Desde abril que Renato Parra (60) estaba internado en el Instituto Nacional del Tórax por la fibrosis pulmonar idiopática que le fue diagnosticada en 2012. El lunes falleció esperando un donante.
Daniel Tapia Valdés
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La falta de donantes en nuestro país cobró una nueva víctima, se trata de Renato Parra (60), oriundo de Talcahuano, que no corrió con la misma suerte de Jacinta Zañartu (17), quien fue trasplantada de corazón y pulmón el 17 de julio, el mismo día en que Parra pasó a ser prioridad nacional para trasplante de pulmón.
El hombre fue diagnosticado en 2012 de fibrosis pulmonar idiopática, enfermedad que reduce la capacidad elástica de los pulmones hasta dejarlos "como una cicatriz", explicó en la edición de ayer de Diario Concepción el doctor jefe de la Unidad de Trasplantes del Hospital Guillermo Grant Benavente, Franco Innocenti.
Tras 100 días internado en la UTI del Hospital del Tórax, en Providencia, y aún con los esfuerzos que hizo el personal médico del centro, los ventiladores mecánicos y la gran cantidad de oxigeno que se le proporcionó, Parra no resistió la espera de un pulmón y falleció producto de avance insostenible de su enfermedad.
Justamente horas antes de su fallecimiento, Eliana Solar, su esposa, dio a conocer el delicado estado de salud en el que se encontraba su esposo. Dijo que estaba cansado y que el tiempo que había tenido para pensar era su peor enemigo, porque "él sabía lo que pasaba, sus pulmones estaban enfermos, pero su cabeza no", señaló.
Dificultades
Si bien muchas veces se dice que los donantes son escasos y las políticas públicas no lo incentivan a través de campañas, o se cuestiona la efectividad de éstas, también hay que considerar otras variables, como la compatibilidad del órgano o las limitantes geográficas.
Lo primero que hay que considerar es que, al igual que Renato, los pacientes que requieran de un trasplante de pulmón y corazón, deberán trasladarse hasta Santiago, ya que no hay otros centros en el país que cuenten con la preparación y certificación para realizar este tipo de procedimientos.
Además, un pulmón y un corazón sólo duran un máximo de seis y cuatro horas, respectivamente, por lo que si uno de estos órganos está disponible en Punta Arenas es muy difícil que llegue a Santiago en buenas condiciones para realizar la cirugía, lo que se complica aun más si en realidad el órgano no es compatible, en el caso de corazón, con la corpulencia del receptores o la cavidad torácica es éste, además de la compatibilidad sanguínea.
"En el caso específico de los pulmones, hay algunas condiciones que comprometen en mayor medida la salud de los pulmones; por ejemplo: un traumatismo encéfalocraniano, estos muchas veces coinciden con traumatismos torácicos y los pulmones son órganos que fácilmente sufren contusión en, por ejemplo, un accidente automovilístico o una caída. Entonces muchas veces los pulmones se dañan y no pueden ser donados", explicó la doctora Ana María Arriagada, coordinadora de trasplantes del Hospital Salvador y presidenta de la Corporación de Trasplantes.
La doctora también explica que en el caso de pacientes con muerte cerebral, éstos están conectados a respirador mecánico, lo que aumenta la posibilidad de que contraer infecciones, lo que contraindica que puedan ser donados.
"Acá no es solamente que falló un donante, ni que la mediatización del caso influye en encontrar un órgano, como se ha dicho últimamente en redes sociales, a propósito del caso de Jacinta Zañartu. Aquí pudieron haber donantes, pero que no fueron compatibles y no pudieron ser injertados en el paciente", agregó.
Ayudando a desmitificar que sólo aquellos con mejor situación socioeconómica tienen oportunidad de recibir trasplantes, la doctora Arriagada explica que "si uno revisa las estadísticas de pacientes trasplantados en Chile, el 75% de ellos pertenecen a Fonasa y, por lo tanto, no es que los trasplantes se vayan a pacientes de isapres o con mejor situación socioeconómica. Lo otro que ocurre es que a veces los centros públicos no son capaces de realizar el trasplante y son derivados a una clínica privada, pero que es pagada por Fonasa".
Y agrega: "reconozcamos lo que hemos construido como país, porque de lo contrario estamos siendo irresponsables y estamos faltando a la verdad contribuyendo a un clima depresivo que no reconoce que si bien hay problemas, también hay cosas que hemos resuelto y el único criterio que prima al momento de necesitar un trasplante son los técnicos y de gravedad de cada paciente en lista de espera".
Eliana y Renato viajaron desde Talcahuano para recibir ayuda médica porque en nuestra Región no sea realizan trasplantes de pulmón. Durante todo ese tiempo, Eliana residió en casa de una familia amiga. "Se han portado un siete", reconoció el lunes.
La doctora Arriagada precisa que es necesario cambiar nuestra geografía y acercas más centros con distintas especialidades a otras zonas para así minimizar el impacto no sólo el los pacientes, sino también en las familias.
"Un corazón para Ricardo"
Ese es el nombre en Facebook del grupo que se unió para apoyar a Ricardo Sandoval, de Penco, que en 2013 fuera diagnosticado con insuficiencia cardiaca y que fue trasplantado el sábado en la Clínica Las Condes.
El corazón de Ricardo funcionaba al 17% de su capacidad, por lo que en noviembre pasado se le colocó un marcapasos, según consignó Radio Bío Bío.
Según el último informe, Ricardo se encontraba estable dentro de su gravedad, intentando superar las primeras horas del trasplante.
La doctora Ana María Arriagada, coordinadora de trasplantes del Hospital El Salvador y presidenta de la Corporación de Trasplantes, explicó que si los pacientes superan sin problemas las primeras horas y el primer año, la expectativa de vida puede superar los 10 años en el 50% de los casos.