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El economista DC, ex presidente de Codelco, hoy a cargo del Complejo Portuario Mejillones, espera que toquemos fondo luego. Y que el remezón nos dé sensatez, claridad, fuerza, para la única salida que divisa: construir un gran acuerdo nacional para Codelco, y áreas clave, como educación, salud y previsión. Probablemente vote por Lagos, aunque no cree que sea la persona indicada para el Chile del futuro. Por ahora no ve alternativa. ¿Un candidato de su partido? Imposible. "La DC está fuera de juego", sentencia.

Por: Diario Concepción 25 de Septiembre 2016
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El economista DC, ex presidente de Codelco, hoy a cargo del Complejo Portuario Mejillones, espera que toquemos fondo luego. Y que el remezón nos dé sensatez, claridad, fuerza, para la única salida que divisa: construir un gran acuerdo nacional para Codelco, y áreas clave, como educación, salud y previsión. Probablemente vote por Lagos, aunque no cree que sea la persona indicada para el Chile del futuro. Por ahora no ve alternativa. ¿Un candidato de su partido? Imposible. "La DC está fuera de juego", sentencia. 

 

Luz María Astorga
Contacto@diarioconcepcion.cl

A los 11 años costaba estar a más de dos mil kilómetros de la casa. El internado era de lo mejor, no existían carencias materiales, pero faltaba cariño y algo más… Porque sin habilidad para los puñetes era muy difícil manejarse. Entonces, el niño ariqueño se fijó en los mellizos que venían de Valparaíso. Duros, secos para los combos. Y los contrató como guardaespaldas. Él les hacía las tareas, ellos le daban protección.

Negocio redondo. O alianza estratégica. Llámenlo como quieran. La operación fue solo un anticipo de su vida. 

Juan Villarzú Rodhe (72) se ríe con el recuerdo. Han pasado más de 60 años en los que ha dado muchos testimonios de su impronta: ver los problemas de frente, asumirlos y desde ese punto construir soluciones. La meta a veces se alcanza, pero siempre se intenta. Es un optimista. Y aunque el Parkinson le dio un mordisco profundo hace ya 21 años, aunque lo sacuda con bruscos y agotadores espasmos ("la gente se tensa, creen que voy a dar vuelta la copa, cosa que muchas veces hago"), aunque hizo añicos su matrimonio y provocó discriminación profesional, él sigue encarando la realidad –la propia y la del país-, con las neuronas a full, buscando mejoras.

¡Y pucha qué hacen falta! En distintos planos. 

Como demócrata cristiano por más de medio siglo, ojo de lince y olfato de perro, nada se le escapa. Y poco o nada silencia. No lo piensa dos veces si tiene que calificar la pasada de su correligionario Jorge Burgos por Interior ("¡Cómo saber lo que cruzó por su mente! Es criterioso… pero lo picó el bichito del poder"). Tampoco si debe definir el rol de su sucesor, Mariano "Peta" Fernández ("Está haciendo un servicio a la patria; dándole un mínimo de continuidad al Gobierno, por lo menos aparece apoyando a la Presidenta"). Y menos aún si lo que toca es retratar el rol de su partido ("La DC está fuera de juego"). Algo parecido sucede cuando pinta su relación con el empresariado: "Me respetan, pero nunca me han querido".

Animales en extinción

El Villarzú político poco tiene que ver con el Villarzú-presidente de Codelco, que se quemó las pestañas para tejer una relación de confianza con los poderosos sindicatos que de entrada lo miraron de desconfiado reojo, solo como puede hacer un trabajador estatal frente a un privatizador. Y, claro, durante la campaña presidencial él había dicho que las empresas del Estado eran "animales en extinción", salvo excepciones. 

Desde el año pasado preside el Complejo Portuario Mejillones, algo que creó desde Codelco tiempo atrás, y que la cuprífera le entregó en un gesto que interpreta como gran demostración de confianza, en tiempos en que pesa la discriminación profesional, a causa de su enfermedad.

Hoy, mucho más delgado que cuando dirigió Codelco (1994-96 con Frei y 2000-06 con Lagos), frente a un mal que no tiene cura, confía en los avances tecnológicos que pueden darle un mejor pasar. Con una fe parecida espera que cuando Chile toque fondo entienda lo que necesita: construir un gran acuerdo nacional. Sin él, vaticina, seguirá de tumbo en tumbo.

Codelco, la salud, educación, previsión e infraestructura son para él como los dolores de crecimiento. 

Armar casa con su pareja de hace un año es su emprendimiento emocional. "Sí, creo que nos vamos a juntar…", anticipa consciente que es difícil que una mujer quiera ser pareja de alguien con una enfermedad irreversible. 

Punto de quiebre 

Dice que es el que más sabe de Codelco, pero que nadie lo ha consultado ni cuando se preparaba el programa de Gobierno ni en estas semanas. 

