L.P. fue abandonado por sus padres y tiene un consumo problemático de drogas duras. Quebrantó su condena y fue enviado a este recinto, pero había sido rechazado porque ya cumplió la mayoría de edad.
L.P. fue abandonado por sus padres y tiene un consumo problemático de drogas duras. Quebrantó su condena y fue enviado a este recinto, pero había sido rechazado porque ya cumplió la mayoría de edad.
Carolina Abello Ross
carolina.abello@diarioconcepcion.cl
Una larga historia de abandono y consumo es la que llevó a L.P. a terminar en las calles y en la delincuencia.
"Es un joven institucionalizado", dijo su defensor Felipe Martínez, a quien le correspondió representarlo en la audiencia de ayer, cuando finalmente lograron que fuera acogido en la Unidad de Corta Estadía del Centro de Internación Provisoria del Sename.
"Desde muy temprana edad fue abandonado por sus padres y ha estado internado en instituciones del Sename desde muy chico. Hoy tiene 19 años, y todo esto lo llevó a consumir drogas, como marihuana, pasta base, marihuana y pastillas. Él consume algo que se denomina ‘trencito’, que son pastillas de clonazepam, mezcladas con pasta base y alcohol y con eso hacen las locuras más increíbles", contó el abogado, quien es defensor penal juvenil de Concepción.
Debido al abandono, empezó a delinquir a muy temprana edad, con hurtos y robos. Trataron de intervenirlo, pero los programas fracasaban porque su familia, con la que mantenía mínimo contacto, no se hacía cargo: "Ellos querían que les solucionaran el problema y nada más", dijo el profesional.
Intentos de suicidio
Así, se comenzaron a acumular los delitos que él cometía en distintas ciudades, dependiendo del hogar de menores donde estuviera. En Cañete, finalmente, fue condenado, siendo aún menor de edad, a Libertad Asistida Especial, a través de un plan de intervención elaborado por Sename.
Sin embargo, el joven no cumplió el programa, por lo que fue derivado al centro Semicerrado de Concepción. Pero se arrancó a la calle, se descompensó y siguió consumiendo "trencito". Entonces, Sename pidió en una audiencia realizada este martes, que fuera internado en el Hospital Siquiátrico, ya que lleva 3 intentos de suicidio en lo que va de 2016.
"Pero eso es improcedente de acuerdo a la normativa de la ley de menores, porque estábamos hablando del quebrantamiento de una condena que él recibió cuando era menor de edad. Entonces el tribunal no acogió esta medida, más aún porque él llegó a la audiencia bajo los efectos del clonazepam y se descompensó cuando se recordó en la sala que él no tiene ningún familiar que se haga cargo de su estado", explicó Ramírez.
Entonces Sename solicitó que ingresara al Centro de Régimen Cerrado de Coronel, donde está la unidad de corta estadía que tiene como finalidad compensar a los jóvenes que tienen consumo problemático de drogas, solicitud con la que el abogado estuvo de acuerdo.
En el limbo
El único inconveniente es que en este lugar sólo se aceptan menores de 18 años.
El tribunal aceptó que fuera enviado al Coronel, pero el director de la Unidad de Corta Estadía, dependiente del Servicio de Salud, se negó a recibirlo, argumentando que era menor de edad. Entonces L.P. seguía en el limbo.
"Pero hay que tener en cuenta que nosotros tenemos normas que nos rigen cuando se trata de menores de edad, como la Convención de los Derechos del Niño, que da la facultad de torcer las normas existentes para que vayan en beneficio del menor. Entonces ellos pueden hacer una excepción para recibirlo, aunque él tenga 19 años", precisó Martínez.
Entonces la Defensoría pidió nuevamente una audiencia, ya que se estaba incurriendo en desacato al no recibirlo, ya que era una orden dictada por el mismo tribunal. Al desobedecerla, el director de la unidad se exponía a ser formalizado.
"Llegamos al Tribunal y nos enteramos de que ya estaba autorizado el ingreso del joven a la unidad de Corta Estadía, por lo que la audiencia quedó sin efecto", aclaró el defensor, quien aseguró que no es la primera vez que les ocurre una situación como ésta.
"A nosotros nos cuesta harto hacerles entender a todos los intervinientes que aquí no estamos en un sistema retributivo, es decir, si tú cometiste un delito, yo te condeno a esto. El sistema de los menores de edad es: tú cometes este delito y yo voy a hacer todo lo posible para que tú no lo vuelvas a cometer y vuelvas a ser una persona de bien en la sociedad. Es un tema, y aunque ya cumplieron la mayoría de edad, se puede hacer excepciones que vayan en beneficio de esos cabros que tienen estos orígenes tan complejos en sus historias de vida y en estos niveles de abandono", finalizó el defensor.