2016, nueve fueron las tecnologías seleccionadas para acceder a este beneficio que consiste en el costo del proceso de patentamiento. "Existen proyectos de distintas áreas del conocimiento, que van desde el área de la metalúrgica, de la biotecnología, al área farmacéutica, por ejemplo", describió la encargada.