Psiquiatra Carmen Betancourt advierte que la autoridad no debe experimentar con los cambios horarios, pues pueden incidir trastornos metabólicos y mentales.
Psiquiatra Carmen Betancourt advierte que la autoridad no debe experimentar con los cambios horarios, pues pueden incidir trastornos metabólicos y mentales.
Ximena Valenzuela Cifuentes
ximena.valenzuela@diarioconcepcion.cl
Una hora menos de sueño tendrán mañana todos los chilenos, el motivo no es una fiesta ni desvelo, sino un nuevo cambio horario, que no sólo generará somnolencia, sino que también, según expertos en el área, puede a larga poner en peligro la salud de la población.
Los 60 minutos en que se adelantarán los relojes permitirán pasar del horario de invierno, que se inició el segundo sábado de mayo, al de verano, que regirá hasta las 23.59 horas del segundo sábado de mayo de 2017, lapso en el que Chile continental y la Antártica tendrán zona horaria +3, mientras que Chile insular occidental tendrá +5.
Esta es la primera vez que en nuestro país se cuenta con horario de invierno tan acotado, sólo tres meses, pues lo usual era modificarla en octubre, pero según el ministro de Energía, Máximo Pacheco, el modelo será positivo, pues permitirá ahorrar energía y tener más luz solar al final del día.
Los cambios son nocivos para la población, aseguró Carmen Gloria Betancourt, psiquiatra y ex presidenta de la Sociedad Chilena de Medicina del Sueño, Sochimes, sobre todo, si no se está respetando el real período de invierno que finaliza legalmente el 23 de septiembre .
"El vivir desfasados cronobiológicamente, efectivamente, genera más riesgos de accidentabilidad y desconcentración porque se nos quita una hora de sueño. Los chilenos con estos cambios tienen una deprivación crónica de sueño y creo que el Gobierno está equivocando el camino con el cambio de hora", dijo.
La especialista, docente de la Universidad de Concepción, explicó que lo ideal sería que todo el mundo tuviera el mismo uso horario, por último permitiendo el cambio de hora en marzo y octubre como hacen los países desarrollados, agregó que sería positivo quedarnos con el uso horario -4 o -5, pues el real que nos corresponde es -4,67.
"Los chilenos hace mucho tiempo que estamos desviados en el horario, pero lográbamos compensarlo porque teníamos seis meses de invierno y seis de verano donde era más fácil de adaptarnos (…). Ahora la primera semana será más compleja para que se logren adaptar. Se han hecho estudios sobre la mayor incidencia de infartos debido a cambios hormonales, que hacen que exista una mayor carga de adrenalina los primeros días y eso pudiera relacionarse con el cambio de hora".
Lo que sí está demostrado, aseveró Betancourt, es que el cambio de invierno a verano es más perjudicial para la gente, pues al quitarles una hora de sueño están desfasando a la persona, lo que aumenta la incidencia de infartos. De hecho, comentó que el último curso que hizo la Sociedad Chilena de Medicina del Sueño, se llamó "Chile, la Sociedad que no Duerme", pues, a su juicio, los compatriotas descansan menos que otros países.
La psiquiatra sostuvo que la decisión del Gobierno de cambiar el horario fue una salida política para dejar tranquilos a la mayoría, "porque en el fondo lo que pedíamos era en invierno tener la posibilidad de levantarnos a una hora más fisiológica y que el cuerpo pueda hacer un esfuerzo para el verano. Lo ideal es mantener sólo un horario -4 (invierno), el mal menor es seguir teniendo el cambio de hora de seis meses por período, pero el mal mayor es lo que pasó el año pasado, que nos mantuvimos todo el año en un horario desfasado".
Las consecuencias , que no serán vistas ahora, incluyen obesidad, trastornos alimentarios, población más noctámbula, que se asocia a patologías psiquiátricas y drogo dependencia.