La labor de este organismo se inició en 2014, y hoy, junto con la Brigada Antinarcóticos, buscan reducir los índices en los recintos de educación superior. 

 

Un nuevo e inédito paso dio el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol, (Senda), al incorporar a la Brigada Antinarcóticos de la PDI al trabajo que desde 2014 está realizando la Red de Prevención de Educación Superior. 

En una reunión realizada ayer, se abordó la problemática del consumo y abuso de drogas dentro de los establecimientos educacionales.

En ella participaron representantes de las universidades de Concepción, del Desarrollo, San Sebastián, Católica de la Santísima Concepción, de Las Américas, Federico Santa María, Andrés Bello, además de los institutos Duoc, Inacap, Virginio Gómez, La Araucana y Santo Tomás. 

En la instancia, estuvieron presentes José Miguel Ortiz, coordinador regional de Seguridad y el subprefecto Eduardo Flores, jefe de esta unidad policial, para informar y orientar sobre el abordaje práctico de la problemática de consumo y posibles redes de tráfico dentro de las instituciones de la Red de Educación Superior.

En diversas reuniones, los integrantes de la red habían manifestado su preocupación por esta situación, sobre todo quienes representan a instituciones con amplios lugares al aire libre, lo que fomenta el consumo e incluso el microtráfico de drogas dentro de los campos universitarios. 

Es por eso que Senda decidió ampliar el rango e incluir el control dentro del trabajo de la mesa.

"Muchas veces se pensaba que no se podían hacer acciones de este tipo, y en estos dos años de trabajo se han capacitado casi 200 estudiantes en prevención, pero necesitábamos tener un conexión más directa con las policías, a propósito de que no sólo la problemática es el consumo, sino que la venta y microtráfico de estupefacientes dentro de los establecimientos de educación superior", dijo el director regional de Senda, Bayron Martínez.

En la instancia, participaron además los encargados de seguridad de los campus universitarios, quienes fueron instruidos de los procedimientos a seguir en caso de sorprender situaciones de consumo o venta de drogas dentro de un recinto de educación superior.

"Como Senda, tenemos que ir previniendo, pero también generando espacios de control y cuidado en este trabajo de la red, porque las mismas universidades lo han manifestado", agregó Martínez, quien agregó que ya están trabajando en las celebraciones de Fiestas Patrias, para evitar que haya exceso que terminen en desórdenes o incluso en estudiantes fallecidos, como ocurrió en 2014. 

Trabajo conjunto

Para el coordinador regional de Seguridad Pública, José Miguel Ortiz, otro de los objetivos de este trabajo es que se hagan las denuncias si se sorprenden casos de microtráfico dentro de las universidades e institutos profesionales, independientemente de que haya una contención al alumno que se vea involucrado en estos casos. 

"Lo que nos sorprendió de lo que han revelado los representantes de la red es que hay una normalización del consumo de alcohol y de marihuana dentro de los campus, incluso en las mañanas, por lo que es un trabajo que se debe seguir realizando. 

El subprefecto Eduardo Flores explicó que la primera parte del trabajo fue entregar pautas a los representantes universitarios, "y así nosotros recibir información y al mismo tiempo guiarlos a ellos, para trabajar en conjunto este fenómeno". 

Así, solicitaron a los representantes que denuncien estos casos, "para que así podamos entregar los antecedentes al Ministerio Público. Esperamos que con este trabajo, que incluyen controles y operativos por parte de la PDI, se pueda reducir el consumo y la venta de drogas en estos recintos". 

Campus abierto

Javier Salinas, jefe de la unidad de Servicios Generales de la Universidad de Concepción, precisó que la principal dificultad para ellos, y que comparten con otros centros educacionales, es ser un campus abierto. "Estamos hablando de 45 hectáreas construidas, con una matrícula que bordea los 24 mil estudiantes, entonces es complejo combinar la prevención con el control, ya que también tenemos el deber de denunciar este tipo de hechos". 

Otro de los problemas, según Salinas, es que a la universidades abiertas, llega gente de afuera, y se dan situaciones de microtráfico. Recalca que "hay gente que vive de esto y que tiene un nicho en los estudiantes universitarios". 

En estos casos, precisa que se advierte a los estudiantes de que esta situación está reñida con las normas internas y con la ley. Y agrega: "Los actividades grupales, como los eventos no autorizados, hacen que sea atractivo ir a la universidad a consumir alcohol y drogas, entonces estamos haciendo campañas para evitar esto".

Insiste en que la denuncia se hace, cuando se detecta microtráfico dentro del campus, pero en el caso de los estudiantes, la primera denuncia es a la autoridad universitaria, quien determina lo que se debe hacer.

Agrega que ya están tomando las medidas pertinentes para evitar que no haya desórdenes en el campus con motivo de las Fiestas Patrias. "Buscamos ocupar los espacios en otro tipo de actividades, y eso reemplaza a las ramadas, que es sólo reunirse en torno al alcohol".