Tras jubilar, había seguido trabajando en la casa de estudios como profesor emérito.
Tras jubilar, había seguido trabajando en la casa de estudios como profesor emérito.
Carolina Abello Ross
carolina.abello@diarioconcepcion.cl
En Santiago serán cremados los restos del destacado académico y profesor emérito de la Universidad de Concepción, Burkhard Seeger, quien trabajó por más de 60 años en la Universidad de Concepción.
Casado y con seis hijos, empezó a trabajar en la casa de estudios cuando estaba en cuarto año de la carrera de Química y Farmacia.
Mario Suwalsky, docente de la Facultad de Ciencias Químicas, fue primero su alumno y terminó siendo su colega en el mismo departamento. "Él fue uno de los primeros químicos con un doctorado, y para eso viajó a Alemania. Era un destacado profesor de Química Analítica, con conocimientos avanzados y y modernos", recordó.
Además, destacó la importancia de Seeger en la Sociedad Chilena de Química, en la organización de congresos y su legado en estudios y libros.
Tras jubilarse, fue nombrado profesor emérito y creó la academia que los agrupa y que también presidió.
"El profesor era muy querido y apreciado por sus colegas, alumnos y ex alumnos. Creo que su fallecimiento está causando mucha pena y dolor, aunque lo esperábamos, porque en los últimos meses estaba muy delicado de salud", explicó el profesor Suwalsky.
"Su legado es haber modernizado la química analítica y dejó muchos artículos sobre esa especialidad", finalizó el docente.
Su mayor trabajo
Uno de los estudios que lo hizo conocido fue su trabajo de investigación sobre un proceso que prometía revolucionar la industria de la construcción. Se trata de un método que en 40 minutos puede otorgar a la madera las propiedades petrificantes que naturalmente se logran en cientos de años.
Un proceso de impregnación industrial de piedra derretida mantendría las propiedades de la madera fundamentales para la construcción, como la flexibilidad y la resistencia sísmica, combinado con las propiedades de la piedra, como la resistencia a la humedad y la putrefacción.
Luego de cinco años de su descubrimiento, obtuvo un proyecto Fondef (Fomento al Desarrollo científico y tecnológico), el que además se financió con ayuda de empresarios y de la misma universidad.