– No, el Gobierno no acostumbra a preguntar. 

– ¿Será que no lo consultan porque decir que la culpa del estado de Codelco es de los políticos que no han querido definir una política de largo plazo? ¿O por declarar a El Mercurio que la opción para salir de la crisis era la privatización? 

-No dije eso. Dije que la alternativa era esa, pero no la propuse. No lo pienso para nada. Tampoco hay piso político. Codelco es el mejor activo del país.

– Claro, tiene el 8% de las reservas de cobre del mundo, para 70 o más años de explotación. Considerando que el precio es cíclico, sin duda se trata de un gran negocio…

-Sí. Nunca he sido partidario de privatizar. 

– Pero tiene un poco esa imagen. Tal vez por ser Chicago boy, por haber sido director de Presupuesto al comienzo de la dictadura… Mirando para atrás, ¿le molesta haber trabajado con Pinochet? ¿Se arrepiente?

– Me molesta Pinochet; yo estuve por el Golpe, pero pensando, como muchos, que iba a ser algo corto. 

– Renunció la primera vez a fines del 74. Dijo que por razones familiares, luego sinceró su enojo porque Pinochet había expulsado a Renán Fuentealba y Jaime Castillo, DC los dos.

-Así es.

– Entonces Pinochet le dijo: "Ustedes los democratacristianos… No va a pasar más, así es que váyase a su oficina". Cinco meses después volvió a renunciar. "Yo no ruego a nadie", contestó el general. En ese tiempo querían privatizar Codelco.

– Después del Golpe, el equipo económico siempre quiso eso. Ahí apareció, entre otros, Fernando Léniz, que creó el estatuto de la empresa. La idea era que todos los chilenos fueran "dueños" de las grandes empresas. Pero en Codelco, los militares no lo permitieron (el principal actor fue el general Gastón Frez). La ley que creó Codelco en 1976 –como continuadora legal de las mineras nacionalizadas- fue bien clarita en protegerla como empresa. Y vino acompañada de una modificación constitucional que prohibió vender los activos principales de los yacimientos, a menos que fuera mediante autorización constitucional. Eso afirmó a la compañía. Lo hicieron los militares. Porque el decreto que había firmado Allende no consideró la eventualidad de que alguien quisiera reprivatizar el cobre. 

– Pero a cambio de la no privatización, el equipo económico determinó que no se le pasarían recursos. O sea, Codelco debía entregar el 10% de sus ventas a las Fuerzas Armadas, y todos los excedentes al Fisco. Hacienda quedaba encargada de aprobar el presupuesto anual, decidir si capitalizar o no, y autorizar o no que la minera se endeudara. Tal cual hoy.

– Sí, pero entonces no se necesitaba mucha inversión. (Muestra gráficos: entre 1975 y 1993 el promedio fue de US$532 millones. En los diez años siguientes superó los US$2.280 millones y en los diez siguientes los US$4 mil millones).

– ¿Y lo que se invirtió fue a punta de endeudamiento?

-Casi siempre. También se usó el fondo interno, o sea, las depreciaciones. Porque los equipos de la minería se gastan rápido y hay que reponerlos. Eso es un costo, no un egreso de caja.

Evitando el despeñadero

– Ahora la minera está endeudada en más de US$14 mil millones y, lo peor, lleva diez años sin aumentar la producción. El plan de inversiones viene con un retraso de cinco o seis años. ¿Ese camino va directo al despeñadero, a un punto en que puede ser imposible repuntar? 

– La combinación de menores leyes de minerales con producción estancada es una bomba de tiempo. Codelco tiene que crecer, invertir, reinvertir, porque se van a acabando los yacimientos y esto se traduce en costos crecientes. Hay que reemplazar las minas. Antes, los altos precios del cobre permitieron compensar el aumento de costos y posponer el ajuste. Pero el desplome que vino a partir de 2011 obligó a transparentar la situación. Y cuando asume Nelson Pizarro (2014) se aboca en un plan de emergencia. Ha logrado reducir costos en casi US$2 mil millones. Esa era la grasa. Lo que no puede hacer es revertir el deterioro técnico de la mina; los costos de transportar más material, de que los botaderos estén más lejos, de que la roca es más dura… Para compensar eso hay que incorporar producción nueva de bajo costo. Si a Pizarro no le dan agüita, en dos o tres años va a estar en el punto de partida.

– ¿Por eso hay que acelerar inversiones? Codelco ha pedido urgente US$800 millones solo para mantenerse operativo. No constituye avance mayor. Y todavía Hacienda no dice que bueno. 

– Hay que invertir en los proyectos estructurales. El plan fue autorizado y aprobado por la Presidenta Bachelet el año pasado. Es la primera vez que existe un compromiso de gobierno a mirar al largo plazo y capitalizar. El costo es de US$20 mil millones en cinco años. Se financiaría con US$4 mil millones de capitalización; US$4 mil millones de deuda, US$12 mil millones de fondo interno (depreciaciones).

