Museos, memoriales, hospitales y hasta iglesias han definido que el juego es "extremadamente inadecuado".
Museos, memoriales, hospitales y hasta iglesias han definido que el juego es "extremadamente inadecuado".
Mario Riveros M.
mario.riveros@diarioconcepcion.cl
La tendencia y lo nuevo, generalmente, avanza hiriendo susceptibilidades. Por eso, era difícil que con la explosión de Pokémon Go no ocurrieran cosas como las quejas que ha habido esta semana porque se "instaló" en el memorial a los detenidos Desaparecidos en Concepción una "pokeparada".
¿Cuál es el problema? Que familiares de víctimas sienten que esta pokeparada banaliza lo que significa el monumento, y lo transforma en parte de un juego virtual.
Pero acá no es el único lugar en que esto ha pasado. Como la única exigencia para que existan este tipo de hitos en el juego del momento es que el sitio a destacar no sea propiedad privada, en todo el mundo ha habido lugares en los cuales han saltado alarmas.
Villa Grimaldi, por ejemplo, hace una semana exigió ser excluida de la aplicación. No sólo porque había sido incluida como Pokeparada, sino que además porque este centro de tortura había sido catalogada como "Villa Gremlin".
El nombre, eso sí, no es un error de la aplicación, sino que responde a la nominación que alguno de los varios cientos de miles de usuarios que hoy juegan en la aplicación en nuestro país le puso al lugar. Niantic, Inc., la desarrolladora de la App, sólo pone la plataforma, pero sí puede borrar pokeparadas.
Casos concretos:
– Mala suerte o un humor muy oscuro llevó a que en El museo del Holocausto de Washington y en el Museo de Auschwitz se “escondieran” pokemones Koffing, criatura flotante de tipo Gas conocido por expulsar efluvios tóxicos, justo en un lugar que recuerda millones de muertes a manos de…gas. Ambos exigieron no figurar siquiera en la aplicación.
– Una de las grandes preguntas de la aplicación es si existe o no profanación cuando se ingresa a jugr a un cementerio. Ha habido casos en donde personas que han muerto en el mar tienen sobre sus lápidad pokemones marinos o, por otro lado, niños fanáticos de la serie que, en su lecho mortuorio tienen un pikachú, una de las criaturas más famosas.