Hasta el momento, todo en stand by. Para graficar la urgencia, Villarzú recurre nuevamente a los cuadros: en el lapso 1975-1989, la producción de la minera estatal representaba el 81% de la producción mundial; en 2010-2014, el 32%. 

Su baja va siendo reemplazada por la minería privada.

"Seamos cuerdos"

– Con la ley que grava las ventas y con un gobierno corporativo que, finalmente, está condicionado por decisiones políticas, ¿por dónde ve la salida?

– Son dos temas que se deben separar. La Ley Reservada se pensó como una forma de financiar la compra de equipos. Permitiría a las FF.AA. tener una política de largo plazo para armarse. ¿Por qué se cuelga esto a Codelco? Porque es la vaca lechera de todos los chilenos, está a mano, y es muy rentable. Pero esto se resuelve cambiando la forma de financiamiento. Que pase a ser parte de la Ley de Presupuesto de la nación, como en todas partes. Con una parte secreta por la necesaria confidencialidad de Defensa. Ahora, si eso se hace, la minera tendrá más utilidades, pero el Fisco se las llevará todas. Lo que hay que definir es qué parte de las utilidades se reinvierten para mantener y aumentar la capacidad de producción.

– Eso tiene que ver con qué se quiere de ella. Hoy es estatal, con gobierno corporativo al estilo de las privadas, pero con un directorio sin autonomía ni independencia… 

– Uno de los problemas es que no está claro cuál es el rol que el dueño le quiere asignar. Lo lógico es que funcione como una gran empresa pública, con regulación especial porque el Estado es dueño de las acciones. Pero autónoma. En el mundo, las grandes compañías no están controladas por grupos; en la minera BHP Billiton, nadie tiene más de 1%, y quien realmente maneja la compañía es el equipo ejecutivo, que sí responde al directorio. Acá, si el dueño es el Estado puede funcionar igual de bien, con independencia. No existe razón por la cual Codelco deba operar de otra forma. Las grandes mineras del mundo son administradas por el CEO. Lo nombra el directorio, le fija metas y le pasa la cuenta. Pero no se mete. El presidente ejecutivo maneja la compañía.

– No es partidario del gobierno corporativo. 

– Sí, pero reconozco que la dupla Landerretche-Pizarro ha funcionado muy bien. Cuando tienes ordenada la cabeza, todo hacia abajo funciona. Lo que está pendiente es la definición política de largo plazo.

Agrega:

– Nunca fui partidario del gobierno corporativo porque al final termina siendo una decisión política. El directorio de ahora puede ser eficiente, pero no me vengan a decir que es autónomo e independiente: tiene la relación comercial con el Gobierno y todos los directores terminan siendo propuestos por la Presidencia. Cuando se planteó el cambio de gobernanza se decía "despoliticemos el gobierno corporativo". Yo decía no, eso no resuelve nada, porque al final la decisión es política. Prefiero la figura de un presidente fuerte, con apoyo, con acceso directo a la Presidencia, porque así se logran cosa. Así saqué adelante Radomiro Tomic… Ahora, ¿un gobierno corporativo sin apoyo de Hacienda, qué consigue? El interés de ese ministerio siempre será generar recursos para el corto plazo, su presupuesto es anual. El de Codelco mira a 20 años. Son objetivos completamente distintos. 

– Entonces, ¿cómo se entiende la decisión de modernizarse a través de gobiernos corporativos? ¿Solo porque era requisito para entrar a la Ocde, como dijo años atrás?

– Lo que pasa es que como Codelco entrega mucha plata, nadie se mete. La idea es que no haya mucho ruido, que no haya huelgas, y si tratas de hacer cosas te llaman y dicen: "Oye viejito, Codelco está bien, deja así no más". Todos felicitan por los tremendos excedentes, pero nadie quiere darse cuenta que la empresa se está descapitalizando, que lleva años sin aumentar la producción.

– El sinceramiento de Pizarro marca un hito, entonces.

– Claro, buenísimo. Lo que él y Landerretche hicieron movió muchas cosas.

– Buscando recursos algunos plantean la entrada de capitales en porcentaje menor. Usted habla de 20%. Pero, ¿quién se interesaría si hablamos de una empresa que debe entregar recursos a las FF.AA y todo el resto al Fisco?

– El mercado… A los grandes inversionistas les gusta controlar, así es que ellos no tendrían interés, pero sí inversionistas individuales. El punto es que ellos van a exigir cierta seguridad de dividendos. Y mientras no se cambie la política, no hay cómo garantizar nada.

– Un nudo ciego. ¿Quién desata?

– Solo un gran acuerdo nacional. Si Codelco es nuestra principal riqueza, seamos cuerdos, manejémoslo. 

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